A. C. Madrid | viernes, 23 de octubre de 2015 h |

Este año la ESC ha sacado cinco nuevas guías de práctica clínica. Una de ellas ha sido la de arritmia ventricular y muerte súbita en la que han participado más de 80 expertos, bien actuando como miembros del comité redactor, bien como revisores.

En ella, han remarcado cuál sería el perfil de paciente más adecuado para recibir los desfibriladores subcutáneos (S-ICD), desde el punto de vista diagnóstico o terapéutico, como así puso de manifiesto el presidente del Comité de la ESC para la elaboración de Guías de Práctica Clínica (CPG) en España, José Zamorano.

“Es de destacar que por primera vez los desfibriladores subcutáneos aparecen en la guía de CPG europea, con un nivel de recomendación 2A”, indica el cardiólogo, añadiendo que obtener esa recomendación significa que el comité consideró que “hay suficiente evidencia científica para proponer estos dispositivos en aquellos pacientes en los que esté indicado como una sugerencia importante”. “Obtener categoría 1, quiere decir que todos los miembros están de acuerdo con esa indicación, 2A es que debe ser indicado, 2B que podría y 3 que no debe estar”, agregó.

Según Zamorano, pese a que en el área de los desfibriladores, los dispositivos “son cada vez más precisos”, el gran enemigo de estos dispositivos son las descargas inadecuadas o inapropiadas, es decir, que a veces un desfibrilador pueda activarse sin que sea necesario. Tal y como señaló el especialista, este es uno de los problemas tanto para los médicos como para los pacientes. Sin embargo, advirtió de que también se debe prestar atención al precio de los mismos. “No hay duda de que el precio es otra de las áreas de mejora”, concluyó el presidente.