Madrid/ El Gabinete Europeo de Ingeniería y Asesoramiento Urbanístico advirtió en 2005 de la situación de “ilegalidad urbanística” de la corporación

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“Las celebraciones de espectáculos públicos (conciertos, representaciones…) en las dependencias del Icomem no están legalmente amparadas”

Un informe de la asesoría jurídica de 2001 alude a la intención de crear en el Colegio de Médicos un espacio de ocio “tipo bar inglés”

| 2009-10-11T18:04:00+02:00 h |

José García

Madrid

El último fue Mark Knopfler, que presentó hace unos días en el Colegio de Médicos de Madrid su nuevo álbum Get lucky. Pero al histórico guitarrista y cantante de Dire Straits le han antecedido innumerables eventos y espectáculos públicos que se han celebrado en las instalaciones colegiales desde que Juliana Fariña accedió a la presidencia de la corporación en 2001.

Alquilar las dependencias colegiales para este tipo eventos que nada tienen que ver con la actividad médica puede ser, cuanto menos, una llamativa forma de financiación, a la que Fariña y su equipo han dado el visto bueno. Ahora bien, hacerlo sin licencia de actividad y en unas dependencias que legalmente no están amparadas para ello resulta toda una temeridad.

Al menos así ocurría en 2005. A raíz de un concierto que el 12 de marzo celebraron Los Secretos en el Gran Anfiteatro del colegio, el ingeniero Miguel Ángel Rubio Roiz, del Gabinete Europeo de Ingeniería y Asesoramiento Urbanístico S.L. —que actualmente dispone de un despacho propio dentro del colegio tras la cesión de un local aprobada por la junta directiva el 21 de febrero de 2008—advirtió a Fariña y a su junta directiva, en una carta a la que ha tenido acceso GACETA MÉDICA, que “las celebraciones de espectáculos públicos (conciertos y representaciones de todo tipo) en las dependencias del Icomem y en concreto en el Gran Anfiteatro, no están legalmente amparadas, toda vez que la licencia de actividad e instalación con que cuenta el colegio no permite dicho uso y en consecuencia dichas actividades. Agravándose esta situación por el hecho de carecer de licencia que autorice su funcionamiento”.

Según revela el escrito fechado el 16 de marzo de 2005, el Ayuntamiento de Madrid ya había requerido al colegio que solventara tal situación, habiendo levantado la Policía Municipal en su día las correspondientes actas de inspección. Además, el departamento de Prevención y Protección Civil del consistorio madrileño también había detectado deficiencias tras una visita de inspección y, con independencia de no poder realizarse actividades de espectáculos (conciertos, representaciones, etc.) en el Gran Anfiteatro, se incumplía lo reglamentado a efectos de evacuación respecto a los pasillos entre filas, número de asientos, disposición de los mismos, vías de evacuación y, en general, la dotación de medios de protección contra incendios y evacuación.

El ingeniero instó a subsanar estas deficiencias —remitió al colegio un talón por importe de 20.164,40 euros por la proforma de honorarios—, ahora bien, insistió en que “ni tan siquiera cuando se hayan subsanado las deficiencias podrán celebrarse dichas actividades, ya que nunca se obtendrá la autorización urbanística para las mismas. Y todo ello, porque su celebración no supone una vinculación a ningún acto colegial, sino muy al contrario de explotación y programación externa al propio colegio con el consiguiente pago para poder presenciarlo”.

El gabinete de Rubio recordó al colegio de Fariña que ya en febrero de 2005 le remitió un informe donde le advertía tanto de la “ilegalidad urbanística” en el funcionamiento normal del colegio como sede social con sus actividades complementarias, como de la realización de actividades que en ningún caso serían legalizables, salvo en el caso de tener una relación directa con la actividad colegial, extremo que, además, deberían estudiar los servicios jurídicos.

Bar de tipo inglés

Ya en el año 2001, Fariña, cuando aterrizó en la presidencia colegial, proyectó crear en la sede colegial de la calle Santa Isabel “un espacio destinado a actividades de ocio y reunión del tipo bar inglés”, tal y como recoge un informe de la asesoría jurídica al que ha tenido acceso este periódico.

Este informe, fechado el 18 de octubre de 2001, concluye que “resultaría contrario a la legislación actualmente vigente en materia de Patrimonio Histórico Español, y contrario a los términos de la concesión administrativa, que constituye el título jurídico por el que el Colegio de Médicos de Madrid ocupa el inmueble de la calle Santa Isabel, 51, la realización de la actividad pretendida, ya sea directamente o a través de terceras personas, físicas o jurídicas, ajenas a la corporación.

Además, continúa, “la realización de dicha actividad no se encuentra entre ninguno de los fines que como propios tienen los colegios profesionales, ni entre los específicos recogidos en los estatutos colegiales”.

Sin respuesta colegial

GACETA MÉDICA ha contactado con Ana García Rivas, directora de comunicación y relaciones institucionales del colegio, para aclarar si la corporación médica sigue en situación de “ilegalidad urbanística” y sin licencia para celebrar actividades como el concierto de Mark Knopfler y no ha obtenido respuesta ni aclaración alguna.

La Federación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Femyts) ha remitido una carta abierta a la presidenta del Colegio de Médicos, Juliana Fariña, mostrándole su preocupación “por su estado de salud”. “Hemos percibido síntomas de que se encuentra con un vago estado de consciencia, no responde a ningún estímulo y según parece tampoco es capaz de articular palabra alguna”, reza la misiva.

Femyts diagnostica de “grave” su caso y le insta a ponerse en manos de los más de 30.000 “competentes” compañeros, todos miembros del colegio, para indicarle un tratamiento.

La organización médica explica a Fariña que ha sido “sencillo” hallar datos tan precisos de su estado de salud. Con independencia de las noticias aparecidas en prensa profesional, Femyts se dirigió los pasados 21 y 29 de septiembre a Fariña por escrito para hacerle saber la actuación de la directora gerente de Atención Primaria del Área 4 de Madrid, Inmaculada Mediavilla —que nombró a tres diplomados en Enfermería como directora y subdirectoras asistenciales, contraviniendo la LOPS— y actuara en consecuencia en defensa de la profesión médica y para evitar el intrusismo. “Como no se ha producido respuesta, no tenemos duda de que se encuentra muy mal”, dice Femyts, que le ruega que cuide su salud para cumplir con las obligaciones de su cargo. “Si las fuerzas le fallan, por el bien de los médicos de Madrid, lo mejor es que se retire a descansar”, apostilla Femyts.