I+D+i/ Esperan poder lanzar una docena de consorcios industriales el año que viene

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Más del 70 por ciento de la innovación producida en hospital surge del personal que, en el desarrollo de su actividad, detecta una necesidad no cubierta
| 2010-09-17T17:48:00+02:00 h |

E. Sainz Corada

Madrid

Su cometido es fomentar la innovación y la “creatividad científica” dentro del Hospital La Paz de Madrid, pero su misma puesta en marcha es ya, de por sí, toda una novedad. En funcionamiento desde diciembre del año pasado gracias a la financiación específica del Ministerio de Ciencia e Innovación con un presupuesto de cerca de 200.000 euros al año (que se va a extender un mínimo de cuatro años “si las cosas van bien y las condiciones presupuestarias del Estado lo permiten”), la misión de la nueva Unidad de Innovación consiste en “poner en valor industrial toda la creatividad científica” que hay en el centro, como explica su director, Cristóbal Belda.

“La idea es intentar dar todo el soporte posible primero a la protección de la creatividad de los investigadores creando una base tremendamente diversificada de proyectos para, en una segunda parte, crear modelos de negocio aplicados a esa creatividad protegida y que, de forma conjunta con distintos inversores, podamos hacer proyectos de desarrollo que redunden en el beneficio no sólo del hospital y los inversores, sino en el de los pacientes”. Es más, continúa, éste es un sistema para obtener nuevos fondos que permitan hacer más investigación.

Todo ello sería, además, una buena forma de potenciar la carrera investigadora. “Los hospitales en España en la mayoría de los casos dan respuesta a las necesidades sanitarias puntuales. En esta estructura con recursos limitados un investigador que se dedica a trabajar sobre modelos de ratones tiene que competir con un traumatólogo que necesita tratar rodillas. Y en ese sentido el investigador se encuentra en una posición muy desfavorable. Con esta unidad lo que pretendemos es dar un valor añadido al investigador, ya que no sólo se dedica a trabajar sobre modelos animales sino que, además, es capaz de generar nuevos recursos que permiten que el hospital funcione mejor porque le genera una financiación añadida”.

“Cuantos más investigadores tengas que tengan mayor capacidad de hacer creación protegida, más posibilidades tienes de interaccionar con el tejido empresarial de tu área geográfica, y eso genera más riqueza, más puestos de trabajo y a la vez mayor cantidad de recursos para el funcionamiento del propio hospital, con lo cual lo que intentamos es ampliar el modelo hospitalario”, continúa.

Patentes y consorcios

A pesar del poco tiempo que la unidad lleva en funcionamiento no cabe duda de que los resultados son, cuando menos, esperanzadores. A día de hoy todas las patentes del centro madrileño —21 por ahora— cuentan ya con un plan de negocio realizado, y varias de ellas tienen preparado un consorcio industrial para su desarrollo. “Probablemente de aquí a diciembre seremos capaces de lanzar 4-5 consorcios industriales y esperamos el año que viene poder lanzar 10-12 más. Sobre todo porque, independientemente del número que podamos tener en estos momentos, el objetivo es hacer ciencia útil”, puntualiza.

Y es que, recuerda, pese a que la mayor parte de la investigación nacional viene financiada por la vía pública no existe prácticamente ningún retorno más allá del prestigio del investigador (España ocupa el 9º puesto en producción científica a nivel mundial pero en cambio ocupa una posición “deshonrosa” en la licencia de patentes). “Obtenemos financiación a través de proyectos de investigación, pero la inversión verdadera para continuar haciendo ciencia tiene que venir retornada de la inversión privada y ésta se realiza sobre proyectos de desarrollo. Es excepcional encontrarla en los proyectos de investigación pero muy fácil en los de desarrollo”, asegura el experto.

Por eso las expectativas de futuro en cuanto a la producción de nuevas patentes son buenas pues, como bien dice, en un hospital la creatividad es continua. “Pensamos que éste es un modelo de éxito en el sentido de que más del 70 por ciento de la creatividad surge directamente del personal sanitario que, realizando su actividad cotidiana, se encuentra con una necesidad no cubierta que intenta resolver. Por tanto es un modelo en el cual no hay que generar la necesidad. Por eso pensamos que el suministro de proyectos de desarrollo a medio y largo plazo va a ser enorme, independientemente de que a corto los consorcios industriales se vayan a producir con los que ya tenemos”.

Aplicación inmediata

La acogida también ha sido excelente tanto por parte de los investigadores de los inversores, que, como señala Belda, están buscando cosas diferentes donde el riesgo no sea muy alto: “Lo que identifica nuestro personal son necesidades reales con lo que el inversor se encuentra con proyectos aplicables de forma inmediata en tres, cuatro años y además con una estructura administrativa que permite hacer eso, con lo cual tanto la acogida de la fuente de proyectos de desarrollo como aquellos que están llamados a invertir para poder llevarlos acabo ha sido enorme en estos primeros meses. Ahora lo que tenemos que hacer es cristalizarla”, concluye.