Un análisis de datos del Registro de Tumores Torácicos (RTT) del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) describe las diferencias entre poblaciones de pacientes con tumores torácicos menores y mayores de 80 años

El cáncer de pulmón es el segundo tumor más común a nivel mundial en ambos sexos y el primero en términos de mortalidad, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Asimismo, aunque tradicionalmente se ha ligado el cáncer de pulmón a personas fumadoras, también lo pueden desarrollar otras que nunca hayan fumado, ya que, independientemente del tabaco y otros factores de riesgo, el cáncer de pulmón, como todos los cánceres, es causado por mutaciones.

Composiciones genéticas particulares pueden llevar a que algunas personas sean más susceptibles de desarrollar este tumor, pero también el riesgo de cáncer aumenta exponencialmente con la edad. Según un un artículo de Tania Estape, psicooncóloga en la Fundación para la Educación Pública y la Formación del cáncer (FEFOC), se estima que cerca del 60 por ciento de los cánceres se desarrollan en personas mayores de 65 años. Sin embargo, como manifiesta el estudio ‘Describiendo las diferencias entre poblaciones de pacientes con tumores torácicos menores y mayores de 80 años: análisis de datos del registro de tumores torácicos SLCG’, “la mayoría de los estudios se han centrado en pacientes más jóvenes y sólo un pequeño número se han realizado en población de edad avanzada”.

Asimismo, Mariano Provencio, presidente del GECP y jefe de Oncología del Hospital Puerta de Hierro, señala a Gaceta Médica que “con el aumento de la esperanza de vida la definición de ‘persona anciana’ está cambiando. A nivel de estado de salud general, claramente a partir de 80 años la situación empeora y por ello se decidió poner ese corte”.

El cuidado de pacientes ancianos con cáncer presenta un desafío importante para la salud pública debido a la relación bidireccional que existe entre la incidencia del cáncer y el avance de la edad. Además, otros factores relacionados, como el envejecimiento de la población, impactan en este problema. Se estima que entre 2020 y 2050 se triplique el número de personas de 80 años o más.

Mayores de 80

El envejecimiento y el cáncer son dos elementos que están interconectados de diversas formas. A mayor edad mayor acumulación de mutaciones genéticas somáticas que, eventualmente, pueden llevar al desarrollo de tumores si estas afectan al crecimiento celular y su división. Pero también existen otras asociaciones como la inestabilidad del genoma, alteraciones epigenéticas y remodelación tisular. Todos estos cambios conllevan a un mayor deterioro de la función física, cognitiva y orgánica, así como en un mayor riesgo de comorbilidad.

“Todos estos factores suponen que el manejo de una enfermedad tan complicada y potencialmente letal como el cáncer de pulmón sea complejo en población de edad avanzada”, resalta el estudio.

En este sentido, en el año 2016, el Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) creó el primer Registro de Tumores Torácicos (TTR). Este estudio observacional y prospectivo incluyó pacientes con diferentes tumores torácicos y es el único registro de este tipo en Europa. El objetivo fue extraer información valiosa del TTR para identificar tendencias epidemiológicas entre dos grupos de pacientes: los menores de 80 años y los de 80 años o más.

Resultados del estudio

El número total de pacientes reclutados para el estudio, desde agosto de 2016 hasta abril de 2023, fue de 26.193, siendo el 93,1 por ciento menores de 80 años y el 6,9 por ciento tenían 80 años o más. “Hemos observado que con más edad hay más toxicidad y menos posibilidad de tratamientos agresivos. Ello puede llevar a estudiar los pacientes con menos rigurosidad, por lo que nos parecía importante estudiarlos”, destaca Provencio.

Para todos los biomarcadores, la proporción de pacientes a los que se les realizó una determinación molecular fue menor en los pacientes de mayor edad. Asimismo, según el estudio no hubo diferencias en cuanto a alteraciones en los biomarcadores probados; excepto para EGFR, cuya tasa de positividad fue mayor en pacientes de 80 años y más, 25 por ciento en comparación con el 15,3 por ciento del otro grupo. La proporción de pacientes mayores con mutaciones dirigidas fue mayor.

“Para estos marcadores ya existe terapia dirigida, por tanto, hay que estudiarlos también en esta población mayor. Puede que no sea fácil administrar quimioterapia en este grupo de edad, pero estos fármacos dirigidos se toleran perfectamente”, indica el especialista.

Elegir el tratamiento teniendo en cuenta únicamente la edad puede llevar a que muchos adultos mayores reciban un tratamiento insuficiente o excesivo, ya que la edad cronológica a menudo no refleja con precisión el estado fisiológico, funcional o de biomarcadores de los adultos mayores. “Al menos en el momento del diagnóstico, se debe proceder de forma estándar. Después, a la hora del tratamiento, se deben considerar las comorbilidades y la situación inicial del paciente”, añade Provencio.

Es fundamental realizar una valoración integral de los pacientes para definir el tratamiento. En el estudio, alrededor del 30 por ciento de pacientes mayores de 80 años que seguían vivos a los dos años de seguimiento.


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