br
Este déficit puede influir en una peor capacidad mental y visual del niño
Un tercio de las gestantes no cumple la ingesta aconsejada de estos ácidos grasos
Redacción
Barcelona
Una de las tendencias que está cobrando fuerza en el campo de la Pediatría es detectar qué nutrientes constituyen una herramienta terapéutica útil para prevenir los problemas mentales o promover una salud mental más adecuada. Así lo indicó Pablo Sanjurjo, presidente del comité científico del Congreso de la Asociación Española de Pediatría y profesor de la Universidad del País Vasco.
Se están realizando investigaciones que apuntan a los ácidos grasos omega 3 como “un elemento muy relacionado” con la salud mental tanto del niño como del adulto.
Aunque hay otros compuestos que participan en el neurodesarrollo, como el hierro, el zinc, el ácido fólico, los nucleótidos o los oligosacáridos, Sanjurjo subrayó que los ácidos grasos w3 de larga cadena “son imprescindibles porque el cerebro se nutre de ellos, forman parte de la masa cerebral, y su déficit podría derivar en una peor evolución visual y cognitiva”.
En este sentido, los especialistas hacen hincapié en dos principales grupos de riesgo, las gestantes y los lactantes, “en los que se deben extremar y garantizar el consumo de estas sustancias ya que coinciden con el momento de desarrollo neurocognitivo”.
El organismo fabrica estas sustancias de forma endógena, y también están presentes en la dieta, pero no es suficiente. En un estudio han comprobado que un tercio de las gestantes no llega a tomar la cantidad recomendada de ácidos grasos omega 3 (200-259 mg/día), según informó Sanjurjo. Para los lactantes, la cantidad adecuada es de 10-15 mlg/kilo. “Los bebés que no reciben leche materna deberían complementar la lactancia artificial con suplementos que incorporen hierro, zinc y ácidos grasos”, añadió.
TDAH y trastorno bipolar
Por otro lado, aunque a un nivel “especulativo” debido a que los resultados son aún preliminares, parece viable que el déficit de ácidos grasos omega 3 tenga relación con patologías como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, la depresión, el trastorno bipolar o la esquizofrenia. “En cualquier caso, no sería la causa directa de estas enfermedades, pero sí influiría en su aparición”, puntualizó.
“Salvar la Pediatría”
Aprovechando la celebración del congreso, la AEP lanzó la campaña de participación social “Salvar la Pediatría”, cuyo fin es concienciar sobre los riesgos que ponen en peligro la actual atención pediátrica.
El Informe sobre Oferta y Necesidades de Médicos Especialistas elaborado por el Ministerio de Sanidad y Consumo revela que Pediatría, junto con Medicina Familiar y Comunitaria, son las disciplinas con mayor necesidad de profesionales. Y también alude a la falta de pediatras el documento “Necesidades de médicos en España”, publicado este año, como recordó Serafín Málaga, presidente de la AEP.
En el caso de Canarias, se estima que se precisaría un 25 por ciento más de especialistas para dar cobertura adecuada la demanda asistencial. En concreto, en Las Palmas, cada pediatra atiende a 1.420 niños, a los que hay que añadir la población derivada del turismo, “lo que refleja la sobrecarga asistencial que existe”, apuntó Francisco Domínguez Ortega, presidente del congreso.
Para Málaga, la falta de profesionales “se agravará en los próximos años debido, entre otras causas, a la preferencia de un número importante de pediatras jóvenes por ejercer en otros países y a la jubilación inmediata de un gran número de pediatras”. Según datos del Ministerio de Sanidad y Política Social, el 31 por ciento de los médicos que ejercen tiene entre 50 y 60 años y un 10 por ciento más de 60 años. Además, recordó que el proyecto de troncalidad pone en peligro la continuidad de la calidad asistencial que ofrecen las 22 subespecialidades pediátricas en la actualidad.
