Un nuevo estudio, publicado en National Science Review, analiza el grado de divergencia molecular entre el SARS-CoV-2 y otros coronavirus relacionados

Investigadores chinos han descubierto dos cepas del Covid-19, lo que demuestra que el coronavirus ha mutado, causando infecciones por todo el mundo. Los autores avanzan que con estos hallazgos queda demostrado que  la divergencia entre los dos virus es mucho mayor que la anteriormente estimada.

“Los SARSr-CoV probablemente están causados ​​por mutaciones y por la selección natural además de la recombinación”, explican. Así los análisis genéticos de la población de 103 genomas de SARS-CoV-2 indicaron que estos virus evolucionaron  en dos tipos principales (designados L y S).

Tras el análisis, los genomas sugieren que el tipo L es más agresivo que el tipo S y que la interferencia humana puede haber cambiado la propagación de ambas cepas días después del brote.

En este sentido, la cepa más agresiva está causando el 70 por ciento de los casos, frente a la cepa S que supone el 30 por ciento.

Explican los autores que, mientras que el tipo L fue más frecuente en las primeras etapas del brote en China, la frecuencia ha ido disminuyendo desde finales de enero. Los autores señalan que la intervención humana puede haber ejercido una presión selectiva más severa sobre el tipo L, que hace que sea más agresiva y se disemine más rápidamente. Por otro lado, el tipo S, que es evolutivamente más antiguo y menos agresivo, podría haber aumentado su frecuencia relativa debido a una presión selectiva relativamente más débil.

Datos limitados

“Los datos examinados en este estudio aún son muy limitados”, explican los autores. Se necesitan, por tanto, datos para comprender mejor la evolución y la epidemiología del coronavirus.

“Existe una gran necesidad de más estudios inmediatos e integrales que combinar datos genómicos, datos epidemiológicos y registros de los síntomas clínicos de pacientes con SARS-CoV-2”, destacan.

En humanos, la intervención puede haber ejercido una presión selectiva más severa sobre el tipo L, que podría ser más agresivo y se propaga más rápidamente.

Por otro lado, el tipo S, que es evolutivamente mayor y menos agresivo, podría haber aumentado en frecuencia relativa debido a la presión selectiva relativamente más débil. Estos hallazgos respaldan firmemente la necesidad urgente de más estudios inmediatos e integrales que combinen datos genómicos, datos epidemiológicos, y registros gráficos de los síntomas clínicos de pacientes con enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19).