El segundo lunes de febrero se conmemora el Día Internacional de la Epilepsia, una iniciativa impulsada por la International Bureau for Epilepsy (IBE) y la International League Against Epilepsy (ILAE), con el objetivo de concienciar sobre esta enfermedad neurológica.

La epilepsia es una enfermedad caracterizada por una actividad eléctrica anormal en el cerebro que provoca convulsiones, comportamientos y sensaciones inusuales, e incluso pérdida de conciencia. Se trata de una de las enfermedades neurológicas más frecuentes en todo el mundo con más de 50 millones de afectados y, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), afecta a 400.000 personas en España.

En palabras de Juan José Poza, coordinador del Grupo de Estudio de Epilepsia de la SEN, aunque afecta a personas de todas las edades, la incidencia de la epilepsia es mayor en niños y ancianos. Convirtiéndose así en la tercera enfermedad más frecuente en el anciano, y el trastorno neurológico más frecuente en niños

Además es una enfermedad que seguirá siendo cada vez más habitual en los próximos años. El aumento de la esperanza de vida, así como en el aumento de la supervivencia de las personas que padecen algún factor de riesgo de esta enfermedad, hará que su incidencia siga creciendo en todo el mundo en los próximos años”, esclarece Poza.

La epilepsia es una enfermedad caracterizada por una actividad eléctrica anormal en el cerebro que provoca convulsiones, comportamientos y sensaciones inusuales, e incluso pérdida de conciencia

Riesgos, además de genéticos

Aunque en el desarrollo de esta enfermedad están implicados diversos factores genéticos y metabólicos -además de otros que aún no están claros-, desde la SEN advierten de que en el riesgo de padecer epilepsia también influyen otros. Entre ellos, destacan el haber sufrido algún tipo de lesión perinatal, alguna infección del sistema nervioso central, traumatismo craneoencefálico o algún un ictus. Y, puesto que estos son factores de riesgo modificables, se estima que un 25 por ciento de los casos de epilepsia podrían ser prevenibles.

“Por ello, para Poza, llevar a cabo estrategias que permitan mejorar la salud materna y neonatal, el control de ciertas enfermedades transmisibles, así como prevenir lesiones y problemas vasculares, podría ayudar a reducir significativamente el número de casos”.

Como ejemplo, el experto de la SEN explica que las meningitis bacterianas y las encefalitis víricas son responsables de un 2-5 por ciento de los casos de epilepsia.

Por otro lado, Poza señala que las personas que hayan sufrido algún traumatismo craneoencefálico (TCE) grave tienen un riesgo 20 veces mayor para desarrollar epilepsia que las personas con TCE leves, y, éstos, son la causa del 4-5 por ciento de los casos de epilepsia. En esta misma línea, haber sufrido un ictus puede ser la causa de desarrollar epilepsia en hasta un 12 por ciento de los casos.

Resistentes al tratamiento

A pesar de que existen distintos tratamientos para esta enfermedad, que hace que cerca de un 75 por ciento de las personas que padecen epilepsia puedan llevar una vida prácticamente normal, existe un 25 por ciento de pacientes que no responde a los tratamientos: es lo que se denomina epilepsia farmacorresistente.

En la actualidad, este porcentaje de pacientes resistentes a la medicación actual no se beneficia de un tratamiento efectivo. A esto se le añade que no en todos los países es posible el acceso correcto a tratamientos. Dos factores que, para Poza, hacen que la epilepsia sea la causa de la pérdida de más de 13 millones de años por discapacidad y de más del 0,5 por ciento de la carga mundial de morbilidad.

“Además, el riesgo de muerte prematura en personas con epilepsia es hasta tres veces mayor que en la población general”, añade Poza.

Las personas que han sufrido algún traumatismo craneoencefálico (TCE) grave tienen un riesgo 20 veces mayor para desarrollar epilepsia que las personas con TCE leves.

Asimismo, aproximadamente un 50 por ciento de los adultos con epilepsia padecen al menos otro problema de salud físico o psiquiátrico. Entre las afecciones psiquiátricas más frecuentes destacan la depresión (23 por ciento) y la ansiedad (20 por ciento). Por otro lado, la discapacidad intelectual es la afección comórbida más frecuente en niños con epilepsia (30-40 por ciento).

“La presencia de otra afección que coexista con la epilepsia va asociada a un aumento de las necesidades de atención sanitaria, a una mayor exclusión social y por lo tanto a la disminución de la calidad de vida“, destaca Poza.

Por lo que, para el experto, la epilepsia no solo tiene importantes repercusiones económicas, tanto por la atención sanitaria como por la pérdida de productividad laboral, sino que supone una importante carga física, psicológica y social para buen número de pacientes y sus familias

La epilepsia es la causa de la pérdida de más de 13 millones de años por discapacidad y de más del 0,5 por ciento de la carga mundial de morbilidad.

“Días como hoy deben servir para concienciar sobre esta enfermedad, sobre la necesidad de impulsar la investigación de nuevos tratamientos, así como para fomentar su prevención en los casos en los que sea posible”, concluye.


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