Juan Turnes, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del CHOP.

Tras la implantación del ‘Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C’ en 2015, se ha conseguido curar la enfermedad en el 95 por ciento de los casos. Teniendo en cuenta el objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de erradicar esta patología en 2030, Gaceta Médica ha hablado con Juan Turnes, jefe del Servicio de Aparato Digestivo en el Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHOP), ganadores del último Premio BiC en esta categoría, para explorar los retos y mejoras en diagnóstico que plantea la hepatitis C.

Pregunta. ¿Cuáles son las reivindicaciones que hace como especialista en el ámbito de la hepatitis C?

Respuesta. Necesitamos un mayor compromiso de las autoridades sanitarias. No me refiero a Galicia en concreto, donde se presentó en el mes de septiembre del 2022 una estrategia de eliminación de la hepatitis C, me refiero a que más de la mitad de las comunidades autónomas de nuestro país no tienen ningún tipo de estrategia ni de plan para eliminar la hepatitis.

P. Un estudio español de 2019 analizó el impacto económico del diagnóstico de la infección en un solo paso con el diagnóstico tradicional. Esta innovación, además de otras que van llegando, ¿se traduce menos costes sociales y sanitarios?

R. Sí, no solo es una medida costo efectiva evaluada en España, sino que además tiene todo el sentido. Estamos ante una enfermedad que tiene pruebas que la diagnostican con fiabilidad, pero hasta hace poco, había que hacer pruebas de forma consecutiva; primero una serología para saber si tenías anticuerpos y después una PCR para confirmar que hay virus activo en la sangre. Si tecnológicamente podemos hacer las dos pruebas sobre la misma muestra de sangre, no tiene sentido citar dos veces a la misma persona para hacer dos pruebas diferentes, porque, sabemos que una parte importante de la población se pierde en el proceso y no se hace la segunda prueba. 

P. ¿Cuándo se comenzó a trasformar este diagnóstico a uno que conllevara un único paso?

R. En España, alrededor del año 2017, comenzó a implantarse lo que se llama “diagnóstico en un solo paso”, que no es más que sobre la misma muestra de sangre cuando se detectan anticuerpos se hace una PCR. Esto permite superar estas barreras y mejora la capacidad diagnóstica. Además, incluso se puede dar un paso más allá, como en el caso que tenemos en Galicia, en el que se hace cribado oportunista poblacional en función de la edad utilizando directamente un sistema de pooling y PCR, lo que permite reducir todavía más los costes y los tiempos.

P. En febrero de 2023, la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) anunció que proveería de 9.000 test de diagnóstico rápido de hepatitis virales a todos los hospitales españoles para avanzar en la eliminación de la hepatitis C en poblaciones vulnerables. ¿Qué le parece esta acción?

R. Esta acción, cuyo nombre es “Facilita”, pretende promover y facilitar el diagnóstico de la hepatitis C en dispositivos sanitarios (públicos o privados) de atención a drogodependientes, para que cualquier tipo de dispositivo sanitario pueda disponer de test rápidos para hacer una valoración diagnóstica inicial de la hepatitis C. Es importante tener en cuenta que estos test son fundamentalmente test en saliva que detectan anticuerpos y que, por lo tanto, requieren una confirmación, pero tienen ventajas: son gratuitos y el resultado se tiene en pocos minutos. Son, por tanto, idóneos para algunas poblaciones que tienen dificultades para acceder al sistema de salud.

P. ¿Qué retos hay por delante en cuanto al diagnóstico y tratamiento de la hepatitis C?

R. El principal reto es el compromiso de las administraciones sanitarias. Ya tenemos excelentes herramientas para el diagnóstico de todo tipo de poblaciones; podemos realizar el diagnóstico en los hospitales, en los centros de salud, en centros de adicciones, incluso tenemos técnicas que permiten hacer diagnósticos precisos por PCR en menos de 50 minutos. O sea, no necesitamos más herramientas, sino implantar las herramientas ya disponibles. En cuanto al tratamiento, es difícil que sea mejor de lo que ya es. Con un tratamiento que cura a más del 98 por ciento de los pacientes, lo único que hace falta es darlo a las personas que tienen la infección y para eso hay que diagnosticarla.

P. ¿Qué esfuerzos deberían hacerse y que medidas se tendrían que tomar, a nivel político y administrativo, para mejorar la detección, diagnóstico y tratamiento de esta patología?

R. España ha ido más allá de alcanzar los objetivos de la OMS, se ha comprometido de verdad con eliminar esta infección en la población. Pero, en el momento actual, los dos planes que están realmente en activo y que tienen un enfoque de eliminar la hepatitis C son el plan andaluz y el plan gallego. Para saber las medidas que hay que tomar, recomiendo consultar en qué consisten estos planes, mejorar la información epidemiológica de esta enfermedad para dimensionar con claridad cuántas personas están afectadas y establecer diferentes estrategias, que deben tener siempre en cuenta a las poblaciones vulnerables. El objetivo debe ir más allá de las metas de eliminación de la OMS, para obtener un resultado real de eliminar la enfermedad, cada comunidad autónoma debe adaptar estas medidas a su realidad, buscando su estrategia óptima. 


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