SABER MÁS SOBRE RESPONSABILIDAD CIVIL

Una paciente denuncia a una enfermera y a la clínica al haberle causado una serie de lesiones después de suministrarle una inyección del medicamento Nolotil en la región del glúteo derecho. La mujer acusaba a la sanitaria de haber actuado negligentemente vulnerando las normas de la Lex Artis.

La paciente que refería de cefalea hemicraneal y nauseas acudió a la clínica en donde se le diagnosticó “migrañas” pautándosele como medicación una inyección de Nolotil. A raíz de esta inyección, la paciente acudió en los días siguientes a la clínica alegando fuertes dolores en la región en donde fue suministrado el medicamento. La inyección le provocó un hematoma el cual fue revisado y tratado. Después de ello, los dolores que refería la paciente se fueron acrecentando los meses siguientes y continuó acudiendo a la clínica para resolver dichas molestias. Esta nueva serie de síntomas eran cada vez más agudos y afectaban a la zona de la cadera y se le diagnosticó, “cervicalgia bursitis cadera y coxalgia derechas”. Posteriormente la paciente fundamentaría su demanda relacionando la inyección del Nolotil con tales lesiones.

En casos como este de responsabilidad civil es fundamental, y así se exige al paciente, demostrar y acreditar la relación de causalidad entre el daño ocasionado. Asimismo, es esencial demostrar la culpa del profesional en el sentido de la no sujeción o infracción de a las normas medicas exigibles de la Lex artis por parte del profesional médico. 

Lo cierto es que, aunque los codemandados reconocieron que se produjo un hematoma se oponían a la demanda alegando que la actuación de la profesional medica fue correcta. De hecho, en ningún caso se había demostrado que existiese un nexo causal entre la inyección suministrada y las lesiones que posteriormente aparecieron.

Los profesionales se apoyaban en la valoración de los peritos los cuales concluyeron que “No es posible establecer un nexo causal eficiente entre un hematoma posterior a una inyección intramuscular y una patología articular que aparece meses después máxime en un paciente con antecedentes de patología articular”. Por otro lado, todos los peritos intervinientes en el proceso reconocieron que cualquier inyección podía causar hematomas y que esto es un riesgo que se asume, por cuanto no se puede saber dónde están las venas y arterias. Y que en ningún caso se produjo un desgarro del musculo como defendía el perito de la actora, además, este hecho no consta en ninguna prueba diagnóstica efectuada.

Otro aspecto que se discute en la sentencia es la forma de suministrar la inyección y el dolor causado durante su aplicación. No obstante, el umbral del dolor en cada persona es diferente, por lo que no se puede acreditar que la actuación del profesional médico no fuera correcta ni se ajustase a los criterios de la “lex artis” y que la aparición de un hematoma no implica “per se” mala praxis dado que es un riesgo inherente a la administración de una inyección.

Por último, y en relación con las lesiones diagnosticadas a la paciente y su posible relación causal con la administración de la inyección, la falta de acreditación de mala praxis impide apreciar responsabilidad por las lesiones sufridas.

La juzgadora comparte el criterio de los peritos de los codemandados de que las lesiones diagnosticadas eran patologías articulares consecuencia de una artrosis degenerativa no pudiendo atribuir la a la administración del Nolotil, al no cumplirse el criterio cronológico, topológico y cuantitativo exigible.


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