El Informe de agresiones a profesionales del Sistema Nacional de Salud (SNS) del 2023 revela un total de 14.706 casos. Se trata de un aumento de cuatro puntos con respecto a 2022, una situación que se produce desde 2017, exceptuando el descenso de 2020 por la pandemia. Además, la mitad de estos ataques se dirigieron a personas de entre 33 a 55 años. En cuanto a las diferencias por niveles asistenciales, la tasa es 2,7 veces superior en Atención Primaria y Extrahospitalaria que en la Atención Hospitalaria. Debido a este nuevo aumento, crecen las voces que justifican una Ley contra la violencia a los sanitarios.

El Ministerio de Sanidad ha confirmado los tipos de agresión, clasificados en tres apartados principales. En primer lugar, las agresiones físicas. Implican contacto físico con el ánimo de causar lesiones al profesional, pueden incluir el uso de armas y, también, consideran daños patrimoniales que estén relacionados con el trabajo o las consecuencias del servicio prestado. En segundo, agresiones no físicas. En este caso no implican contacto físico pero incluyen insultos, vejaciones, amenazas, coacciones, intentos de agresión y acoso por razón de sexo. Se dividen en dos grados según la envergadura del acto. El tercer y último tipo, en la citada violencia patrimonial. Tiene un alto poder intimidatorio y suele acompañar otros tipos de agresiones.

Sobre el perfil del agresor, el informe aborda la relación con el profesional, el sexo o el nivel de reincidencia de quien ejerce la violencia. Así, la mayoría de agresiones (9.932 casos) son provocadas por los usuarios frente a los familiares o acompañantes (3.815 casos). Los hombres son los causantes en el 72 por ciento de los casos. Además, el 18 por ciento del total de agresiones fueron realizadas por reincidentes -personas con un historial registrado de repetición de estas conductas-.

Agresiones en aumento

La recopilación de estos datos redunda en el incremento de casos respecto al año anterior, cuatro puntos porcentuales más. De este modo, el total de 14.706 agresiones equivalen a 24,05 casos por cada 1.000 profesionales del SNS, tal y como está expuesto en el informe. En cuanto al sexo, el 78 por ciento de las agresiones las recibieron mujeres. Si bien, a pesar de esta disparidad, el Ministerio ha recordado que la distribución es similar a la proporción de las profesionales del sexo femenino en el SNS.

Por edades, el 52 por ciento de las agresiones ocurrieron en personas de 35 a 55 años, la franja central de edad. Así, los menores de 35 años representaron el 26 por ciento del total y los mayores de 55 años, el 21 por ciento. También quedó reflejada en esta recopilación una mayor probabilidad de agresión en Atención Primaria y Extrahospitalaria, 2,7 veces más que la Atención Hospitalaria. Esto se traduce en 46,8 agresiones por cada 1.000 profesionales. En cuanto a la hospitalaria, notificaron 17,37 por cada 1.000 profesionales.

En cuanto a comunidades autónomas, 3.182 ocurrieron en la más poblada, Andalucía, a pesar de contar con el Observatorio de Agresiones a Profesionales del SAS. Sin embargo, las diferencias en la recopilación de datos de cada sistema regional podrían arrojar datos confusos. De ahí que la tercera sea Comunitat Valenciana con 1.876 casos o que las Islas Canarias tuvieran 1.207 registros. Por encima de los 1.000 casos también han señalado a la Comunidad de Madrid (1.921), Catalunya (1.504) y Galicia (1.045).

SATSE reclama una Ley contra la violencia en el SNS

El Sindicato de Enfermería (SATSE) ha subrayado que este incremento de la agresiones “vuelve a dar la razón a la organización sindical en su demanda de aprobar una Ley estatal que obligue a las administraciones sanitarias a implementar medidas más contundentes y eficaces”. En un comunicado, han incidido en que estos datos “constatan que el problema de la violencia en el ámbito sanitario sigue en aumento en nuestro país”. Sobre todo, “teniendo en cuenta que no es una radiografía real ni exacta, ya que solo se recogen los casos notificados”, han denunciado. 

Así, han recordado que el 30 por ciento del total de casos han tenido como víctima a una enfermera. La tasa de notificaciones de agresiones por 1.000 profesionales de Enfermería fue en 2023 de 24,19, cinco puntos más que el año anterior. Por ello, SATSE ha traslado este problema a las administraciones desde 2018. Desde entonces han propuesto una norma estatal con numerosas medidas para prevenir la violencia en el ámbito sanitario y, en el caso de producirse la agresión, ayudar al profesional afectado. Se trata de una reivindicación que pretenden consumar durante esta legislatura.


También te puede interesar…