Foro/ El director de Hospitales de la Comunidad Madrid cree que el sistema no subsistirá con este tipo de medidas

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García Vargas cuestionó la falta de médicos argumentando que el ratio en España es el mayor de Europa

Frente al copago, Abarca abogó por el doble aseguramiento y el compromiso de no politizar la enfermedad

| 2009-11-02T09:34:00+01:00 h |

Esther Martín del Campo

Madrid

Más allá del gasto sanitario y la economía pura, la sostenibilidad del modelo actual también podría estar en entredicho por cuestiones meramente profesionales, según se ha puesto de manifiesto en el Foro Mundial Soria 21 sobre salud, bienestar, calidad de vida y desarrollo sostenible celebrado en Madrid. Antonio Burgueño, director de Hospitales de la Comunidad de Madrid, apuntó esta idea en una de sus mesas de debate.

Tras cuestionar la insuficiencia financiera del sistema, que entra en contradicción con un gestor próximo a los ciudadanos que no puede hacer oídos sordos a sus demandas, Burgueño criticó la productividad del colectivo médico: “somos el país de Europa con más médicos por 1.000 habitantes, pero somos el país europeo que menos productividad tenemos para nuestros médicos”, espetó.

“Si alguien piensa que este modelo sanitario va a subsistir con médicos que trabajan 35 horas sobre el papel…”, apostilló el director de los hospitales madrileños, recalcando ante la mesa que los facultativos han obtenido ventajas “magníficas” en los últimos años. En la misma línea, el director aclaró que las horas de guardia se descuentan de ese horario, de manera que hay quien va “15 horas a la semana al hospital”, lo que es, en sus palabras, “casi ni ponerse la bata, ni vestirse de verde”. Para Burgueño, “hay que ser ufanos para seguir pensando que quieren más”.

Médicos de “cabecera”

Las críticas del representante de la administración también se extrapolan a la atención primaria. “En los planes funcionales, sólo falta que hagamos en los centros una sala para ocio y distracciones, y que pongamos una película a sus usuarios”, indicó. En la misma línea, criticó que la respuesta ante la gripe A se articule pensando que las más de 800.000 personas que van a padecerla irán al hospital. “En este modelo sanitario se han olvidado de que existen la cama y el enfermo”, aseveró, recordando su ejercicio profesional, en el que una gripe le llevaba a visitar a domicilio a cerca de 15 pacientes, cuando la media actual en este tipo de asistencia ronda las 0,4 visitas a domicilio por día. “Ojalá se llamaran médicos de cabecera y fueran así”, aseveró. Como conclusión, Burgueño subrayó que tanto el sistema sanitario como el modelo actual deben ser profundamente revisados.

Copago y pacientes activos

Si el modelo no se puede mantener en términos de recursos humanos, menos aún bajo un prisma puramente económico. Julián García Vargas, ex-ministro de Sanidad y presidente en la actualidad de la Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Aeronáutica y Espacio (Tedae) no pudo ser más categórico: “A largo plazo, el gasto sanitario no es sostenible”, remarcó. García Vargas repasó los datos de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo, que constatan que nuestro país ha pasado de gastar un 7,2 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en el año 2000 a un 8,5 por ciento del PIB en 2007, una evolución que considera imposible de mantener. “Hasta ahora, el crecimiento económico ha dado margen al crecimiento en Sanidad, pero cuando las economías crezcan entre el uno y el dos por ciento, también competirá con el gasto en pensiones o en dependencia”, aseguró.

El ex ministro y economista matizó que el gasto en personal no es excesivamente alto, aunque también puso en evidencia que se piense que hacen falta más médicos cuando nuestro país tiene la tasa más alta del continente.

García Vargas repasó el cambio de paradigma que se impone en Europa, donde se pone el acento en convertir a los pacientes en sujetos activos. En la misma línea, destacó las medidas adoptadas en Holanda, donde se han puesto límites a la solidaridad, dejando de atender a quien se niega a seguir un tratamiento, o en Francia, Alemania e Italia, que aplican copagos en la atención a las urgencias. Algo inconcebible en nuestro país: “En España no se puede hablar de copagos ni de retirar prestaciones en el sistema. Si esto es sostenible, que venga el patrón de los imposibles económicos y lo vea”, concluyó.

Pilares en crisis

Pero García Vargas no es el único defensor del copago como medida en pro de la sostenibilidad del modelo sanitario, una postura que ha expresado en múltiples foros. Enrique Sánchez de León, ex ministro de Sanidad y Seguridad Social, también abogó por ello: “Es una necesidad no de financiación, sino de disuasión. El copago sólo es inviable por el miedo de los partidos políticos a mostrarse de acuerdo con esta medida”, sugirió en la mesa.

Sánchez de León hizo hincapié en que la reforma es posible desde un planteamiento sensato, e insistió en que pilares básicos del Sistema Nacional de Salud, como la gratuidad, la universalidad, la equidad o la aplicación de los principios democráticos, están en crisis en este modelo sanitario.

Visibilidad a la privada

Desde el ámbito de la sanidad privada, Juan Abarca, director general del Grupo HM Hospitales, no cree que el copago sea planteable para la sociedad, pero sí el doble aseguramiento, que descarga al sistema público. El 60 por ciento de los más de ocho millones de usuarios de la sanidad privada tienen doble cobertura, y cada uno de ellos, según sus cálculos, descarga al sistema público de entre 1.000 y 1.300 euros anuales.

Abarca agobó por dar transparencia a la sanidad privada, en lugar de esconderla, como cree que sucede ahora, y entender que es la mayor vía de descarga de gasto público.

La sostenibilidad del sistema también pasa, en opinión del director del grupo de hospitales, por eliminar la demagogia del discurso que diferencia la sanidad pública de la privada, y por el compromiso de los gestores de no politizar la enfermedad.