La feminización de la Medicina es un hecho también en las universidades españolas. El pasado curso 2022-2023, según se desprende del último informe del Ministerio de Universidades, de los más de 43.561 matriculados en la carrera de Medicina, 30.739 eran mujeres. Es decir, más del 70 por ciento de sus estudiantes son mujeres, una cifra que solo ha ido en aumento en los últimos años. En concreto, desde el curso 2015-2016 este porcentaje ha aumentado cinco puntos, según la Estadística de Estudiantes Universitarios (EEU). Esta feminización de la Medicina se traslada también a las plantillas de los hospitales, donde más del 60 por ciento son facultativas especialistas. Sin embargo, esto sigue sin traducirse en un mayor liderazgo femenino.

Así lo expusieron Cristina Avendaño, vicepresidenta de Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME); Pilar Garrido, expresidenta de FACME; Sagrario Bustabad, presidenta de la Sociedad Española de Reumatología (SER); Lourdes Lledó García, exdecana de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Alcalá; e Iria Miguéns, directora del grupo MUEjeres de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) durante el café de redacción ‘Impulso del talento femenino en sanidad’, un acto englobado dentro de la iniciativa ‘Mujeres de la Sanidad’, impulsada por Fundamed en colaboración con Gaceta Médica.

En la antesala del Día Mundial de la Mujer Médica, que se conmemora el 11 de febrero, las representantes destacaron que el papel protagonista de la mujer en sanidad todavía es limitado, tal y como evidencia WOMEDS (Women in Medicine in Spain), un proyecto de FACME con la participación de la Conferencia de Decanas/os de Facultades de Medicina Españolas (CNDFM) que monitoriza, periódicamente, la representación de las mujeres en las posiciones de liderazgo. Según reflejan sus datos, “el porcentaje de mujeres en estas posiciones está por debajo de lo esperado”, adelantó Avendaño, quien explicó que, en ocasiones, esta desigualdad se achaca a la edad. “Todavía se plantea que al final de la carrera, cuando hay más posiciones de liderazgo, el porcentaje de mujeres es menor, pero ya toca decir que no es así”, incidió.

En concreto, en el tramo entre 45 y 55 años, “el de plenitud profesional”, en palabras de la vicepresidenta de FACME, el porcentaje de mujeres es mayor al de hombres; mientras que en el tramo de 45 a 65 años todavía hay más hombres, “pero con una diferencia de dos puntos porcentuales, que no es nada comparado con los 30 puntos porcentuales de diferencia que tenemos en las jefaturas de servicio o las facultades”. Por eso, criticó que ese argumento “ya no es válido” y animó a actuar para impulsar medidas de apoyo a la igualdad de oportunidades y reducir, así, la brecha de género en sanidad, instaurada aún en los cuatros ámbitos de la profesión médica que analiza el proyecto WOMEDS (asistencial, investigación, representación científico-profesional y carrera académica).

Concienciar a los jóvenes

Durante el encuentro, las representantes coincidieron en que el relevo generacional y la llegada de más facultativas especialistas mujeres a los hospitales del Sistema Nacional de Salud no es “en absoluto” una garantía para romper el techo de cristal en Medicina. De hecho, Avendaño advirtió de que no solo no han desaparecido las desigualdades en sanidad, “sino que la conciencia del problema ha disminuido entre las nuevas generaciones”.

En esa misma dirección se pronunció Pilar Garrido, quien alertó de que “muchos de los jóvenes no piensan que hay realmente un sesgo de género, pero cuando tienen una edad intermedia y se dan cuenta de que su carrera no ha despegado y la de su compañero sí, a veces ya es tarde para poder reconducir la situación”. Así, Garrido subrayó la necesidad de trabajar en la concienciación de las nuevas generaciones desde las universidades y las sociedades científicas puesto que, en palabras de la expresidenta de FACME, “ni nos podemos permitir perder la mitad del talento ni las mujeres estamos dispuestas a asumir que, en algún momento, las oportunidades llegarán”. Asimismo, aseguró que “es fundamental” hacer llegar este mensaje a toda la población joven porque “no llegaremos ningún lado sin hombres comprometidos”.

Por su parte, Lourdes Lledó coincidió en que las nuevas generaciones, “que se han educado en igualdad”, creen que hombres y mujeres tienen las mismas oportunidades cuando, en su opinión, “no es así y los datos lo avalan”. Así, la exdecana de la UAH destacó la importancia que tienen observatorios como el proyecto WOMEDS para poner cifras y datos objetivos a las “sensaciones” que perciben estas profesionales. “Este tipo de proyectos, que reflejan esas sensaciones con datos, es lo que nos avala que algo tiene que cambiar en la sociedad”, tal y como expuso Lledó, miembro del equipo de WOMEDS, un grupo de trabajo conformado por mujeres con una dilatada experiencia en las sociedades científicas y la universidad.

En esa línea, la directora del grupo MUEjeres de SEMES subrayó que el problema, a veces, “está difuminado” y no se percibe como tal. Por eso, señaló la necesidad de que los observatorios se completen y actualicen, de concienciar y educar a las nuevas generaciones en igualdad y, en definitiva, “tomar cartas en el asunto de manera contundente, con posicionamientos que permitan aplicar medidas concretas”. Por su parte, Sagrario Bustabad, presidenta de la SER, precisó que es necesario ayudar a las mujeres en aumentar su autoestima y valores de liderazgo: “Si superamos nuestra propia barrera, ya es un primer paso”. En su papel como interlocutor, desde FACME aseveraron que seguirá trabajando para “hacer ver a las sociedades la necesidad de tomar medidas” y dar un impulso activo para incorporar la visión de género en todos los ámbitos.


También te puede interesar…