Oncología/ Datos de la encuesta Impacto de la crisis económica en la aplicación de terapias oncológicas innovadoras, realizada por el Inesme

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E. S. Corada Madrid | viernes, 03 de febrero de 2012 h |

En tiempos de crisis como los que corren, la economía y los recortes centran la atención, y el Día Mundial del Cáncer no es una excepción. Los ajustes presupuestarios en Sanidad, derivados de la situación actual están repercutiendo en una merma de la calidad de la atención sanitaria que reciben los pacientes en España.

Y hasta tal punto que, según Jesús Honorato, presidente del Instituto de Estudios Médico Científicos (Inesme), las medidas derivadas de la actual situación económica influirán en una disminución de la eficiencia de la atención sanitaria a los pacientes oncológicos, en la pérdida de experiencia y formación de especialistas y en la calidad de vida de los afectados e incluso en el descenso de su supervivencia.

Así se desprenden de los resultados de la Encuesta Impacto de la crisis económica en la aplicación de terapias innovadoras a una selección de 60 de oncólogos médicos de España con más de 12 años de experiencia en la especialidad tras la residencia, donde se pone de manifiesto cómo, efectivamente, a partir de la realidad de sus centros, han percibido una gran disminución, incluso dificultad, para disponer de los tratamientos más innovadores. Así lo manifiesta el 81,7 por ciento de los encuestados, pero esto es aún más acusado cuando se refiere la pregunta al conjunto de España (un 91,7 por ciento) y que se prolongará en los próximos 2-4 años.

“Estas dificultades se manifiestan en la incorporación de mayores trabas para la puesta en marcha de ensayos clínicos, limitaciones en el uso compasivo, en la presión a los oncólogos por parte de las administraciones y, en definitiva, en una mucho menor aplicación de los tratamientos nuevos en pacientes oncológicos”, explica Honorato (ver tabla).

Los medicamentos que actúan sobre dianas específicas son los más afectados por las limitaciones en la disponibilidad de terapias innovadoras. Y aunque el 3,3 por ciento de los oncólogos consultados opina que este hecho no tendrá consecuencias en la disminución de la supervivencia de los pacientes, el 31,7 por ciento afirma que tendrá ‘mucho’ impacto y el 65 por ciento, ‘poco’. Las personas mayores serán, para más del 78 por ciento, las que se verán más afectadas por estas limitaciones.

Para más del 80 por ciento el cáncer de pulmón es la neoplasia más afectada por los recortes sanitarios, seguido por el cáncer de mama y el de riñón. “Se trata de tipos de tumor con una gran incidencia epidemiológica en la población, por lo que su impacto sociosanitario será muy importante, ya sea por la disminución del gasto como por su impacto en la supervivencia o eficiencia general de la asistencia a los pacientes”, explica Honorato.

Además, siete de cada diez oncólogos entrevistados dice que su Servicio sólo decide parcialmente los medicamentos innovadores que se van a adquirir. “Este hecho produce situaciones de inequidad en el acceso a la innovación y, por tanto, tener diferentes grados de calidad asistencial y eficiencia terapéutica según que el paciente esté en uno u otro territorio”, lamenta Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer. De hecho, la mayoría de oncólogos (el 81,6 por ciento) entrevistados considera que hay diferencias entre las distintas CC.AA. a la hora de disponer de fármacos innovadores.

Impacto y percepciones

“En un momento de crisis económica en el que los recortes y ajustes en Sanidad pueden estar produciendo un empeoramiento de la calidad asistencial —añade Honorato— es cuando, aún más si cabe, debemos fijarnos, desde un punto de vista analítico y reivindicativo, hacia dónde se dirige la sostenibilidad del Sistema. Esta no debe pasar por la amputación del poder de decisión clínica por parte del oncólogo médico, que repercute, inevitablemente, en la disminución de la calidad de vida de los pacientes oncológicos”.

Y no sólo eso, sino que tal y como apuntó la presidenta de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), Isabel Oriol, durante el I Foro Contra el la enfermedad, “los recursos (económicos) que no se utilicen ahora, conducirán a un incremento de los costes tanto financieros como humanos en el futuro”.

La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) estima que a lo largo de este año se diagnosticarán en España unos 208.268 nuevos casos de cáncer, mientras que el número de fallecimientos causados por esta enfermedad ascenderá a 102.639. Las cifras son más altas que las 2006, cuando se registraron más de 187.500 nuevos casos (20.000 más) y 98.700 muertes (en torno a 3.900 más). Sin embargo, según precisa esta sociedad, la diferencia entre ambos incrementos “confirma la tendencia a la disminución de la mortalidad por cáncer gracias a los avances científicos tanto en las técnicas diagnósticas como en los tratamientos”.

De momento, el cáncer sigue siendo más frecuente en hombres (104.800 nuevos casos para 2012, frente a los 103.400 en mujeres) aunque los oncólogos advierten de cómo la incidencia en mujeres se está acercando a la de los hombres. De hecho, el incremento en los últimos años ha sido “más destacado” en estas, ya que en 2006 se registraron 86.900 casos (unos 16.000 casos menos de los previstos para este año), cuando en hombres hubo 100.600, 4.000 casos menos.

El tumor más frecuente a lo largo de este año seguirá siendo el colorrectal, con más de 33.800 nuevos casos, seguido del de próstata, con 29.800, siendo el más frecuente en hombres. En tercer lugar se sitúa el de mama, con 27.100 nuevos casos, a su vez el más diagnosticado en mujeres. Los tres tumores han aumentando su incidencia en España en los últimos seis años, al igual que el de pulmón, el cuarto más diagnosticado con 24.400 nuevos casos. Sin embargo, el quinto más frecuente, el de estómago, es el único de los tumores más habituales que presenta una tendencia descendente, pasando de los 8.100 casos en 2006 a los 7.500 previstos para este año.

Por su parte la Alianza General de Pacientes (AGP) muestra su apoyo a una de las principales reivindicaciones de la Federación Española del cáncer de mama (Fecma), que ha pedido un esfuerzo económico para potenciar la investigación y el diagnóstico precoz en esta enfermedad.