Tal y como plasmó el fundador de Microsoft, Bill Gates, en su libro ‘How to prevent the next pandemic‘ (‘Cómo prevenir la próxima pandemia’, en español), existen tres “mandamientos” con los que terminar con futuras pandemias y virus mortales:

  1. Se deben mejorar los sistemas de salud de todo el mundo, tanto en los países desarrollados como en el tercer mundo. Este sector es, a su parecer, el factor con el que poner a nuevos rebrotes ni variantes.
  2. Tener un sistema global de vigilancia de patógenos.
  3. Desplegar todo el esfuerzo en mejorar la innovación en detección, tratamiento y prevención.

En base a ello, España se encamina a cumplir con estos ‘mandamientos’ (o al menos a intentarlo) en un futuro próximo, con la aprobación de la Estrategia de Vigilancia en Salud Pública del Sistema Nacional de Salud por parte de la Comisión de Salud Pública. Una estrategia con la que convertir las debilidades del Sistema Nacional de Salud (SNS) que la COVID-19 evidenció.

Mejores sistemas de salud en todo el mundo, un sistema global de vigilancia de patógenos e innovación en detección, tratamiento y prevención, ‘mandamientos’ para hacer frente a futuras pandemias

Objetivos y previsiones de la estrategia

Según detallan desde La Moncloa, este documento técnico permitirá una coordinación en esta materia en el SNS en todos los ámbitos de la salud pública.

Asimismo, la estrategia desarrollará una Vigilancia de Salud Pública moderna, cohesionada y armonizada en el SNS.

Del mismo modo, pretende construir una Red Estatal de Vigilancia en Salud Pública que coordine los sistemas necesarios para vigilar el estado de salud de la población en términos de bienestar, morbilidad y mortalidad. Esta Red se encargará de forma puntual y transparente de recoger, analizar, interpretar e difundir la información relacionada. Para ello, se prevé pasar de los 1,8 profesionales por 100.000 habitantes a 3,8 profesionales por 100.000 habitantes.

España aprueba la Estrategia de Vigilancia en Salud Pública para modernizar y cohesionar el SNS

En este aspecto, Gates propone desde una visión global la creación de “un grupo dependiente de la OMS estaría compuesto por personas de todo el mundo con una amplia gama de conocimientos“, con el que monitorizar los brotes de enfermedades que aparezcan por todo el mundo, consultando con los servicios de salud pública de los países, y evaluando los riesgos de cada uno de ellos.

En esta misma línea, la Estrategia de Vigilancia en Salud Pública del Sistema Nacional de Salud de España vigilará e intervendrá en la mejora de la salud y el bienestar poblacional, y en la reducción de las inequidades.

La estrategia española establecerá, además, una política de recursos humanos que garantice la efectividad y la calidad de la vigilancia.

También tendrá el objetivo de establecer instrumentos para el apoyo en la toma de decisiones.

Por último, esta estrategia modernizará los sistemas de información, innovación e investigación al servicio de la Vigilancia en Salud Pública.

Se trata, entonces, de una aprobación con la que “mirar hacia el futuro con esperanza”, según la ministra de Sanidad, Carolina Darias.

Plan Europeo ‘transfronterizo

Pero, como bien ha recordado el coronavirus, las enfermedades no tienen fronteras, por lo que la Unión Europea (UE) también ha creado ‘HERA Incubator’, un Plan europeo de preparación en materia de biodefensa frente a las variantes de COVID-19, que se podrá extrapolar a futuras emergencias sanitarias.

Con él, investigadores, empresas biotecnológicas y autoridades de la UE y a nivel mundial trabajarán de forma conjunta para, además de detectar las nuevas variantes, proporcionar incentivos para el desarrollo de vacunas nuevas y adaptadas, acelerar su proceso de aprobación y garantizar el aumento de la capacidad de fabricación.

La Autoridad Europea de Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias (HERA) proporcionará una estructura permanente para la modelización del riesgo, la vigilancia mundial, las transferencias de tecnología, la capacidad de fabricación, la cartografía de los riesgos en la cadena de suministro, la capacidad de fabricación flexible, así como la investigación en materia de vacunas y medicamentos y su desarrollo.

Características que la COVID-19 ha dejado a modo de lección y con las que los expertos se valdran para estar ‘mejor preparados’ en un futuro.


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