La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) solicitan nuevamente al Ministerio de Sanidad la incorporación a la Cartera de Servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS) de los anticoagulantes orales de acción directa (ACOD) para el tratamiento de las personas que sufren una tromboembolia pulmonar (TEP). Desde la entidad se pide así su impulso “cuanto antes”, ya que apuntan que se trata de un avance “necesario en pro de la salud de los pacientes con embolia pulmonar”. “Estamos convencidos de que nuestra petición razonada será atendida por nuestras autoridades sanitarias para mayor beneficio de nuestros pacientes”, señalan.

La TEP es la tercera causa de enfermedad cardiovascular en frecuencia, tras el infarto de miocardio y el ictus, con una mortalidad de casi el 20 por ciento a los 3 meses, en la mayoría de ocasiones debido a otras condiciones coexistentes graves, como el cáncer o la sepsis. Asimismo, es la forma de manifestación más grave de la enfermedad tromboembólica venosa (ETV), que incluye también la trombosis venosa profunda.

Si bien se dispone de los antagonistas de la vitamina K (AVK) y los ACOD, estos últimos, aprobados para el tratamiento de los pacientes que padecen TVP y/o TEP, y considerados de elección para la mayoría de los pacientes con TEP (por encima de los AVK), no están financiados en otras condiciones (como en la fibrilación auricular).

“Los ACOD ofrecen determinadas ventajas importantes frente al resto de alternativas de anticoagulación. Así, en comparación con los AVK, que es la opción de anticoagulación oral actualmente financiada, producen menos problemas de hemorragias, que es el principal riesgo asociado al tratamiento anticoagulante”, explica Alberto García, neumólogo del Hospital Dr. Peset de Valencia y Coordinador del Área de Circulación Pulmonar de Separ. Asimismo, considera que “aportan más autonomía a los pacientes porque no requieren los controles periódicos para ajustar la dosis en los centros de salud, lo que favorece un mayor grado de satisfacción con el tratamiento”.

Ahorro en costes

Otra de las grandes ventajas que resulta del uso de estos medicamentos, según Separ, es que genera un verdadero ahorro de costes para el SNS. No en vano, argumentan que reduce drásticamente la necesidad de controles y la necesidad de atención médica relacionada con los problemas hemorrágicos relacionados con la anticoagulación, incluyendo una disminución de visitas a urgencias y de ingresos hospitalarios.

García destaca que España es el único país de Europa que no financia los ACOD para esta indicación. Sin embargo, sí está financiada actualmente para el tratamiento de la fibrilación auricular. “Esto provoca inequidad en el acceso a este tratamiento en el caso de los pacientes con embolia de pulmón que, por el coste de estos anticoagulantes que precisa actualmente en España de ser asumido por parte del paciente que sufre una TEP”.

El experto ejemplifica además que su uso supondría una reducción de distintos gastos sanitarios. “En los pacientes con cáncer que sufren una TEP el tratamiento anticoagulante debe realizarse con inyecciones diarias de heparina o, alternativamente, con ACOD, que tienen un coste cuatro veces inferior, siendo una alternativa que ahorra costes sanitarios y ofrecen una mayor comodidad para este perfil de pacientes”.


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