Más allá de la continua búsqueda de una cura para el cáncer, a nivel global se están realizando enormes esfuerzos para mejorar la prevención, detección y tratamiento. Gran parte de este progreso se encuentra en el campo del diagnóstico por imágenes. Aunque la oncología ha sido tradicionalmente la rama de la medicina que aborda el cáncer, la atención oncológica moderna es un esfuerzo interdisciplinario, donde los especialistas en diagnóstico por imágenes, como los radiólogos, son miembros esenciales del equipo. Los avances tecnológicos en los equipos de diagnóstico por imágenes y el desarrollo de técnicas específicas para todas las etapas del cuidado oncológico subrayan la importancia de la colaboración en el diagnóstico por imágenes y la experiencia de quienes lo practican.

El papel que juega el diagnóstico por imagen en el abordaje del cáncer es multifacético, desde la detección precoz hasta la aplicación de tratamientos mínimamente invasivos. En este sentido, los radiólogos están integrados en unidades multidisciplinares, en las que la imagen ha ido tomando cada vez más protagonismo.

De acuerdo con Almudena Pérez, especialista en neurorradiología diagnóstica de cabeza y cuello en el Hospital Regional Universitario de Málaga y miembro de la comisión de oncología de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), “la detección del cáncer puede ser compleja y suele precisar de múltiples técnicas diagnósticas, en ocasiones combinadas, para obtener la mayor cantidad de información posible y que permita realizar el tratamiento que el paciente precisa. En función de la sospecha clínica se realizará una prueba determinada”.

Técnicas diagnósticas

Almudena Pérez.

La experta explica que, en caso de sospecha de una lesión en el tiroides, se debe realizar una ecografía del cuello. Para el cáncer de colon, el estudio suele hacerse con una tomografía computarizada (TC) de abdomen. La TC de tórax es fundamental para el cáncer de pulmón y también se utiliza en la estadificación de otros tumores, permitiendo valorar la extensión a distancia. Otros tipos de tumores, como los sarcomas o los tumores cerebrales, requieren una resonancia magnética (RM) para su correcta evaluación.

“Hay que destacar que el PET ha revolucionado el mundo de la oncología, ya que permite detectar metástasis en localizaciones distantes y, además, aporta información sobre el metabolismo de la lesión, pudiendo diferenciar entre tumor y lesiones no agresivas”, puntualiza Pérez.

Los avances tecnológicos de los últimos años han permitido obtener pruebas radiológicas más precisas, con mayor resolución de imagen y que emplean en muchos casos menor dosis de radiación en los estudios de TC. “Esto permite detectar lesiones más pequeñas y sutiles al mantener las dosis de radiación administrada en niveles bajos, lo cual es particularmente importante en pacientes que van a someterse a múltiples estudios en el diagnóstico y seguimiento de su enfermedad”, asegura la radióloga. Además, señala que la mayor capacidad de detección de lesiones permite identificar de forma precoz el avance de la enfermedad, una posible recaída o lesiones a distancia no esperadas, lo que posibilita realizar un tratamiento temprano y específico para la lesión detectada.

Innovaciones de los últimos años

La especialista destaca algunos de los avances e innovaciones que mayor impacto han tenido en los últimos años. Por ejemplo, la TC de energía dual, un tipo específico de TC que emplea dos niveles de energía y se está incorporando en múltiples centros. Pérez señala que “estos equipos de TC permiten caracterizar tejidos y lesiones según su comportamiento en diferentes reconstrucciones, pudiendo incluso evaluar cómo captan yodo las diferentes estructuras. Esto facilita la detección de lesiones tumorales y su diferenciación de tejido sano, y mejoran la precisión diagnóstica”.

Por otro lado, en el campo de la RM se ha logrado reducir los tiempos de exploración con secuencias rápidas, y la implementación de equipos de alto campo en hospitales ha permitido obtener imágenes de mayor calidad y resolución. Esto permite obtener estudios que facilitan la interpretación por parte del radiólogo y mejoran el diagnóstico de la enfermedad y la valoración de la extensión de la lesión, ya que, como señala Pérez, “al poder disminuir los tiempos de exploración se evitan los artefactos de movimiento que generan estudios de menor calidad diagnóstica”.

Existen mejoras tecnológicas en otras técnicas que han mejorado la imagen radiológica, como el caso de la tomosíntesis para la valoración de la patología mamaria. Mejora la detección de lesiones malignas en comparación con la mamografía convencional y muestra una mayor precisión evitando errores diagnósticos.

