Dolor/ XX Congreso de la SED

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Las novedades técnicas permiten la liberación de adherencias nerviosas que aparecen tras una cirugía fallida de espalda de forma segura y eficaz
| 2010-05-28T16:13:00+02:00 h |

E. Sainz Corada

Madrid

Bajo el nombre de ‘síndrome de cirugía fallida de espalda’ (SCFE) se esconde lo que los expertos califican como “el gran drama” de los pacientes con dolor lumbar, pues así se denomina a la aparición de fibrosis epidural como resultado de una intervención quirúrgica previa y para la que, hasta ahora, no había tratamiento posible.

“Es muy frecuente —confirma José Ramón González Escalada, presidente del congreso de la Sociedad Española del Dolor, que tuvo lugar la semana pasada en Madrid— que en el 90 por ciento de los casos la fibrosis se debe a una operación que al final hace más daño que la propia hernia. Y el cirujano no puede hacer nada más ya, así que el paciente, desesperado, se envía a las Unidades de Dolor, donde buscábamos soluciones”, cuenta.

Una de ellas, tal y como se presentó en el congreso, es la epiduroscopia, una técnica de visualización percutánea para el diagnóstico y tratamiento del dolor lumbar crónico. En realidad no se trata de una técnica nueva, sino que se ha producido un desarrollo muy reciente gracias a varios cambios técnicos, como los que permiten girarlo arriba, abajo, a la derecha y a la izquierda por un lado, y por otro, el desarrollo de elementos que permiten no sólo la visualización del espacio epidural sino un tratamiento seguro y eficaz.

En esta revolución de la técnica, señala Concepción Pérez Hernández, de la Unidad de Dolor del Hospital de la Princesa de Madrid, los dos elementos fundamentales han sido la aplicación de un catéter de Fogarty y el desarrollo de una radiofrecuencia coablativa mediante el Resaflex. Esto “permite la liberación de adherencias en los nervios raquídeo, acceder a las raíces de los nervios y poner tratamientos específicos”, añade González Escalada. “Entre un 5-7 por ciento de los pacientes con lumbalgia crónica estaría justificada la indicación de esta técnica”.

La indicación actual es dolor radicular debido a FBSS y/o estenosis del canal lumbar que no responde a tratamiento conservador. En cuanto a las potenciales complicaciones, son raras, pero cabe destacar la infección, aracnoiditis, meningitos o hemorragia intracraneal o retiniana, si bien “muchas se evitan mediante la aplicación de técnicas básicas de precaución para procedimientos invasivos”, asegura Pérez Hernández.

Nuevo analgésico

Pese a que el tratamiento farmacológico del dolor tiene muy pocas bases terapéuticas (opiáceos, AINE…) la presentación de los datos referentes a un nuevo analgésico —tapentadol— de acción central con dos mecanismos (agonista de los receptores opioides e inhibidor de la recaptación de la noradrenalina) y los buenos resultados obtenidos con él por el momento lo convirtieron en otra de las grandes novedades en el marco del congreso.

Daniel Semper, jefe de sección del Servicio de Anestesiología del Hospital Germán Trias i Pujol de Badalona, mostró los resultados de los ensayos clínicos más significativos con este fármaco, que aún no está autorizado en España. Uno de ellos (fase III doble ciego en el que se administró el fármaco, oxicodona o placebo durante 12 semanas en 965 pacientes con dolor lumbar inespecífico moderado) muestra una disminución notable del dolor respecto al placebo y similar en ambos grupos de sustancias activas siendo el perfil de seguridad de tapentadol mucho mejor, causando un 42 por ciento menos de náuseas, un 53 por ciento menos de vómitos y un 49 por ciento menos de estreñimiento que el grupo de oxicodona. Ocasionó un 57 por ciento menos de prurito, 18 por ciento de somnolencia 30 por ciento de mareos, lo que condicionó un 7 por ciento de discontinuaciones frente al 14 de la oxicodona.

Las conclusiones son “una alta eficacia en dolor agudo y crónico nociceptivo y neuropático, su perfil de seguridad excelente, con una tolerancia mejor que otros opioides potentes y un menor porcentaje de interrupciones de tratamiento por efectos adversos”. Además, dijo, “no se ha observado desarrollo de tolerancia”, algo que se debe, como explicó Juan Antonio Micó, catedrático de Farmacología de la Universidad de Cádiz, a que “presenta un 50 por ciento menos de afinidad sobre los receptores opioides que la oxicodona”.

Basado en la tecnología del movimiento AdaptiveStim, similar a la que se puede encontrar en la consola Wii, un nuevo dispositivo de neuroestimulación para el tratamiento del dolor crónico en espalda y piernas permite detectar el cambio de postura del paciente y ajusta de manera automática la estimulación para administrar la cantidad correcta para aliviar el dolor.

La generación anterior aportaba unos niveles predeterminados de estimulación, hecho que requería que los pacientes cambiaran de manera manual los ajustes para aliviar el dolor mediante un mando a distancia, cuando cambiaban de posición o actividad.

El nuevo dispositivo utiliza una tecnología que incluye el uso de un algoritmo registrado junto con un acelerador, un componente mecánico innovador, que utiliza la fuerza y la dirección de la gravedad terrestre para detectar la posición del paciente y ajustar de manera automática el nivel de estimulación necesario para el alivio del dolor evitando que los pacientes tengan que hacer ajustes manualmente. Incluso si el movimiento es errático, la tecnología de sensor del movimiento, mucho más refinada que la que se encuentra en la electrónica de consumo popular, permite al paciente recibir una estimulación continua óptima para aportarle alivio.