Las repercusiones de la pandemia de COVID-19 no se han limitado a la salud física -que muchos pacientes todavía sufren las consecuencias derivadas de la COVID persistente-, sino que se han extendido también a la salud mental de la población. Así, diferentes investigaciones han alertado del aumento significativo de problemas de depresión y ansiedad desde el inicio de la pandemia. Algo a lo que no han sido ajenos los pacientes con enfermedades crónicas como la psoriasis, quienes también han sufrido sus consecuencias en forma de rebrotes o de la interrupción de sus tratamientos.

Estas son algunas de las conclusiones planteadas durante el encuentro ‘Psoriasis y Salud mental organizado por Janssen. El foro, coordinado por Juan Escalas, responsable de la Unidad de Fototerapia y Psoriasis del Hospital Universitario Son Espases y profesor asociado de las Universidad de las Islas Baleares, ha contado con la participación de Aurora Guerra, responsable de Dermatología Clínica IMEDE y profesora titular de Dermatología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM); Gastón Roustán, del servicio de Dermatología del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid; Elena González Guerra, del servicio de Dermatología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid; la psicóloga Marta Loro, del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid; y el psiquiatra Luis Gutiérrez Rojas, del servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario San Cecilio (Granada). A lo largo de la jornada, los diferentes ponentes facilitaron una serie de consejos clave para el cuidado del paciente.

Una enfermedad visible

La psoriasis afecta a la piel, lo que la convierte en una enfermedad “visible”. Por esta razón, esta afección puede llegar a causar frustración o baja autoestima en aquellos quienes la sufren, lo que puede derivar, a su vez, en enfermedades mentales, como la depresión.

El factor psicológico en este tipo de paciente genera, además, un gran impacto en su esfera social, sexual y laboral, según los expertos. Se calcula que el estrés emocional puede llegar a afectar hasta a un 90 por ciento de las personas con psoriasis, lo que puede empeorar el curso de la enfermedad.

En este sentido, Escalas ha destacado la importancia de este tipo de jornadas para informar sobre el impacto en la salud mental de una enfermedad crónica.

Se calcula que el estrés emocional puede llegar a afectar hasta a un 90 por ciento de las personas con psoriasis, lo que puede empeorar el curso de la enfermedad

“Diferentes estudios han podido constatar que esta afección tiene un impacto en la salud mental similar al infarto de miocardio y más que la diabetes, o incluso que la depresión, lo cual demuestra la importancia de que estos pacientes puedan contar con un tratamiento adecuado”, ha subrayado el especialista.

Tal y como ha indicado Escalas, “el grado de ansiedad que algunas personas padecieron con el confinamiento durante la pandemia ha hecho que algunos pacientes hayan presentado rebrotes importantes de psoriasis”. Asimismo, ha destacado que “algunos pacientes, por el miedo a que sus tratamientos biológicos pudieran afectarles en caso de contagiarse, interrumpieron ellos mismos el tratamiento, lo cual causó rebrotes graves de la enfermedad”, ha agregado.


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