Enfermedades autoinmunes/ Un nuevo anticuerpo monoclonal logra una clara mejoría de las manifestaciones clínicas de la enfermedad

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Belimumab actúa sobre un receptor de los linfocitos B, denominado Blys, modulando la respuesta inmunológica

Los varemos de actividad de la enfermedad en la semana 52ª son menores que los del inicio del tratamiento en el 50-60% de los pacientes

| 2009-11-10T10:09:00+01:00 h |

E. sainz Corada

Madrid

Ha sido necesario que pasara medio siglo, pero por fin los enfermos de lupus tienen un fármaco específico contra su enfermedad. Tal afirmación se puede hacer después de que la semana pasada se dieran a conocer los datos del segundo estudio fase III con belimumab, un anticuerpo monoclonal humano dirigido a un receptor de los linfocitos B —el Blys— y que tiene como función modular la respuesta inmunológica, lo que está en la base de la enfermedad.

“La importancia de este tratamiento es que va dirigido a una diana muy específica que participa en el mecanismo de producción de la enfermedad”, explica Ricard Cervera, jefe del Servicio de Enfermedades Autoinmunes del Hospital Clínico de Barcelona y miembro del comité científico asesor del laboratorio HGS que descubrió esta molécula.

A día de hoy los tratamientos que se emplean —corticoides, inmunosupresores— están indicados para otras enfermedades que comparten ciertos mecanismos patogénicos del lupus, similares pero no específicos. Sin embargo, los resultados del estudio de Bliss-76 han mostrado que belimumab 10 mg/kg junto con un tratamiento estándar consigue una mejora estadísticamente notable en la tasa de respuesta del paciente según los parámetros del índice de respuesta del lupus tras 52 semanas, en comparación con placebo y junto con un tratamiento estándar.

Disminuye la fatiga

“Lo que se ha observado es que los varemos de actividad de la enfermedad, en la semana 52ª (que es cuando se han hecho los análisis) son menores que los varemos al inicio del tratamiento”, señala Cervera. Esto sucede en aproximadamente entre el 50 y un 60 por ciento de los pacientes. “No es ciertamente el fármaco que elimina la actividad en el cien por cien de los pacientes, pero no es un mal porcentaje ya que el tratamiento estándar sólo llega al 30-35 por ciento en estos ensayos”, comenta.

Otro aspecto positivo es que se ha visto que resulta más efectivo cuanto mayor gravedad hay en la enfermedad. “Cuanto más actividad lúpica, los pacientes respondían mejor”, asegura, el especialista, quien también destaca los buenos resultados obtenidos frente a la fatiga. Así, se ha comprobado que actúa sobre manifestaciones cutáneas, articulares, hematológicas, serológicas y disminuye la producción de anticuerpos, pero sobre todo, mejora la sensación subjetiva de los pacientes, ya que uno de los problemas principales que presenta el 95 por ciento de los afectados es el cansancio, similar a la del síndrome de fatiga crónica. “También disminuye la sensación de fatiga, lo que es importante porque ninguno de los fármacos utilizados hasta ahora lo conseguía”, continúa.

El estudio Bliss-76 inscribió y trató a 819 pacientes de 19 países, (entre ellos España), principalmente en América del Norte y Europa. Los datos se analizarán nuevamente transcurrido el plazo fijado para solicitar su aprobación por parte de las agencias reguladoras tanto norteamericana como europea.

La indicación, según Cervera, probablemente se reservará para los casos moderados a graves, dado además que se ha visto que su eficacia es mayor en estos casos, así como a los que no respondan a los tratamientos empleados actualmente, si bien, apunta, serán necesarios más estudios para precisar más las indicaciones y “quizás también para extenderlas”.