La incidencia y la prevalencia de las enfermedades psiquiátricas han aumentado los últimos años, así se puso de manifiesto en el III Congreso Nacional de la Sociedad Española de Psiquiatría Clínica (SEPC) y, por ello, la investigación ha experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años. Fruto de ello surge la estimulación magnética transcraneal (EMT) que se erige como una alternativa muy esperanzadora para varias patologías como: la depresión resistente a tratamientos, el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), el trastorno por abuso de sustancias, dolor neuropático o secuelas motoras del ictus, además de futuras aplicaciones en esquizofrenia o el trastorno de estrés postraumático que aún se están investigando, más las que puedan aparecer en un futuro.
La EMT es una terapia física de neuromodulación no invasiva que permite modular la actividad de los circuitos neuronales través de un campo electromagnético
La EMT es una terapia física de neuromodulación no invasiva que permite modular la actividad de los circuitos neuronales través de un campo electromagnético que se genera con una bobina que se coloca sobre la superficie del cráneo. Este campo magnético atraviesa el cráneo y llega hasta la corteza cerebral, produciendo la activación o la inhibición de las neuronas que forman parte de los circuitos afectados en diversas patologías mentales.
Además, apenas presenta efectos secundarios, los más comunes son las cefaleas transitorias, molestias en el cuero cabelludo, pérdidas transitorias auditivas (tinitus o acúfenos) y uno de cada 40.000 casos puede presentar combulsiones, pero como asegura Cristobal Pavon, psiquiatra Red de Salud Mental de Araba, “se da en una casuística muy baja. Es una técnica muy segura y el beneficio es muy bueno. De hecho, se puede administrar en un entorno no quirúrgico, lo que hace a esta técnica muy atractiva”. Por su parte, Álvaro Moleón, psiquiatra en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, destaca la gran tolerabilidad de esta técnica, “que es mucho mejor tolerada que las terapias electrocombulsivas y con un efecto más prolongado, además de la facilidad de su aplicación”.
Depresión resistente y abuso de sustancias
El perfil del paciente, es de una persona que no responde de forma adecuada a los tratamientos farmacológicos habituales, llegando a presentar una alta tasa de resistencia, sobre todo en personas con depresión y TOC. La estimulación magnética transcraneal esta avalada científicamente para el abordaje de estas enfermedades, así como las adicciones a sustancias psicoactivas. Asimismo, en patologías como el dolor neuropático o las secuelas motoras del ictus, ya existe un nivel de evidencia alto que avala su aplicación. “Además, los últimos estudios abren la puerta al abordaje de los síntomas negativos de la esquizofrenia o el trastorno de estrés postraumático. De hecho, se espera que los próximos años se vaya a conseguir un aval científico para su uso extendido”, apunta Moleón.
La estimulación magnética transcraneal esta avalada científicamente para el abordaje de estas enfermedades, así como las adicciones a sustancias psicoactivas
Por su parte, Pavón destaca la aplicación en el trastorno por abuso de sustancias (tabaco, cocaína etc) incluso adicciones como el juego pueden beneficiarse de esta técnica. Aunque, advierte que aún esta en fase de desarrollo, a pesar de que ya hay pequeñas evidencias.
Incorporación al SNS
Ambos especialistas coinciden que la incorporación de forma extendida de esta técnica por todos los servicios de atención de psiquiatría y de salud mental por las redes públicas del Sistema Nacional de Salud facilitaría el acceso al tratamiento de estos pacientes y mejoraría el abordaje.
La incorporación de la EMT a la cartera de tratamientos del SNS mejoraría el acceso y el abordaje
Actualmente hay más de 20 hospitales en las redes públicas en el SNS y, en torno a 15 de ellos, se han incorporado en los últimos 2-3 meses. Además de las iniciativas privadas que dan soporte a estas técnicas, “aunque desafortunadamente, no todos pueden permitirse financiar un tratamiento de este tipo o el pago del mismo”, lamenta Pavón. En este sentido, Moleón destaca la relación costo-eficacia que presenta estos tratamientos. “La incorporación de la EMT al SNS va a permitir reducir las listas de espera, reducir los ingresos, incluso el número de hospitalizaciones por riesgo suicida”.
Retos
Esto abre una serie de retos que se deben de afrontar a corto medio y largo plazo. Pavón destaca en primer lugar, la importancia de estar al día de la evidencia para que sea útil a la hora de implementar su uso de forma más extendida y rigurosa y, en segundo lugar, dar a conocer la técnica a la mayoría de los profesionales para que conozcan su eficacia y se formen en base a criterios objetivos y científicos. Por su parte, Moleón señala retos a nivel logístico, es decir, la instauración de esta técnica en “al menos un hospital de cada provincia a nivel nacional”. Asimismo, señala la importancia de personalizar la EMT en función de las características del paciente y hacer un consenso entre todos los profesionales sobre labuena práctica clínica.
“El futuro es muy prometedor, se van a ir incorporando cada vez más patologías que se puedan beneficiar de la EMT, permitiendo cada vez más la personalización y el perfeccionamiento de los protocolos”
Álvaro Moleón, psiquiatra en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla
Esto posibilita la apertura de nuevos protocolos, más eficaces, más seguros y más eficientes. De modo que, sería posible ajustar más el tratamiento acortando su aplicación en apenas 5 días con la misma seguridad. En esta línea, Moleón se ha mostrado esperanzado con las nuevas vías terapéuticas que se abren con esta técnica. “El futuro es muy prometedor, se van a ir incorporando cada vez más patologías que se puedan beneficiar de la EMT, permitiendo cada vez más la personalización y el perfeccionamiento de los protocolos asistenciales.
Asimismo, Maleón destaca su aplicación en pacientes con ideación suicida. De hecho, está próximo a publicar un estudio en el que se observa una disminución de la conducta suicida en pacientes que reciben protocolos acelerados de EMT diagnosticados con depresión. Se espera que va ser una técnica muy efectiva en los próximos años y abrirá la puerta a nuevas aplicaciones y nuevos protocolos.
