El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un trastorno psiquiátrico infantil que a menudo es acompañado con trastornos de conducta disruptiva (DBD). Las personas afectadas por ambos trastornos comparten cerca del 80% de las variantes genéticas frecuentes asociadas a los comportamientos agresivos y antisociales, según un nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications.

El TDAH es un trastorno común del comportamiento que afecta a un 5% de los niños y a un 2,5% de las personas adultas. Se han informado diferentes tasas de comorbilidad de TDAH con DBD. Algunos estudios han encontrado que aproximadamente el 30-40% de los niños con TDAH tienen DBD comórbidos (TDAH + DBD), mientras que un estudio de 1,92 millones de personas de Dinamarca encontró que El 17% de las personas con TDAH también fueron diagnosticadas con DBD.

Tanto los factores genéticos como los ambientales influyen en el riesgo de TDAH y DBD. En el caso del TDAH, se calcula que la genética tiene un peso del 75%, mientras que en los TDC oscilaría entre el 40 y el 70%. Son cuadros más prevalentes en niños que en niñas, y cuando se presentan al mismo tiempo, las personas afectadas tienen más probabilidades de caer en conductas de riesgo, de consumir sustancias adictivas o de sufrir una muerte prematura.

En el estudio actual, se ha realizado gran metanálisis GWAS (asociación a escala genómica) de TDAH + DBD utilizando una cohorte nacional danesa y muestras del Consorcio de Genómica Psiquiátrica (PGC). El equipo investigador ha identificado un segmento genómico en el cromosoma 11 que aumenta el riesgo de padecer TDAH combinado con TDC.

El trabajo publicado en la revista es un nuevo avance científico que contribuirá a ampliar el paisaje genético de las comorbilidades del TDAH, (es decir, el conjunto de patologías que se muestran de manera concurrente con este trastorno). En la vertiente clínica, saber qué afectaciones psiquiátricas comparten genética es un paso importante, porque permitirá predecir la aparición de posibles complicaciones secundarias a lo largo de la vida de los individuos que padecen TDAH.