Pedro Arriola
Pedro Arriola, especialista en Oftalmología.

Desde Gaceta Médica, distintos especialistas han aportado una visión integradora del abordaje del herpes zóster y el cambio de paradigma que supone la vacunación ante esta patología. Una de las consecuencias más graves, tras la neuralgia posherpética, es la posibilidad de que tener afección ocular. Este hecho es menos conocido entre la sociedad civil, por ello, GM entrevista a Pedro Arriola Villalobos, oftalmólogo del Hospital Clínico San Carlos (Madrid), profesor Asociado de la Facultad de Medicina de Universidad Complutense de Madrid y profesor colaborador en la Universidad Europea de Madrid, además de especialista en Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, Clínica Santa Elena y el Centro Médico Mapfre Majadahonda.


Puedes leer la entrevista aquí:

Pregunta. ¿Cómo puede afectar el herpes zóster a los ojos?

Respuesta. El herpes zóster puede aparecer en la zona periocular, generalmente en la piel de los párpados y también producir afectación ocular, donde puede producir alteraciones en diferentes zonas del ojo, con muy distintas patologías. Habitualmente, en gente sana no suele producir afectación ocular, pero en gente añosa, que tiene el sistema inmune más deteriorado, o personas inmunocomprometidas, sí pueden desarrollar afectación ocular por este virus, que puede llegar a ser muy graves, ya que pueden tender a la cronicidad. Por ello, para los oftalmólogos es una gran noticia que haya una vacuna.

“Muchas veces en las reactivaciones del herpes zóster no hay una verdadera replicación viral, no hay infección activa, pero sí hay una inflamación que puede tender a la cronicidad”

P. ¿Qué complicaciones pueden existir?

R. Depende del cuadro ocular que produzcan de forma aguda. Las formas más frecuentes, aquellas en que se afecta la piel del párpado (blefaritis) y/o la conjuntiva (conjuntivitis), no suelen producir secuelas. Sin embargo, la afectación de la córnea (queratitis) sí puede dejar secuelas, porque si el herpes zóster afecta a capas de la córnea más profundas que el epitelio puede producir una cicatriz a la que llamamos leucoma, que puede quitar visión o producir astigmatismo irregular. Por otro lado, la inflamación intraocular (uveítis)puede producir secuelas como cataratas o glaucoma y la inflamación de la retina (retinitis) puede dejar secuelas visuales importantes.

En definitiva, la afectación “profunda” del ojo es menos frecuente que la superficial y además la mayoría de los pacientes no tienen secuelas, pero un porcentaje considerable sí las tienen, y estas secuelas podrían ahora evitarse con la vacuna.

P. ¿Cuál es la incidencia del herpes zóster y la afectación ocular?

R. El herpes zóster oftálmico no es una causa frecuente de consulta, pero en un hospital de referencia como el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, que es donde trabajo, solemos ver varios casos a la semana. Éstos son, además, los que llegan a una consulta de urgencias de oftalmología y tienen manifestaciones oculares de cierto grado.

P. ¿Cuál es el perfil del paciente que presenta herpes zóster?

R. Suelen ser pacientes mayores de 60 años, siendo algo más frecuente en mujeres. Algunas enfermedades sistémicas, que comprometen el sistema inmune, como la diabetes, aumentan el riesgo de padecer herpes zóster.

P. ¿Cómo puede favorecer la vacunación a la prevención del herpes zóster?

La evidencia a favor de la vacuna es muy amplia, lo que ha llevado a la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) a recomendar su uso. Así, algunas comunidades, como Madrid, la han incorporado a su calendario vacunal en adultos. A este respecto, creo necesario apostar por un calendario de vacunación unificado, que evite que en función de dónde vivas tengas derecho a más o menos vacunas.

Respecto al herpes zóster, existen varios estudios que generan evidencia de su efectividad. Por ejemplo, en Australia están vacunando a los mayores de entre 70 y 80 años, evitando 7.000 casos de herpes zóster en tan solo dos años. En Alemania, han publicado un estudio que muestra que la vacuna previno el 95,4 por ciento de casos en mayores de 70 años.

P. ¿Considera que la vacuna va a ser bien recibida por parte de la sociedad?

R. Yo creo que es un buen momento, por la buena acogida de las vacunas frente al SARS-2. Hace falta una buena campaña informativa, que no publicitaria, porque un medicamento no se debe publicitar, pero es conveniente incentivar la vacunación entre adultos ya que no es obligatoria en España. Además, la sociedad civil debe saber que, aunque el herpes zóster es una afección que normalmente es leve y sin secuelas en ocasiones puede ser muy grave e incapacitante, terminando algunos pacientes en Unidades del Dolor.

Por ello, animo a todos los pacientes en rango de edad (en principio, mayores de 50 años) a que se vacunen en cuanto la vacuna esté disponible.

P. ¿Qué tipo de tratamientos existen para tratar el herpes zóster?

R. Primero se les trata con antivirales orales disponibles para herpes, normalmente con aciclovir o valaciclovir. Por otro lado, tenemos tratamientos tópicos antivirales y pomadas y, en ocasiones, hay que administrar corticoides tópicos por su efecto antiinflamatorio. En caso grave de retinitis y neuritis hay que ingresar al paciente para poner un tratamiento antiviral intravenoso, a veces en dosis altas, o en ocasiones, pinchar el tratamiento en la cámara vítrea. 

P. ¿Cómo es la recuperación de los pacientes?

R. La mayoría de los pacientes tienen cuadros cutáneos, por lo que suelen estar con manifestaciones cutáneas unos días hasta su resolución. Los virus del grupo herpes tienen un periodo de replicación activa de vida de unas dos semanas y los cuadros agudos duran entre una y tres semanas. Tras ello, entramos en la fase de posibles secuelas, como cicatrices o inflamaciones crónicas que quedan tras el brote de herpes zóster. Es importante vigilar a los pacientes con cuadros perioculares, puesto que en los siguientes días pueden desarrollar afectación conjuntival y/o corneal.

P. ¿Qué echáis en falta los oftalmólogos ante el herpes zóster?

R. Como oftalmólogos echamos en falta más información por parte de la ciudadanía, así como más educación sanitaria, que es muy importante. Además, nos gustaría tener una comunicación más directa con los médicos de atención primaria porque son los que terminan llevando el peso del tratamiento de nuestros pacientes. Uno de los retos fundamentales en la atención sanitaria hoy en día es la comunicación entre atención primaria y atención hospitalaria, y el herpes zóster es un buen ejemplo. 


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