“Las técnicas radiológicas ya existentes están en continua renovación y proceso de mejora. Actualmente existen equipos de RM de ultra alto campo (7 Tesla) que mejoran la resolución de los tejidos; en la TC, se han desarrollado equipos de conteo de fotones que aumentan la señal obtenida con menor dosis de radiación y mejoran la resolución de la imagen”, expone la especialista. “De forma específica, hay técnicas que se han desarrollado para guiar el tratamiento radioterápico, como es el caso de la terapia adaptativa que obtiene imágenes en tiempo real para adaptar el tratamiento a los posibles cambios de tamaño y de localización del tumor”, añade.

IA y aprendizaje automático

Los avances en inteligencia artificial (IA) están potenciando tanto la adquisición de estudios como la detección de lesiones. Se han desarrollado aplicaciones que utilizan técnicas de aprendizaje profundo (deep learning) para obtener imágenes de tomografía computarizada (TC) con mayor calidad y menor dosis de radiación. Estas aplicaciones ya están siendo utilizadas en la práctica clínica y han sido validadas para mejorar el proceso diagnóstico.

“Existen aplicaciones que disminuyen el tiempo de exploración en la RM. Consiguen disminuir el tiempo necesario para realizar el estudio, lo cual facilita la exploración y disminuye el movimiento del paciente, y mejoran también la calidad de la imagen”, explica Pérez. En términos de diagnóstico, existen aplicaciones que simplifican la detección de lesiones en pruebas específicas, como la mamografía. Estas aplicaciones emiten alertas sobre posibles lesiones, lo que agiliza el trabajo del radiólogo y facilita el proceso de evaluación. “Es esperable que en el futuro existan aplicaciones que permitan detectar lesiones tumorales y alertar al radiólogo antes de que éste llegue a ver el estudio, mejorando la precisión y disminuyendo errores diagnósticos”, señala la especialista.

En consonancia con los avances, una colaboración estrecha y una comunicación efectiva entre profesionales son fundamentales en el abordaje del cáncer. El comité multidisciplinario de tumores es el espacio donde se deliberan las decisiones terapéuticas y de seguimiento, basadas en la condición del paciente, los hallazgos de la exploración y los resultados radiológicos.

En estos comités participan todos los profesionales implicados en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los enfermos oncológicos. “El papel del radiólogo en estos comités es fundamental, ya que la imagen es una guía precisa para localizar y estadificar lesiones y es determinante en la toma de decisiones terapéuticas”, asegura Pérez, que también apunta a que la colaboración del radiólogo es necesaria para que el resto de los especialistas puedan valorar cuál es el mejor tratamiento y cómo enfocar el proceso terapéutico. “Sin la imagen no es posible dirigir adecuadamente la forma de tratar al paciente y por lo tanto el éxito en el manejo de la enfermedad es menor”, destaca.

Novedades congreso SERAM 2024

Durante el reciente 37 congreso nacional de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), que tuvo lugar en Barcelona entre el 22 y el 25 de mayo, se abordaron numerosas novedades en el campo de la radiología y el grupo de oncología de esta sociedad tuvo la oportunidad de exponer diferentes temas de interés en la imagen oncológica. “La conveniencia de emplear criterios RECIST fuera de ensayo clínico y la utilización de determinadas definiciones como oligometástasis o pseudoprogresión en el informe radiológico, fueron algunos de los campos que abordamos los radiooncólogos”, explica Pérez.

En este encuentro hubo mesas enfocadas a la imagen oncológica desde diferentes ángulos, como la imagen del paciente oncológico en urgencias, el intervencionismo oncológico, neurooncología o radiología en oncología urológica. Según señala la experta, “el interés por la imagen oncológica es transversal y en este congreso se ha intentado darle cabida desde varias vocalías enfatizando en aspectos generales y específicos”.

La radiología en el ámbito oncológico enfrenta diversos desafíos tanto en el ámbito clínico como en la investigación. Es crucial mejorar las técnicas de imagen para detectar lesiones más pequeñas y tempranas. El desarrollo de biomarcadores basados en imagen podría facilitar la diferenciación de lesiones y la evaluación del pronóstico del paciente, lo que podría influir en la elección de la terapia más adecuada. “Esto podría transformar la forma en que evaluamos las lesiones y la información que obtenemos de ellas, potencialmente mejorando las tasas de supervivencia en los procesos oncológicos”, concluye Pérez.


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