El 44 Congreso Nacional de Semergen ha iniciado su andadura en Sevilla con la mirada puesta en la equidad. En una mesa precongreso celebrada bajo el título “La equidad en el ámbito de atención primaria (AP) en el Sistema Nacional de Salud: análisis de la situación y propuestas de mejora”, la sociedad ha presentado las conclusiones de su documento de propuestas para el fortalecimiento de la equidad en la atención primaria, diseñadas por un grupo multidisciplinar de expertos.

El punto de partida de este trabajo es que el modelo de AP se encuentra en un momento de transformación obligada por algunas circunstancias que impactan de forma determinante en el sistema, como la falta de especialistas en medicina de familia para cubrir un número importante de plazas en muchos puntos de España. Un momento de cambios hacia un modelo organizativo orientado a conseguir un primer escalón asistencial más resolutivo, con mayores capacidades y en el que el médico de familia se encuentre más reconocido y motivado.

En este contexto, José Polo, presidente de Semergen, explica el alcance de este proyecto, que tiene una especial importancia la sociedad científica: “Es muy importante haber podido reunir a este grupo de expertos con experiencia en la gestión sanitaria que han consensuado un conjunto de medidas cuyo objetivo es generar debate y conocimiento de calidad para contribuir al fortalecimiento de la equidad del sistema”, apunta.

Se trata de que “las diferencias razonables que se dan en un modelo sanitario descentralizado como el del SNS, no terminen redundando en desigualdades significativas en la prestación sanitaria y en la práctica asistencial diaria de los médicos de familia en las diferentes comunidades o áreas de salud”, indica.

Necesidades de médicos

Los expertos del grupo de trabajo remarcan que se parte de un elevado nivel de equidad en el acceso a la asistencia sanitaria y ponen el acento en los recursos humanos como principal riesgo de inequidad, en especial en el primer nivel asistencial. Prueba de ello son las dificultades para cubrir las necesidades de médicos de familia en algunas zonas de España.

En este sentido, consideran urgente la adopción de medidas equitativas para el conjunto del país, que incluyan una mejora de las condiciones económicas pero que vayan más allá, y tengan en cuenta otros aspectos de la carrera profesional y la conciliación familiar. Solo de esta forma podrá evitarse que numerosas plazas de medicina de familia, especialmente en las áreas más rurales, queden desiertas año tras año, afectando de forma importante a la equidad en el acceso a la AP en estas áreas con respecto a los núcleos urbanos, tal y como subrayan los autores del documento.

En línea con lo anterior, y junto a estas medidas dirigidas a la captación y retención de facultativos de AP en determinadas áreas geográficas, es urgente definir e implementar un plan de acción global para atender las necesidades específicas de la AP en las zonas rurales, que haga más atractiva la medicina de familia en estas zonas. Para ello deben contemplarse nuevas medidas organizativas, que permitan el desarrollo de nuevos modelos para la prestación asistencial aprovechando las oportunidades que brinda la telemedicina y la atención no presencial.

Compartir buenas prácticas

Aunque consideran que el acceso a la atención primaria en el SNS es universal y equitativo de forma mayoritaria, existen diferencias organizativas que pueden provocar desigualdad. Por ello, instan a trabajar en identificar las desigualdades y extender procedimientos y prácticas que se han demostrado como eficaces, bajo el liderazgo del ministerio y con la participación activa de las comunidades.

Asimismo, subrayan que la cartera de servicios de primaria debe ser homogénea entre las comunidades autónomas. Para atajar las diferencias principales, que suelen darse en pruebas complementarias y diagnósticas, consideran necesario trabajar en la definición de un catálogo de pruebas diagnósticas que definan, por ejemplo, qué debe ser accesible desde atención primaria.

Por otra parte, remarcan que la variabilidad de circuitos asistenciales y de medidas organizativas puede generar también desigualdades importantes en la prestación sanitaria. Por ello es necesario establecer unos protocolos basados en la evidencia científica que determinen cuáles han de ser las vías de atención óptimas para mejorar la resolución de las consultas médicas de AP.

En la misma línea, el acceso del médico de familia a la información clínica y farmacoterapéutica de sus pacientes es esencial para asegurar la continuidad asistencial. En algunas Comunidades existe el acceso compartido a esta información, pero en muchas otras no, lo cual genera mayores dificultades para la atención integral de los pacientes por parte de su médico de familia.

Con respecto a la labora de prevención que lleva a cabo la AP, remarcan que es necesario establecer una cartera de servicios clara sobre qué políticas de prevención y programas de cribado concretos deben implementarse de forma equitativa en todas las comunidades Autónomas. La prevención de la enfermedad y la promoción de la salud debe constituir uno de los ejes de actuación en los equipos de AP y esta actividad debe prestarse también en condiciones de equidad.

Visados y desigualdad

Con respecto la equidad, también ponen el acento en los sistemas de visado farmacéutico que presentan importantes desigualdades entre unas zonas y otras, dificultando en algunas comunidades el acceso de los pacientes a algunos tipos de fármacos y ejerciendo una labor de fiscalización previa que pone en duda la confianza del sistema en el médico de familia.

Según este análisis, nuestro sistema sanitario adolece de una política de evaluación sobre qué se hace y cómo se hace. Para poder determinar una cartera homogénea de servicios con unos procedimientos también comunes para las diferentes comunidades, sería necesario establecer por consenso de un grupo de trabajo un conjunto de indicadores que permitan cuantificar qué aporta verdadero valor y qué no lo aporta.

De igual modo, ponen en valor que incrementar la capacidad de resolución de los médicos de AP implica apostar por un programa de formación y recertificación de los facultativos que permita mejorar sus competencias a lo largo de su carrera para ofrecer más y mejores servicios asistenciales. Para ello, es necesario incrementar las horas dedicadas a la formación de las que disponen los médicos de familia de una manera equitativa entre las distintas comunidades autónomas.

Todas estas aportaciones generaron un intenso debate en esta mesa precongresual, en la que participaron algunos miembros del panel de expertos del grupo, con una amplia representación de gerentes de servicios regionales de salud, portavoces de la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, pacientes y gestores políticos.

Por su parte, José Polo, insistió en la importancia de dotar con los recursos adecuados a la AP, “en recursos humanos, que es muy importante, pero también en el acceso equitativo a la tecnología diagnóstica como aspecto clave para conseguir una práctica de alta resolución”.


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