Veinte años después de la prohibición del uso del amianto en España, continúa siendo una urgencia a la que hacer frente debido a los riesgos asociados a su exposición. El amianto, también en ocasiones denominado uralita o asbesto por sus similitudes, es un grupo de minerales que se encuentra de forma natural en el entorno. Utilizado por grandes industrias y por la construcción, fue un material popularizado en las décadas de los 70 y 80 en España debido a sus características, como la capacidad que tiene para aislar el calor o el sonido, entre otras.
Sin embargo, se comprobó que los trabajadores que lo manipulaban desarrollaban diferentes enfermedades. La principal causa es que el amianto se deteriora con el paso del tiempo y desprende unas fibras que pueden ser inhaladas y no son expulsadas al exterior. En España, este materia continúa presente en muchas de las construcciones.
Una exposición sin nivel de seguridad
Por los motivos anteriores, el amianto se convierte en “una prioridad de salud pública”, según ha destacado en una entrevista con Gaceta Médica Laura Mezquita, miembro del Grupo de Trabajo de Cáncer y Trabajo de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y oncóloga médico e investigadora en el Hospital Clínic de Barcelona. En este sentido, la experta recuerda que este material es es un carcinógeno de grupo 1 según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Precisamente, para hacer frente a esta problema, la SEOM y la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) llevan meses reclamando el desarrollo de una Ley Integral del Amianto que permita evitar las muertes derivadas de sobreexposicón a este material. La iniciativa, que comenzó como un movimiento ciudadano impulsado por asociaciones, pretende que se cumpla la directiva europea del año 2013, que insta a los Estados miembro a elaborar un registro de los edificios que contengan amianto, para proceder a su retirada. Además, la ley anima a consolidar una vigilancia medioambiental para proceder de una forma correcta en torno a la retirada del amianto.
Así lo ha explicado Carmen Diego, neumóloga y secretaria general de Separ, quien destaca a Gaceta Médica la necesidad de conseguir un fondo de compensación e indemnización para todos los afectados y los daños que ha supuesto el material.
“En Galicia, por ejemplo, tenemos muchísima uralita; en este sentido es una urgencia porque muchos trabajadores enfermaron y otros siguen enfermando”, insiste la experta.
El problema del amianto, trasladado al Congreso
Precisamente, esta semana el Pleno del Congreso de los Diputados debatió la proposición de ley para crear un fondo de compensación de las victimas. Todas las formaciones, a excepción de Vox que ha optado por la abstención, respaldaron tramitar esta iniciativa.
Esta proposición de ley ha sido presentada por diputadas autonómicas del PSOE, PNV y EH-Bildu, aunque sus orígenes se remontan al Parlamento Vasco en 2016
Maitane Ipiñaraz, diputada del Partido Nacionalista Vasco recordó en la Cámara que el amianto está presente viviendas, pabellones industriales, en tuberías, e incluso en colegios, una cuestión a la que calificó como “un verdadero problema de salud publica”. Para poner solución, propuso establecer protocolos de prevención de la exposición, seguimiento de la salud y la compensación de las victimas.
Este último es el más complejo para la diputada debido al tiempo de latencia existente entre el tiempo de exposición y el desarrollo de enfermedades, que es “extraordinariamente largo”.
“Esta deuda la tenemos pendiente desde hace mucho tiempo, con muchas victimas que se han quedado por el camino”
Maitane Ipiñaraz, diputada del Partido Nacionalista Vasco
Por este motivo, Ipiñaraz explicó que los sistemas de compensación suelen ser “inoperantes” y las victimas se ven obligadas a recurrir a los tribunales y litigar por daños y prejuicios a las empresas. Sin embargo, la diputada insistió en que “en muchos casos no hay empresas o los afectados no consiguen sobrevivir al largo proceso judicial”.
Amianto en cifras
La retirada de este material continúa siendo una tarea pendiente en España. Desde Separ destacan que las instituciones europeas ya han instado a los estados miembros y a toda la Unión Europea a erradicar el amianto de forma segura antes del año 2032.
