Esther Martín del Campo

Madrid

| viernes, 09 de junio de 2017 h |

Las aplicaciones de salud para dispositivos móviles se encuentran entre las apps con un mayor número de descargas entre los usuarios. Sin embargo, la participación de médicos y asociaciones de pacientes en su diseño es puramente anecdótica.

La necesidad de que ambos colectivos participen de manera activa en su desarrollo es una de las conclusiones del II Hackathon Nacional de Salud, que se celebra viernes y sábado en la escuela universitaria ESNE, con la colaboración de Boehringer Ingelheim.

Raúl Piedra, miembro de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) y presidente del comité organizador de las jornadas de Medicina y Nuevas Tecnologías que esta sociedad científica también ha celebrado recientemente, ha aportado la visión de los profesionales del primer nivel sobre este tema.

Las necesidades del paciente

En su opinión, la oferta de este tipo de herramientas es muy amplia y la mayoría carecen de aval científico o de asociaciones de pacientes. Además, cuando los médicos se deciden a desarrollar una aplicación, admite Piedra, no siempre se piensa en las necesidades del paciente, de ahí la importancia de que ambos trabajen juntos para resolver los problemas del paciente y su apuesta por que participen también en su diseño. Menos del diez por ciento, según sus estimaciones, tendrían el rigor suficiente.

La introducción de las nuevas tecnologías ha revolucionado la relación médico paciente. Piedra es consciente de que es preciso hablarles en su mismo lenguaje. De hecho, participa en una experiencia piloto y en su día a día él mismo atiende consultas vía correo electrónico o mensajería instantánea, con las que se evita el desplazamiento de los pacientes al centro para renovar una receta electrónica en el caso de crónicos, por ejemplo, o para la renovación de una baja.

Por su experiencia, la apertura a estos otros canales no ha disparado la demanda de atención por estas vías, una de las reticencias de muchos profesionales, y al cabo de la jornada calcula que podrá atender una media de ocho mensajes de pacientes que, por otra parte, dejan de acudir a la consulta de manera física.

‘Despersonalizar’ la asistencia

Otra de las resistencias que explica Piedra es que algunos profesionales piensan que estas tecnologías “despersonalizan” la relación médico paciente, cuando no es así. Su impresión es totalmente opuesta. “El paciente que no tiene que desplazarse para hacer un trámite administrativo que se resuelve por correo electrónico o por mensajería es un paciente más cercano que emplea un canal más para comunicarse con su médico”, argumenta.

Si la experiencia demuestra que finalmente integrar estas nuevas vías en la asistencia es viable, un objetivo a medio plazo sería demandar que este tipo de atención se contemple también en la agenda diaria del médico.

El experto de Semergen es consciente de que poco a poco se van venciendo los reparos. A medida que el resto de compañeros ve que funciona, poco a poco cunde el ejemplo, advierte, y hoy son varios los profesionales de su centro de salud que interactúan con sus pacientes a través de las nuevas tecnologías.

Para orientar a los pacientes en la elección de una app, Piedra desconfía de los listados, ya que es imposible que estén actualizados. El sector se mueve a tal velocidad, sostiene, que cuando aparece un listado de aplicaciones verificadas y evaluadas ya han surgido otras mil.

Antes de recomendar una aplicación, es importante reparar en los autores de estas herramientas, así como revisar si se actualizan frecuentemente. Otro punto importante es detenerse en la política de privacidad de datos, que debe aparecer de forma explícita, para evitar que los datos médicos circulen sin seguridad.


El sector se mueve a tal velocidad que es imposible contar con listados de apps fiables actualizados



La atención a través del correo electrónico o la mensajería no dispara la demanda de peticiones por estos canales