CARDIOVASCULAR/ Una reevaluación de 2009 enfatiza la tolerabilidad del ARA II

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La CE ha aprobado una nueva indicación para la reducción de la morbilidad CV

Es el único antagonista receptor de la angiotensina II que lo ha conseguido

| 2010-01-29T17:48:00+01:00 h |

Cecilia Ossorio

Enviada Esp. a Riga (Letonia)

“Los tratamientos destinados a reducir el riesgo cardiovascular se siguen iniciando demasiado tarde”, manifestó Giuseppe Mancia, director del Departamento de Prevención y Medicina Clínica de la Universidad de Milán-Bicocca (Italia), lanzando así uno de los objetivos pendientes en el manejo de los enfermos con diferentes niveles de riesgo.

En el escenario de los responsables de actualizar la práctica clínica está el antihipertensivo telmisartán (comercializado en España por Bayer HealthCare como Pritor), el primer antagonista receptor de la angiotensina II (ARA II) que recientemente ha recibido la aprobación de la Comisión Europea para la reducción de la morbilidad cardiovascular.

Como explicó la compañía farmacéutica en un simposio organizado en Riga, esta nueva indicación incluye a pacientes con enfermedad cardiovascular aterotrombótica manifiesta o diabetes tipo 2 con lesión de órgano diana documentada.

La Agencia Europea del Medicamento (EMA) se ha basado en el estudio de referencia Ontarget (ver GM nº 240). En él telmisartán fue tan eficaz como ramipril —inhibidor de la enzima conversora de la angiotensina (IECA)— en cuanto al nivel de protección cardiovascular en un amplio espectro de pacientes en riesgo, pero fue mejor tolerado.

Roland Asmar, presidente de la Sociedad Internacional de Salud Vascular (Francia), señaló la tolerabilidad es aún más importante que la alta eficacia, debido a que son “tratamientos muy largos”.

Las guías actuales de hipertensión incluyen los resultados de Ontarget; de hecho, en una reciente reevaluación de las guías europeas (ESH/ESC guidelines) en 2009 se enfatiza la eficacia del ARA II, y se invita a que su mayor tolerabilidad y adherencia sea un factor a tener en cuenta en las decisiones terapéuticas. Mancia recordó que “hoy está claro que en pacientes con alto riesgo CV no sólo la presión arterial muy alta, sino también la muy baja, por debajo de 70-75mmHg la diastólica y de 120-125mmHg la sistólica, aumenta el riesgo de eventos cardiovasculares”.

Según Thomas Unger, del Centro de Investigación Cardiovascular del Instituto Farmacológico de Berlín, el reto futuro no será tanto frenar eventos como impedir el daño orgánico. De ahí la insistencia en una intervención temprana.