cardiología/ Reunión Anual de la sección de Hipertensión Arterial de la SEC

br

Administran dosis matutinas y nocturnas de alopurinol a jóvenes hiperuricémicos
| 2010-02-05T16:40:00+01:00 h |

irene fernández

Madrid

Una elevación importante del ácido úrico (hiperuricemia) constituye una de las alteraciones metabólicas de los jóvenes con sobrepeso u obesidad, que a su vez desencadena una elevación de la presión arterial (PA). Hasta ahora, se sabía que bajar los niveles de hiperuricemia contribuía a mejorar esos niveles altos de presión arterial. Pero un estudio español piloto y experimental, pendiente de publicar, confirma el papel circadiano del ácido úrico al demostrar que inhibiéndolo por la noche no sólo reduce la hiperuricemia, sino que logra bajar de manera más significativa la PA que si se inhibe por la mañana.

Así lo expuso Carlos Calvo, jefe de la Unidad de Hipertensión y Riesgo Vascular del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, durante la Reunión Anual de la sección de Hipertensión Arterial de la SEC, celebrada el pasado fin de semana en Sevilla. Este estudio piloto está basado en un ensayo americano de la Universidad de Houston, publicado en JAMA en 2008, con un tamaño muestral pequeño, que observó que alopurinol (inhibidor de la enzima xantino oxidasa) reducía los niveles de ácido úrico y contribuía, a su vez, a bajar los de la PA.

“Pero, nosotros, con nuestra línea de investigación basada en la cronobiología y cronoterapia en la enfermedad vascular, y sabiendo el papel circadiano del ácido úrico, quisimos comparar la inhibición del mismo administrando alopurinol de forma matutina y de madrugada”, explica a GM Calvo.

El estudio incluyó a 65 pacientes varones, con una media de 23,4 años que presentaban hiperuricemia asintomática, función renal conservada y que no estaban tomando ninguna medicación. Y, fueron distribuidos a 3 esquemas de tratamiento durante 12 semanas: uno recibió sólo recomendaciones dietéticas; otro tomó alopurinol en una dosis matutina; y un tercero en administración nocturna.

“Vimos que se reducían los niveles de ácido úrico y la PA de forma más intensa por la noche”, afirma. Este efecto cronoterapéutico del alopurinol está relacionado, piensa, con una menor actividad de óxido nítrico circulante por la noche.

Excesiva fructosa

Históricamente, la hiperuricemia siempre se ha asociado a la ingesta hiperproteica. Pero, recientemente, y en adolescentes, se comienza a asociar con la ingesta excesiva de fructosa, que a su vez está relacionada con la obesidad. “La fruta la contiene, pero las grandes cantidades se encuentran en los aditivos de bebidas edulcorantes”, enfatiza Calvo. “Con este hallazgo clínico —continúa— debemos reflexionar sobre la importancia en la dieta de adolescentes de la ingesta excesiva de fructosa como precursor de ácido úrico, y éste como un elemento importante en la fisiopatología de la enfermedad cardiovascular”.

Pendientes de completar el análisis estadístico y aumentar a 100 pacientes, Calvo adelanta que los resultados con 80 son similares. Ahora, “hay que plantearse si reduciendo esa ingesta de fructosa sin fármaco baja también el ácido úrico y, en paralelo, la PA”, apunta.