Formoterol, SARM y estrategias anti-mioestatinas están en fase de investigación

Los nuevos tratamientos favorecerán que el paciente recupere masa muscular

| 2009-12-11T16:54:00+01:00 h |

Cecilia Ossorio

Barcelona

La caquexia es un síndrome caracterizado por una fuerte pérdida de peso y de masa muscular, que a menudo se acompaña de anemia, de un cierto grado de anorexia, así como de cambios metabólicos que afectan a la movilización de proteínas musculares y degradación de lípidos del tejido adiposo.

Está asociado a diferentes patologías, como el cáncer, la infección crónica, el sida, la enfermedad obstructiva crónica pulmonar, politraumatismos, grandes quemados, enfermedades neurodegenerativas, la enfermedad coronaria crónica…

En el caso del cáncer, hasta un 40 por ciento de los pacientes pueden padecer caquexia, y algunos tumores en concreto, como los de páncreas o los gástricos, presentan las tasas más altas, según explicó a GM Josep M. Argilés, jefe del Grupo de Bioquímica y Biología Molecular del Cáncer en la Universidad de Barcelona (UB) y copresidente del Comité de la 5ª Conferencia Mundial sobre Caquexia en Barcelona, junto a Stefan Anker, del Charité Campus Virchow-Klinikum de Berlín (Alemania).

Hay toda una serie de mediadores de tipo tumoral y humoral (citoquinas y hormonas) que activan el proceso caquéctico, que en el caso de los pacientes oncológicos continúa incluso cuando el tumor ya ha sido tratado.

Ganar masa muscular

El problema que presenta el tratamiento actual, el acetato de megestrol —agente progestágeno que favorece el apetito— es que provoca que el paciente engorde, pero no que gane proteína.

Por ello se están investigando varios fármacos dirigidos a evitar la pérdida de peso y provocar que el paciente gane masa muscular. Como explicó Argilés, hay abiertas varias líneas de ensayo que incluyen el uso de formoterol, un beta2 agonista que ha descrito su grupo de la UB; estrategias anti-mioestatina —la molécula que impide que se forme masa muscular—; y los SARM (modulador específico de receptor androgénico), que son moléculas que no presentan las características androgénicas típicas, pues “no tienen efectos secundarios de un andrógeno puro”.

Actualmente se está llevando a cabo un ensayo fase II en Edimburgo con formoterol, y Argilés calcula que para mediados de 2010 estará finalizado. Este fármaco ha demostrado en estudios preclínicos que reduce la proteolisis muscular, favorece la síntesis de las proteínas del músculo esquelético, inhibe la apoptosis, favorece la regeneración muscular y mejora la fuerza de agarre.

Durante la reunión se habló de los esfuerzos por ahondar en el conocimiento de mecanismos moleculares, en particular del sistema del proteasoma, implicado en la proteolisis del músculo esquelético.

Otro de los problemas que interfieren en el manejo de la caquexia es la falta de un biomarcador para saber qué pacientes desarrollarán este síndrome. Ahora bien, como subrayó Argilés, resulta fundamental que “en todo buen hospital oncológico el nutricionista trabaje mano a mano con el oncólogo”. Así se evitaría que el paciente inicie el tratamiento de forma tardía, como ocurre en la actualidad.

Además, destacó la importancia de controlar este síndrome en pacientes pediátricos que sufren neoplasias, puesto que, en caso de curación del tumor, la pérdida de masa muscular afecta al crecimiento propio del niño.