El cambio climático tiene una serie de efectos directos e indirectos en la salud humana, que se están volviendo cada vez más evidentes. Se conoce que está provocando un cambio de patrones, como el aumento de la propagación de enfermedades transmitidas por vectores, o que la contaminación del aire está empeorando las patologías respiratorias.

En este sentido, un reciente estudio, publicado en la revista especializada ‘Jama Cardiology’, ha analizado el impacto del cambio climático en la salud cardiovascular comprobando que los factores estresantes ambientales tienen efecto en la salud cardiaca. Estos pueden aumentar el riesgo de eventos cardiovasculares adversos al causar cambios fisiológicos directos, malestar psicológico y alteraciones en la infraestructura de salud relacionadas. Sin embargo, la asociación entre diversos factores de estrés ambiental relacionados con el cambio climático y la incidencia de eventos cardiovasculares adversos aún no había sido revisada sistemáticamente hasta ahora.

Revisión sistemática

La realización de este estudio se basa en la revisión de la evidencia actual sobre la asociación entre los factores estresantes ambientales relacionados con el cambio climático y los resultados cardiovasculares adversos. Así, los investigadores realizaron búsquedas en PubMed, Embase, Web of Science y Cochrane Library para identificar publicaciones revisadas por pares desde 1970 hasta 2023.

Se excluyeron los estudios que solo investigaron la contaminación del aire por partículas no relacionadas con incendios forestales. Además, dos investigadores revisaron de manera independiente 20.798 artículos y seleccionaron 2.564 para una revisión completa del texto. La calidad de los estudios se evaluó usando el marco de trabajo Navigation Guide y los hallazgos se sintetizaron cualitativamente debido a las diferencias significativas en el diseño de los estudios, lo que impidió realizar un metanálisis cuantitativo.

Hallazgos significativos

De los 492 estudios observacionales que cumplieron con los criterios de inclusión, 182 examinaron temperaturas extremas, 210 se centraron en el ozono a nivel del suelo, 45 investigaron el humo de incendios forestales y 63 se ocuparon de eventos climáticos extremos, como huracanes, tormentas de polvo y sequías.

Estos estudios aportaron hallazgos de 30 países de ingresos altos, 17 países de ingresos medios y un país de ingresos bajos. La solidez de la evidencia se calificó como suficiente para las temperaturas extremas; el ozono a nivel del suelo; las tormentas tropicales, huracanes y ciclones; y las tormentas de polvo. Sin embargo, la evidencia fue limitada para el humo de incendios forestales e inadecuada para las sequías y los deslizamientos de tierra.

Los investigadores encontraron que la exposición a temperaturas extremas estaba asociada con un aumento de la mortalidad y morbilidad cardiovascular, aunque la magnitud de este efecto varió según la temperatura y la duración de la exposición. El ozono a nivel del suelo amplificó el riesgo asociado con temperaturas más altas, y viceversa.

Por otro lado, los eventos climáticos extremos, como los huracanes, se asociaron con un mayor riesgo cardiovascular que persistió durante muchos meses después del evento inicial. Asimismo, algunos estudios encontraron un ligero aumento de la mortalidad cardiovascular, los paros cardíacos extrahospitalarios y las hospitalizaciones por cardiopatía isquémica tras la exposición al humo de los incendios forestales, mientras que otros no encontraron ninguna asociación.

Los adultos mayores, las poblaciones pertenecientes a minorías raciales y étnicas y las comunidades de bajos ingresos se vieron afectadas de una manera desproporcionada, exacerbando las desigualdades en salud.

Relevancia de los hallazgos

Analizar el impacto del cambio climático en la salud es importante por diversas razones y analizar su impacto es esencial para proteger a las personas, tomar decisiones de manera informada y desarrollar respuestas efectivas que salvaguarden la salud pública en un contexto de cambio global.

Los efectos de este no solo impactan en la salud física, también en la salud mental, ya que los eventos climáticos extremos y los cambios en el entorno pueden causar estrés, ansiedad y otros problemas de salud mental, tanto a corto como a largo plazo, por lo que es un factor elemental para tener en cuenta. Comprender estos impactos es crucial para desarrollar políticas y estrategias de adaptación que protejan la salud pública, mejoren la resiliencia de las comunidades y minimicen los efectos negativos del cambio climático.

Además, conocer esto permite ayudar a identificar medidas de mitigación que no solo reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también tengan co-beneficios para la salud, como la promoción de energías limpias y la mejora de la calidad del aire.

Los investigadores prevén que varios factores de estrés ambientales, que aumentarán en frecuencia e intensidad con el cambio climático, se asocian con un mayor riesgo cardiovascular, pero faltan datos sobre los resultados en los países de bajos ingresos. “Se necesitan medidas urgentes para mitigar el riesgo cardiovascular asociado al cambio climático, en particular en las poblaciones vulnerables”, concluyen.


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