Asimismo, esta sociedad científica recuerda los daños producidos por el Amianto en cifras:
El amianto provoca cada año 88.000 muertes en Europa, lo que representa el 55-85% de los cánceres de pulmón en el trabajo, según un Dictamen de 2019 de CESE (2019/C 240/04).
En España, se estima que podría haber 130.000 fallecimientos a causa de la exposición al amianto, antes del 2050, el 40% aún por acontecer, si no se toman medidas para revertir el incremento de víctimas.
Uno de los principales problemas que presenta la exposición al amianto es es que no hay una dosis de seguridad, no hay un nivel por debajo del cual no haya riesgo”. La experta de Separ ha explicado que las fibras del amianto tienen “el tamaño y la forma perfecta” para entrar en el pulmón y no salir de él.
Con un tamaño de aproximadamente tres micras, las fibras de este material se convierten en una amenaza para la salud respiratoria
“El proceso es el mismo que cuando entra una viruta de madera en la piel y no la quitas, se empieza a formar una cicatriz alrededor: esto es lo que sucede en el pulmón”
Carmen Diego, neumóloga y secretaria general de Separ
Enfermedades asociadas
En este sentido, ambas expertas han explicado a Gaceta Médica las enfermedades vinculadas con la exposición al material: cáncer de pulmón, cáncer de laringe y de ovario, y asbestosis (fibrosis de los pulmones). El desarrollo de estas enfermedades tiene un periodo de latencia largo y pueden transcurrir más de 20 años hasta desarrollar un cáncer relacionado, según coinciden ambas.
“La erradicación completa del amianto en nuestro medio es fundamental para evitar el desarrollo de este tipo de enfermedades“
Laura Mezquita, miembro del Grupo de Trabajo de Cáncer y Trabajo de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM)
Mezquita recuerda que en 2004, el cáncer de pulmón relacionado con el amianto, el mesotelioma y la asbestosis causados por exposiciones laborales dieron lugar a 107.000 muertes y 1.523.000 de años de vida ajustados por discapacidad (DALY).
Otra patología asociada con la exposición es el mesotelioma, que tiene una incidencia de unos 2,1 casos/100.00 habitantes año en población general y tiene una clara relación con el amianto.
Laura Mezquita, de SEOM, explica que es un cáncer que se origina en las serosas que envuelven los órganos internos del cuerpo, como pleura, peritoneo, pericardio y otros, siendo el más frecuente el mesotelioma pleural (70%), originado en la pleura.
Seguimiento de pacientes
A parte de estas cifras, la experta de SEOM indica que, además, “miles de muertes pueden atribuirse a otras enfermedades relacionadas con el amianto”, así como exposiciones a este material que no están relacionadas con el lugar de trabajo. En relación a esto último destaca la exposición doméstica o ambiental.
Si el paciente es fumador, las probabilidades de sufrir cáncer de pulmón, mesotelioma, cáncer de laringe y tumores del aparto digestivo aumentan, según Carmen Diego, experta de Separ, quien insiste en la necesidad de llevar a cabo un seguimiento de todos los pacientes que estuvieron en contacto con el amianto.
“No debería exponerse nadie de forma directa al amianto, hay trabajadores que tienen que retirarlo y para ello hay una normativa muy estricta de cómo tienen que trabajar”
Carmen Diego, neumóloga y secretaria general de Separ
Para proceder a la retirada, las empresas deben cumplir con la normativa asociada a los riesgos laborales y deben figurar en un registro para estar autorizadas.
Ante esta situación, otra de las incognitas que ronda en torno a las cuestiones del amianto es el número de personas que estén afectadas por el material, un interrogante dificil de estimar ya que “es imposible saber a día de hoy cuántas personas podríamos estar afectadas por la exposición del amianto a nivel doméstico o ambiental en España”, concluye Laura Mezquita.
