Desarrollo de una hoja de ruta en inmunoterapia: Horizonte 2022

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CARMEN M. LÓPEZ Madrid | viernes, 20 de septiembre de 2019 h |

El papel de la inmunoterapia en la oncología actual es indudable. Su introducción en la práctica clínica es, a día de hoy, uno de los mayores retos que tiene por delante el Sistema Nacional de Salud (SNS). Para avanzar en este sentido, la Fundación ECO, con la colaboración de Roche y Omakase Consulting han trazado la hoja de ruta para su incorporación a la práctica clínica. Un documento, en definitiva, que pone en valor el papel que juegan oncólogos, farmacéuticos de hospital, enfermería oncológica y pacientes en la búsqueda de la equidad.

Una de las líneas estratégicas —hay tres— es la elaborada por oncólogos clínicos, en la que se han marcado objetivos como la medición de resultados en salud, y la caracterización de los pacientes según biomarcadores. Rafael López, jefe del Servicio de Oncología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, explica que el foco está puesto en varios aspectos: medir los tiempos de supervivencia ligado a los tratamientos, la toxicidad; la creación de centros de referencia para biomarcadores, y la investigación de nuevos marcadores.

Con respecto a este último aspecto, la realidad es que la medicina de precisión, ya está trascendiendo a las fronteras de la investigación. “En los ensayos clínicos actuales, es imposible sacar las medias y la calidad de vida”, apunta López. Estos resultados, dice, tardan en incorporarse a la vida real. “Estamos en un momento revolucionario con el desarrollo de los biomarcadores. Los ensayos clínicos poblacionales tenderán a desaparecer para dar paso a poblaciones muy seleccionadas, es decir, donde la ‘n’ sea igual a 1”.

En este contexto, uno de los aspectos claves es la medición de los tiempos de supervivencia, “la medida más importante del impacto del tratamiento”, apunta Carlos Camps, director de programas Científicos de la Fundación ECO. “Debemos, por tanto, hacer un esfuerzo por medirlos y publicar los resultados”, añade López.

La realidad es que en la actualidad, hay un porcentaje de pacientes que no responde a inmunoterapia. “Cuanto más seamos capaces de dar el fármaco adecuado, más éxito tendremos”. Esta caracterización de pacientes precisa de una red de centros de referencia en biomarcadores; la creación de plataformas y la inversión de tecnología. Algo que “no es caro”, asegura López, y el horizonte temporal está marcado a dos años. Aunque, es cierto que, en este aspecto no sirve “el café para todos”.

Con todo, esta hoja de ruta, explica el presidente de la Fundación ECO, Vicente Guillem, puede integrarse en estrategias o planes de salud con el objetivo de abordar, en términos de política sanitaria, los problemas habituales que afectan a los pacientes con cáncer, profesionales, decisores y gerentes.