ASTURIAS/ Medidas como el copago podrían “desestimular” la tendencia de “ir a confesar” al centro de salud
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El foro sobre la sanidad pública asturiana describe una disgregación y conflictividad extensiva al resto del país
El ex presidente de Asturias critica los instrumentos de planificación y el sistema de negociación laboral
E.m.c./c.r.
Madrid
La disgregación, la falta de coordinación y la conflictividad son tres de los principales problemas en materia de personal sanitario que afectan al Principado de Asturias. Realidades que comparte con el resto de las comunidades autónomas y que ha tratado de poner sobre la mesa el Foro “La sanidad pública asturiana en el horizonte del siglo XXI”, impulsado por el Real Instituto de Estudios Asturianos.
Después de un año de trabajo, el coordinador del foro, Juan Luis Rodríguez Vigil, ex presidente del Principado y ex consejero de Sanidad, asegura que sus planteamientos no son más que un punto de partida para que a otra escala se llegue a conclusiones y se tomen decisiones en consecuencia.
Sin pelos en la lengua, Rodríguez Vigil critica la fragmentación del sistema sanitario y cuestiona los instrumentos normativos, organizativos y de planificación que, en sus palabras, “son malos, disfuncionales y no arreglan ningún problema”, herramientas que achaca al “fundamentalismo disgregador” de nacionalistas que ahora se muestran “aterrorizados por los problemas de personal”.
En su opinión, “el disparate de falta de coordinación y planificación ha llevado a una situación de difícil arreglo, porque no se hacen médicos de hoy para mañana. El juego de las taifas y la enanez traen problemas en materia de personal”.
Negociación laboral
Parte de esta conflictividad vendría de la mano de un sistema de negociación laboral deficiente que “solventa un problema en Aragón y se crea en Cataluña”, un sistema de “perpetuo conflicto como resultado de un déficit organizativo y una normativa disparatada”, indica el ex consejero asturiano.
En este punto, el foro también subraya el “destrozo” que han experimentado las corporaciones profesionales sanitarias. Entidades que, según Rodríguez Vigil, se han comportado como sindicatos, manteniendo un criterio adversarial y olvidando que son corporaciones de derecho público con una interlocución privilegiada sobre temas no estrictamente laborales.
En el punto de mira también se encuentra la atención primaria, que compara con un confesionario. En este nivel asistencial se habría producido una perversión del uso que, según sus palabras, podría beneficiarse de medidas como el copago, en un sentido “no recaudador, sino desestimulador de ‘ir a confesar”, indica. Eso sí, admite que el copago “no es la panacea”, al tiempo que invita a modificar un sistema de copago de farmacia “mal ordenado y muy injusto en el fondo”.
Rodríguez Vigil aboga por un pacto regional que no sería incompatible con un pacto nacional que, incide, “no creo que haya”, aunque haría falta. En debates de este calado, considera que es imprescindible dejar al lado lo políticamente correcto y negociar los temas en profundidad.