digestivo/ III Jornada Aquarius de Formación en Gastroenterología para MIRs

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La diversidad de tratamientos hace que el abordaje de la patología varíe

La colaboración entre primaria y especializada en la prevención, fundamental

| 2010-05-21T17:50:00+02:00 h |

L. b.

Sevilla

La hemorragia digestiva alta (HDA) sigue siendo una urgencia médico-quirúrgica frecuente. Aunque la incidencia de la que es su causa más frecuente, la enfermedad ulcerosa gastro-duodenal, ha disminuido, no lo ha hecho su complicación hemorrágica, algo que Javier de Teresa, jefe de Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada, calificó de “sorprendente”. De Teresa también se refirió a que, en la misma línea, la disminución de otro de sus desencadenantes como es el Helicobacter pylori —que se asocia a la mayoría de las úlceras gástricas—, tampoco ha tenido influencia en la prevalencia de estas complicaciones. Así lo expuso en el marco de la III Jornada Aquarius de Formación en Gastroenterología para MIRs, que reunió recientemente en Sevilla a residentes de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Madrid, donde señaló que la HDA afecta a entre 42 y 70 pacientes por 100.000 habitantes al año. El 80 por ciento de los casos requiere de ingreso hospitalario y su mortalidad se sitúa en torno al 2,5 por ciento.

El envejecimiento de la población y el consumo de fármacos son las razones que siguen manteniendo las cifras de la HDA. “Cada vez se consumen más antiinflamatorios no esteroideos, aspirina y anticoagulantes y además nuestros pacientes vienen cada vez con más comorbilidad asociada”, apostilló el especialista, que matizó que aunque hay menos úlceras, las que hay son más graves, ya que cuando se toman antiinflamatorios, al ser analgésicos, la úlcera está asintomática y sólo se manifiesta cuando hay hemorragia o alguna otra complicación. De este modo, los factores de riesgo para el resangrado son la edad mayor de 60 años, la comorbilidad severa, el sangrado activo, la hipotensión, las necesidades transfusionales de más de seis unidades, el estado general del paciente en el momento del sangrado y la coagulopatía.

Respecto al tratamiento, De Teresa se refirió a un nuevo consenso internacional basado en un tratamiento doble: disminuir la presión del ácido de la pepsina haciendo que el pH del estómago esté dentro de unos niveles por encima de 4 y en torno a 6 y por otro lado, la endoscopia precoz terapéutica. “La combinación de una infusión de IBP en dosis de 80 miligramos y perfusión de 8 miligramos por hora durante más o menos 72 horas más la endoscopia terapéutica —fundamental para conocer la causa— es la base para el tratamiento de los pacientes con hemorragia digestiva”, subrayó.

De este modo, aunque la aplicación de una sustancia esclerosante asociada a adrenalina es la técnica más utilizada, el especialista subraya que es necesario ponerse de acuerdo en los tratamientos “para hablar el mismo lenguaje”. Con todo, el punto esencial en el que hay que incidir es en la prevención, que pasa por contar con fármacos menos lesivos y con la concienciación de la gastroprotección desde la atención primaria.