investigación/ Cuatro centros madrileños se someten al complejo proceso de acreditación científica del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII)

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Una estructura organizativa o coordinada es uno de los requisitos para el reconocimiento que, hasta ahora, sólo poseen seis centros españoles

Si consiguen la acreditación, La Princesa podrá consolidar su biobanco y caiber, y el 12 de Octubre formar a más bioinvestigadores

| 2010-02-12T17:09:00+01:00 h |

irene fernández

Madrid

Excelencia y calidad. Todo hospital, público o privado, que aspire a ser reconocido como instituto de investigación, por el Ministerio de Ciencia e Innovación, se pone como meta conseguir estos dos principios. Pero pasando por un entramado de acreditación, eso sí, complejo y muy selecto que no todos los centros alcanzan, pese al alto nivel de nuestro modelo sanitario. Hace escasas semanas, la Comunidad de Madrid anunciaba la puesta en marcha de cuatro: La Paz, La Princesa, el 12 de Octubre y el Ramón y Cajal. El propósito: tejer una red de investigación traslacional y elevar a estos hospitales de reconocido prestigio.

Pero, hasta la fecha, sólo seis han alcanzado la acreditación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) desde que se iniciara el proceso en 2007, informa el ministerio. En ese año, fueron acreditados el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer de Barcelona y el de Biomedicina de Sevilla. En 2008, el Vall d’Hebron y Bellvitge. Y, en 2009, el Germans Trias i Pujol y La Fe de Valencia. Ahora, el de Santiago de Compostela acaba de superar la fase de evaluación y, a falta de la propuesta y resolución, está muy cerca de ser acreditado.

En este arduo entramado, como coinciden en señalar los cuatro centros madrileños, son muchas las fases hasta llegar al reconocimiento. De momento, el de La Paz (IdiPaz) y el de La Princesa han sido los primeros en formalizar la solicitud de acreditación y en formar sus correspondientes consejos rectores. Sin embargo, los otros dos se encuentran en fase de auditoría previa. “Esta auditoría no es obligatoria pero nos ayuda a orientarnos sobre cómo va ser la auditoría final, antes de presentar la solicitud formal”, asegura Victoria Ureña, directora del Instituto Ramón y Cajal (Irycis).

Y aunque, algunos adaptan los grupos a los requerimientos, “el 12 de Octubre no modificará su estructura científica porque el Comité Científico Ético nos recomendó dejarla así”, expresa su director Jesús Fernández Crespo.

Demostrar una estructura organizativa o un trabajo coordinado constituyen algunos de los requisitos que marca la ley; así como un elevado número de investigadores principales (IP) —el IdiPaz cuenta con 110 IP y 43 grupos; La Princesa con 86 IP; el 12 de Octubre con 90 IP y 45 grupos; y el Irycis con 60 IP y 22 grupos—.

En líneas de investigación, el IdiPaz se centra en neurociencia; cardiovascular; enfermedades infecciosas; patologías de grandes sistemas; cáncer y genética molecular humana; y cirugía, trasplantes y tecnologías de la salud.

La Princesa, por su parte, en mecanismos etipatogénicos, celulares y moleculares en enfermedades inflamatorias; neurotransmisión, neuroprotección farmacológica y enfermedades neurodegenerativas y neuropsiquiátricas; y terapias avanzadas y medicina individual.

El 12 de Octubre enfoca la investigación en cáncer; patologías crónicas; enfermedades raras; epidemiología y evaluación de las tecnologías; trasplante, ingeniería de tejidos y trastornos inmunitarios; enfermedades infecciosas y sida; y neurociencias. Y, por último, el Irycis prioriza en neurociencias y órganos de los sentidos; microbiología, inmunología y enfermedades infecciosas; patología de sistemas y cáncer; y epidemiología clínica.

Proyectos reforzados

Conseguir el reconocimiento supone, además, acceder a financiación directa a través de convocatorias específicas. “En La Princesa nos permitirá consolidar nuestro biobanco y nuestro caiber (para ensayos clínicos no comerciales)”, asegura su director Javier Aspa. Además, con la acreditación, dice, el instituto dispondrá de más microscopios confocales, contratará a un mayor número de bioestadísticos y metodólogos, tan importantes para los grupos clínicos, y potenciará los ensayos de oncohematología que están en marcha.

En el 12 de Octubre, su director destaca la posibilidad de formar bioinvestigadores y mejorar los procesos diagnósticos, preventivos y terapéuticos. Y al IdiPaz le permitirá mezclar la investigación básica con la clínica, según uno de sus IP de la unidad celular, el doctor Damián García-Olmo.

En general, la acreditación reforzará sus redes de trabajo con las universidades y los Ciber.

Investigación traslacional

La investigación traslacional y un voluminoso número de artículos supone otro de los requisitos para acceder al reconocimiento. En la unidad de terapia celular del IdiPaz, líder en su área, despuntan algunos ejemplos. El grupo de García-Olmo está desarrollando un estudio en fase I en mujeres con fístula rectovaginal de enfermedad de Crohn en las que ha fallado toda la terapéutica y no se las puede inyectar células propias, sino de donante. Este investigador adelanta a GM que, de forma preliminar, no han observado reacciones cruzadas y que sólo hay siete ensayos en el mundo en curso similares.

Además, destaca el recién publicado trabajo sobre las metástasis (ver GM nº 318) que, “con la acreditación podremos, seguramente, pedir un proyecto con el departamento de Bioquímica para seguir trabajando en esa línea”, dice. “Y es que, es de suma importancia que estos institutos se encuentren en los hospitales”, enfatiza Aspa.

El ISCIII dispone de un tiempo máximo de seis meses para tomar una decisión sobre estos centros, que se someterán a una exhausta auditoría. Pero en palabras de Aspa, “no creo que en España lleguemos a contar con más de 13 institutos reconocidos, que se incluyan en esa selecta red de excelencia en I+D”.