Investigación/ Barbacid denuncia conflictos en la financiación privada
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Redacción
Barcelona
Un trabajo del Grupo de Oncología Experimental, que dirige Mariano Barbacid en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), demuestra que la inhibición de la quinasa c-RAF impide la aparición y el desarrollo del cáncer de pulmón inducido por los oncogenes K-RAS en modelos de ratón diseñados para reproducir los tumores humanos.
Desde 1993, se sabe que las proteínas RAS transmiten señales recibidas del exterior de la célula hasta el núcleo a través de una serie de quinasas denominas RAF, MEK y ERK, que actúan con un efecto “cascada”.
Pero, como indica Barbacid, lo aún no comprendían era la causa por la que existe esta cascada de quinasas, “cuando parece que todo sería mas fácil si las proteínas RAS activaran directamente al último eslabón de la cascada, las quinasas ERK, sin necesidad de intermediarios”.
En este estudio, que será publicado en la edición de mayo de Cancer Cell, y en el que han participado diferentes laboratorios de Estados Unidos, Canadá, Francia y Austria, se eliminaron estas quinasas en ratones normales y ratones genéticamente modificados con el fin de conocer su función real en el desarrollo de adenocarcinomas de pulmón.
En las primeras fases, la eliminación de las quinasas ERK y MEK impidió el desarrollo del tumor, pero cuando los investigadores eliminaron estas quinasas en ratones normales, los animales fallecieron en menos de dos semanas debido a problemas masivos en múltiples órganos.
Sin embargo, al prescindir de B-RAF y c-RAF, dos de los tres miembros de esta familia de quinasas del primer eslabón de la cascada, los resultados fueron positivos. En el caso concreto de c-RAF, su ausencia impidió completamente la aparición de tumores.
“Este resultado demuestra que la función de las quinasas B-RAF y c-RAF tiene que ser diferente y, en consecuencia, que la ‘cascada’ de señalización de Ras no es lineal como se creía hasta ahora”, aclara.
Esto implicaría que se puede inhibir la quinasa c-RAF sin que se produzcan efectos tóxicos, y que además los inhibidores no tendrían que ser 100 por cien selectivos, ya que una inhibición colateral de B-RAF tampoco tendría consecuencias negativas.
Esta investigación se ha ensombrecido por un problema económico. Como lamenta Barbacid, se había planteado la posibilidad de que el Programa de Terapias Experimentales del CNIO iniciara el proceso para obtener la síntesis de inhibidores de c-RAF. Pero a finales de 2010 el Ministerio de Ciencia e Innovación decidió no renovar la financiación. Fuentes del CNIO declaran que el ministerio “no permitió” la llegada de financiación privada de hasta diez millones de euros, y desde Ciencia argumentan que “la fórmula administrativa que defiende Barbacid no lo permite”.