Oncología/ Un estudio demuestra que genes dañinos viajan solos por la sangre

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Los oncogenes se empaquetan en microvesículas que se están identificando

Las investigaciones abren nuevas vías para luchar contra el cáncer de colon

| 2010-01-22T14:32:00+01:00 h |

Toni Martínez

Valencia

Un nuevo descubrimiento puede revolucionar la forma de abordar el tratamiento oncológico que se emplea en la actualidad. El equipo del doctor Damián García Olmo, junto a investigadores del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de Valencia y científicos de Génova ha demostrado que los oncogenes disueltos en el plasma son los responsables de la metástasis en otros órganos.

Como explica García-Olmo “hasta ahora, la lucha contra el cáncer se centraba en la célula entera, por lo que se actuaba con quimioterapia sobre ella, pero con este descubrimiento se abren nuevas líneas para actuar sobre los oncogenes que circulan solos y se pueden buscar nuevos tratamientos para bloquearlos”.

El estudio ha demostrado una hipótesis sobre la que se estaba trabajando hace ya algunos años y es que con estos trabajos se comprueba que existe un nuevo mecanismo de difusión de tumores primarios a través de “microvesículas”, unas micropartículas membranosas que son capaces de infectar a las células madre difundiendo mutaciones y transmitiendo órdenes de proliferación, transformándolas en tumores secundarios. Estas microvesículas, también llamadas “exosomas”, se encuentran en la sangre, y se desprenden en forma de secreción, por lo que pueden desplazarse por el organismo.

Centro Príncipe Felipe

La participación del CIPF en la investigación corrió a cargo del laboratorio de Morfología Celular, dirigido por José Manuel García-Verdugo. Para demostrar la hipótesis de trabajo desde la que partía el estudio se empleó un filtro de laboratorio conocido como transwell, que no permite el paso de estructuras de un tamaño superiores a 0,4 micras, y por lo tanto para ninguna célula completa. Este filtro fue colocado entre un depósito de plasma de pacientes con tumores colorrectales ubicado en la parte superior, y otro depósito situado en la parte inferior que contenía células susceptibles de ser infectadas.

Los investigadores comprobaron que las células situadas en la parte inferior habían adquirido la mutación de los pacientes. La existencia de microvesículas en el filtro o transwell, observadas a través del microscopio electrónico del CIPF, permitió demostrar que estas partículas habían “viajado” desde el plasma a través del filtro, infectando a las células y convirtiéndolas en tumorales.

Para García-Vérdugo esta forma de difusión por microvesículas “podría estar también en la base de la explicación de otras enfermedades neurodegenerativas como son el párkinson, el alzhéimer o enfermedades priónicas, que se extienden por el organismo, y de las cuales se desconocen las causas de su propagación”.

Por otro lado, las investigaciones también demostraron que las células humanas son resistentes al contagio por lo que es improbable que este proceso provoque un cáncer tras una transfusión.