La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en 2030 la depresión será una de las enfermedades con mayor peso en Europa y en el mundo, con más de 300 millones de personas afectadas, 40 millones solo en Europa.

Las cifras crecen a un ritmo imparable. Tal y como detalla Marina Díaz Marsá, presidenta de la Sociedad de Psiquiatría de Madrid, que junto a otros expertos ha participado en la presentación de un nuevo y prometedor tratamiento para esta enfermedad, esketamina, desarrollado por Janssen como Spravato, la depresión mayor aumentó un 28 por ciento en 2020, año en que se registraron 53 millones de trastornos depresivos, con jóvenes y mujeres entre las poblaciones más afectadas.

Marina Díaz Marsá, presidenta de la Sociedad de Psiquiatría de Madrid.

La especialista remarca que el trastorno depresivo mayor suele ser recurrente, de manera que alrededor del 40 por ciento tendrá otro episodio, y en entre un 15 y un 20 por ciento de los casos se cronifica.

En la misma línea, Josep Antoni Ramos Quiroga, jefe de Psiquiatría del Hospital Universitario Vall de’Hebron, subraya que alrededor de un 30 por ciento de los pacientes, tomando como referencia las cifras más conservadoras, no acaban de responder bien al tratamiento.

Precisamente para este perfil, el de un paciente con trastorno depresivo mayor resistente al tratamiento, que no haya logrado resultado con al menos dos tratamientos previos, el Ministerio de Sanidad ha dado luz verde recientemente a la financiación de esketamina para pulverización nasal.

Su empleo está indicado en combinación con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonino o inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina en pacientes que no han respondido al menos a dos tratamientos previos en el episodio actual, de moderado a grave.

La mayor innovación en 40 años

Los especialistas que han presentado esta mañana la llegada de esketamina coinciden en que se trata de la mayor innovación en la materia en los último 40 años. Con su financiación por parte del sistema sanitario público, subrayan los expertos, se alcanzan necesidades no cubiertas de los pacientes. Y es que una de las carencias principales, destaca Ramos Quiroga, era la falta de un tratamiento rápido, ya que las terapias actuales tienen una latencia mínima de tres semanas para comenzar a ofrecer resultados. Un tiempo en el cual, detalla Díaz Marsá, buena parte de los pacientes pueden optar por dejar de tomarlo, con el consiguiente riesgo para su salud.

De hecho, los especialistas insisten en la relación entre la patología mental, especialmente la depresión, y el suicidio. Las personas con trastorno depresivo mayor tienen un riesgo 20 veces mayor de suicidio que la población general y hasta en un 80 por ciento de las muertes por suicidio está detrás la patología mental.

Henar Hevia (Janssen), Josep Antonio Ramos-Quiroga, Víctor Pérez Sola y Marina Díaz Marsa.

Ramos Quiroga explica la razón de este funcionamiento rápido, y es que el fármaco actúa sobre receptores y vías concretas que modulan de manera directa el sistema glutamatérgico, que otros fármacos antidepresivos tocan de manera indirecta, de ahí la rapidez en la respuesta.

En la misma línea, Víctor Pérez Sola, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (Sepsm) subraya que esketamina viene a cubrir una laguna importante. El fármaco está aprobado para su uso hospitalario, destaca el psiquiatra, y se podrá emplear también en centros de salud mental y hospitales de día, para garantizar una correcta monitorización del mismo, que precisa, entre otros puntos, un adecuado control de la tensión arterial.

Un cambio en el abordaje de estos pacientes

Marina Díaz Marsá añade que la financiación de esketamina para esta indicación supone un cambio en el abordaje, especialmente a nivel del ingreso de estos pacientes. “El psiquiatra vería al paciente con depresión resistente y cambiaría el proceso, porque al indicarle este tipo de tratamiento se evita cronicidad, hospitalizaciones y, sobre todo, riesgo de suicidio. La rapidez en la acción hace que disminuya el riesgo en los pacientes”, recalca.

En la misma línea, Ramos Quiroga remarca que se ha demostrado eficacia no solo de forma aguda, sino que, según los estudios con más de tres años de seguimiento se previenen caídas y recurrencia. “Hay más de 1.600 personas en ensayos clínicos con esketamina. Más de 300 personas en España que han tenido acceso en uso compasivo y tenemos una experiencia de más de dos años”, concluye el especialista.

La innovación en el terreno de la salud mental es un camino complicado que tiene un punto de partida en la propia complejidad de la patología mental. Víctor Pérez Sola destaca, en este sentido, que “el cerebro sigue siendo un órgano desconocido y que, por desgracia, en salud mental no hay biomarcadores, no hay biología pura que nos permita hacer un diagnóstico”. Es una de las razones principales por las que, subraya, “desarrollar fármacos en enfermedad mental es algo muy complejo”.

El estigma: sobre la patología, los profesionales y los tratamientos

En la misma línea, el portavoz de la Sepsm incide en el estigma que pesa sobre las personas con patología mental y las familias, pero también sobre los propios profesionales. “Hay que seguir luchando para que los enfermos de salud mental suban al hospital por la misma escalera que el resto de los pacientes”, sentencia.

Víctor Pérez Sola, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental.

Según su análisis, los tratamientos también son foco de estigma. Pérez Sola admite que en salud mental “lograr que los medios y los fármacos lleguen a la cabecera del enfermo cuesta más que en otras especialidades”.

No obstante, el presidente de la Sepsm insiste en la necesidad de invertir en salud mental. “El cinco por ciento del presupuesto en sanidad se dedica a patología mental, en otros países, este dato alcanza el ocho y nueve por ciento”, apunta. Sin perder de vista que en salud mental el presupuesto suele estar compartimentado, repartiendo con áreas como educación o servicios sociales, entre otras.

Por su parte, la directora médica de Janssen España, Henar Hevia, remarca que la indicación aprobada aporta una solución terapéutica a pacientes que no han tenido otra opción hasta el momento, ya que incluso se habían excluido de los ensayos clínicos.

La llegada de esketamina refuerza el compromiso de Janssen para ayudar a mejorar la vida de las personas, supone un punto de referencia en la historia de una compañía fuertemente ligada al terreno de la neurociencia, además de “un hito clave en el trabajo de estos años con el objetivo de ofrecer a pacientes y familiares la posibilidad de recuperar sus vidas”.


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