l Un experto matiza que los programas actuales no contemplan todas las variables

l El acceso a Internet desde la consulta mejoraría la prescripción del facultativo

| 2010-06-25T17:19:00+02:00 h |

e.m.c.

Madrid

Términos como eficiencia y sostenibilidad han irrumpido con especial fuerza este año en el XVIII Congreso Nacional y XI Internacional de Medicina General de Familia, un paraguas bajo el cual la Sociedad Española de Medicina General de Familia (SEMG) ha conseguido reunir en Granada a cerca de 3.000 facultativos entre el 23 y el 26 de junio.

Junto a otras mesas dirigidas al abordaje terapéutico de patologías frecuentes en la atención primaria, los facultativos se han preguntado esta vez por el papel de las herramientas de evaluación económica a la hora de aportar eficiencia a las decisiones de los facultativos. La respuesta la tiene Francisco Hernansanz, de la Cátedra Universidad Pompeu Fabra- SEMG-Grünenthal de Medicina de Familia y Economía de la Salud. Para este especialista, el médico de atención primaria incurre en algunos errores en la prescripción con un impacto económico. Los principales son la omisión de tratamiento necesario, la generalización de un tratamiento a más pacientes para los que está sentada la indicación y la polifarmacia, con las correspondientes interacciones entre los fármacos. Detrás de estos fallos se encuentran la falta de incentivos y de formación para los médicos y la escasez de tiempo en la consulta para evaluar las alternativas terapéuticas.

Además, en los últimos tiempos muchos médicos de atención primaria han visto cómo en sus servicios de salud se han introducido sistemas de prescripción electrónica que orientan a los médicos sobre la opción que más contribuye al ahorro. En este sentido, Hernansanz incide en que “orientan, pero nunca sustituyen el criterio médico”. El experto matiza que todavía no existen programas que jueguen con todas las variables del paciente, incluidas sus preferencias. Un conocimiento que sí poseen los médicos, de ahí que en ocasiones las recomendaciones de los programas y las decisiones del facultativo no coincidan.

Aunque en un primer momento los profesionales observan con recelo la existencia de sistemas que asesoran en la prescripción, el especialista cree que finalmente se vive como una ayuda más en la toma de decisiones. Sin embargo, todas estas herramientas no contribuyen por igual a mejorar la prescripción. Para Hernansanz un apoyo fundamental sería el acceso a Internet desde la consulta, para poder visualizar en segundos la evidencia científica de un proceso patológico y mostrárselo al usuario, lo que favorecería la relación médico-paciente y la confianza.

Además, insiste en que existe suficiente conocimiento y que el problema es cómo hacerlo accesible y reducir la brecha entre eficacia y efectividad. “El camino de la eficiencia pasa por la efectividad, que es lo que debe preocupar a los profesionales sanitarios”, recalca.

Investigación en AP

El avance de la investigación en el primer nivel asistencial también ha ocupado una parte del congreso. Pilar Rodríguez, del grupo de Metodología y Apoyo a la Investigación (MAI) de SEMG, también ha presentado los proyectos de investigación de la sociedad a los asistentes. Rodríguez insiste en que es crucial que los médicos tomen conciencia de que para hacer una asistencia de excelencia es necesario realizar investigación que cubra las lagunas de conocimiento. “Es una obligación y un derecho de los médicos”, apunta.

Una muestra es la labor de este grupo, que apoya a investigadores individuales y desarrolla proyectos en patologías como el síndrome metabólico o la EPOC, y áreas como el uso de la ecografía.