alegaciones/ La OMC pide que se incluya un sistema de alertas sobre alergias e interacciones de medicamentos en la nueva norma

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El documento electrónico contempla campos que hasta ahora no eran obligatorios, lo que para Semergen aumentará la burocracia

Los médicos insisten en la multiprescripción aunque entienden que se solucionará cuando la receta electrónica esté totalmente implantada

| 2010-01-22T14:39:00+01:00 h |

MÓNICA RASPAL

Madrid

Aunque la implantación a nivel nacional de la receta electrónica y, aún más, la deseada interoperabilidad entre servicios de salud parecen objetivos todavía difíciles de alcanzar, la norma que les dará validez verá la luz en los próximos meses, una vez que el Ministerio de Sanidad evalúe las alegaciones presentadas por las organizaciones profesionales y decida si las incluye en el texto final.

Éstas han valorado muy positivamente que se establezca un único modelo de receta de similares características para todo el sistema, público y privado, y que el nuevo formato electrónico contemple una de las mayores reivindicaciones del colectivo médico, la “multiprescripción de varios fármacos para tratamientos de una duración máxima de 12 meses, aunque para evitar acumular todo el tratamiento en el domicilio del paciente cada dispensación no podrá superar un mes de duración máxima de tratamiento”.

Sin embargo, en la receta manual se sigue prescribiendo un sólo medicamento, algo que no convence a las sociedades científicas de primaria ni a la Organización Médica Colegial (OMC) y así lo planteará esta última en las alegaciones que presentará esta semana al texto —tras pedir una prórroga al plazo oficial— aunque su secretario general, Serafín Romero, entiende que este tema se solucionará cuando la receta electrónica esté totalmente implantada.

Otra alegación que Romero califica de “histórica” y que sigue sin estar contemplada en el nuevo decreto es la casilla de no sustitución de lo prescrito por el médico. En consonancia con la Ley del Medicamento, el texto recoge que el farmacéutico sólo podrá sustituir de acuerdo con los criterios normativos vigentes y establece la obligatoriedad de anotar en el cuerpo de la receta la fecha y su firma con la información sobre la sustitución efectuada. Para la OMC también sería interesante que los programas incluyeran la obligatoriedad de un sistema de alarmas y alertas —como el del sistema Diraya en Andalucía— sobre alergias medicamentosas e interacciones entre fármacos, algo especialmente importante el aumento de plurimedicados y pluripatológicos.

En la nueva norma se contemplan los procedimientos de la atención farmacéutica, incluyendo un apartado específico en el que este profesional incluirá información, advertencias e instrucciones para un mejor seguimiento del tratamiento, con la posibilidad de entregarlo escrito al paciente, un punto muy positivo para Ana Aliaga, responsable del Grupo de Trabajo del Medicamento de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) por el “avance” que supone en la relación entre el farmacéutico y el paciente, la protección de datos y el control de la medicación.

Pero si en algo insisten los profesionales del primer nivel asistencial es sobre la reducción de la burocracia como el gran asunto pendiente, tal y como Semergen plantea en sus alegaciones. Aliaga echa en falta medidas que disminuyan los trámites, no sólo en lo que se refiere a la receta manual sino en los registros que requiere la receta electrónica, que incluye como obligatorios campos que hasta el momento no lo eran —como la fecha de dispensación, “innecesaria” si la receta tiene fecha de caducidad— y que demandan un tiempo que no siempre tiene el médico de AP.

Según esta sociedad, el nuevo texto también deja en el aire otros puntos como los visados de inspección —no especifica a qué medicamentos va a afectar—o si se mantendrá la duplicidad de la receta de estupefacientes. Además, no soluciona el problema de la relación con otros niveles asistenciales, pues para Aliaga no queda claro si el software va a ser el mismo en primaria y especializada, es decir, si la primera receta de un fármaco a nivel hospitalario va a quedar registrada para que la consulte el profesional de AP, evitando así duplicidades.

En este sentido, tanto la industria farmacéutica como la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp) han solicitado que en la base de datos se incluyan todos los fármacos y productos autorizados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) —con receta o sin ella y financiados o no—, pues el nomenclátor tomado como referencia sólo contiene los productos que forman parte de la prestación farmacéutica.

Desde Anefp también han pedido que el texto recoja las herramientas para la autorización de las indicaciones de los enfermeros, cumpliendo así con la modificación de la Ley del Medicamento y en la misma línea se expresará el Consejo de Enfermería, aunque tras un encuentro la pasada semana con representantes del Ministerio de Sanidad, éstos se han comprometido a incluir la regulación de la receta y orden enfermera en el nuevo decreto.