Más de 500 profesionales de la salud se dieron cita recientemente en Málaga para participar en el XII Congreso de la Asociación Española de Vacunología (AEV). Este encuentro científico, que se celebra cada dos años, dejó una conclusión clave: las vacunas deben formar parte de nuestra vida en todas las etapas y ser consideradas como un hábito de vida saludable, al igual que el ejercicio y una alimentación equilibrada.

En este sentido, la vacunación frente al virus respiratorio sincitial (VRS) contó con su espacio en las ponencias. La infección por VRS no solo puede ocasionar complicaciones graves en adultos mayores, como neumonía y fallo cardíaco, sino que también puede exacerbar enfermedades preexistentes, incrementando así el riesgo de hospitalización. Estas circunstancias generan un impacto considerable en el uso de recursos sanitarios.

El VRS es un patógeno estacional altamente contagioso que puede provocar infecciones respiratorias agudas (IRA), las cuales pueden llevar a enfermedades del tracto respiratorio inferior (ETRI) o superior (ETRS) en los pacientes. Además, también puede afectar significativamente la calidad de vida de esta población, comprometiendo su autonomía e independencia, así como sus relaciones laborales y familiares.

Eficiencia de la vacuna adyuvada

Durante el Congreso de la AEV se presentó un estudio que perseguía el objetivo de evaluar la coste-efectividad de la vacuna adyuvada RSVPreF3 OA, recientemente comercializada, para la prevención del VRS en adultos mayores de 60 años en España.

Ángel Gil de Miguel, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, presentó la exposición ‘Eficiencia de la vacuna adyuvada frente al virus respiratorio sincitial para adultos en España’, promovido por GSK. En una entrevista con Gaceta Médica, el experto subraya que para analizar esta eficiencia “utilizamos el modelo de Markov, y establecimos un escenario centrado en adultos mayores de 60 años en general”. “Los resultados obtenidos indicaron que la intervención es eficiente, con un coste aproximado de 17.000 euros por año de vida ajustado por calidad”, destaca Gil.

El catedrático señala que la situación mejora a medida que aumenta la edad, “ya que en poblaciones de mayor edad se observa una mayor eficiencia de la vacunación, especialmente en aquellos con comorbilidades o patologías crónicas”. Es decir, en estos casos la vacuna demuestra una eficacia y eficiencia superiores en términos de coste-efectividad.

Por otro lado, en comparación con otras vacunas preventivas recomendadas en España, “esta nueva vacuna se sitúa en un rango medio-alto de coste-efectividad”, asegura Gil de Miguel. El coste de la vacuna contra la gripe es de aproximadamente 500 euros por año de vida ajustado por calidad, mientras que el coste de esta nueva vacuna se aproxima a los 17.000 euros. No obstante, “es importante considerar que esta diferencia de coste se debe a que se trata de una vacuna de nueva generación, con técnicas más avanzadas y modernas”, afirma el experto, que ejemplifica la situación con el anticuerpo monoclonal nirsevimab, incluido en el calendario infantil, que presenta un coste similar. “Lo que sugiere que esta nueva vacuna también se posiciona de manera competitiva en relación con otras vacunas en la población adulta”, indica.

Programas de inmunización contra el VRS

La población mayor de 60 años que ha participado en este estudio es considera de riesgo, ya que muchos de los afectados terminan siendo hospitalizados. En este sentido, “se ha observado que, en el caso de ingresos, estos pacientes suelen requerir una atención más intensiva, lo que conlleva costes significativamente más altos”, puntualiza Gil de Miguel. “Por lo tanto, la vacunación resulta eficiente al prevenir formas graves de la enfermedad, lo que a su vez reduce las hospitalizaciones, especialmente en unidades de cuidados intensivos, y minimiza las tasas de mortalidad, que se sitúan alrededor del 8%”, asegura.

Por ello, al evitar complicaciones graves y su consiguiente hospitalización, la vacuna no solo mejora la calidad de vida de los pacientes, sino que también genera un ahorro considerable en recursos sanitarios. En este sentido, “la ponencia de vacunas publicará un nuevo informe antes de final de año yo creo, lo cual será de gran utilidad”, señala Gil de Miguel. Este informe no solo examina la carga de enfermedad y la eficacia de la vacuna, sino que también incluye datos de eficiencia, que son cruciales para la toma de decisiones en la vacunación.

En este caso, el experto explica que, aunque no es posible vacunar a toda la población, el Reino Unido ha decidido vacunar a los mayores de 75 años basándose en la eficiencia demostrada en sus estudios. “Estos datos del Reino Unido permitirán a la ponencia de vacunas establecer prioridades en la implementación de la vacunación, enfocándose en grupos específicos, como los mayores de 75 años y aquellos con condiciones que requieren tratamiento inmunosupresor”, afirma.

Por otro lado, el experto asegura que “existen planes para realizar estudios adicionales que evalúen la eficacia a largo plazo de esta vacuna”. El Ministerio cuenta con diversas agencias de evaluación en todo el país, como la Agencia de Evaluación del Gobierno de Canarias, y “en este caso estos estudios de seguimiento los van a llevar a cabo con la Universidad de Málaga y su cátedra de Economía de la Salud”. Esto asegura un enfoque continuo y riguroso en la evaluación de las vacunas y su impacto en la salud pública.


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