Actualmente, existen más de 70.000 pacientes en España con infección activa por el virus de la Hepatitis C (VHC) que todavía no han sido diagnosticados. Según el último informe del Ministerio de Sanidad, la prevalencia de infección es superior en poblaciones que tienen exposiciones o situaciones de riesgo.

De la misma forma, según el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, entre las personas que han consumido drogas por vía inyectada alguna vez en la vida y que han sido admitidas a tratamiento por abuso o dependencia de sustancias psicoactivas, la prevalencia de anticuerpos frente al VHC fue de 61,4% en 2017.

Por este motivo, la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), con la colaboración de Gilead Sciences, ha presentado el Programa HepCelentes, la certificación para centros comprometidos con la eliminación de la Hepatitis C. Este programa, que cuenta con el aval de 10 sociedades científicas, tiene como misión potenciar las iniciativas en eliminación de los centros de adicciones y atención primaria guiados por unos indicadores únicos en Europa como garantía de prestación asistencial de calidad a los pacientes con VHC.

Tal y como ha explicado Manuel Hernandez, de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), los pacientes VHC usuarios de los centros de adicciones “tenían ciertas dificultades para llegar al tratamiento. Este documento pretende darle una forma homogénea al abordaje y mejorar la coordinación entre los centros de adicciones, atención primaria y las unidades de infecciosas de los hospitales”.

Asimismo, el especialista ha recordado que el cribado de los pacientes sin diagnosticar “no solo es un reto para los hepatólogos, sino para los profesionales que atienden en los centros de drogodependencia“, ha puntualizado.

En ese sentido, Javier Crespo, de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD), ha recordado que ya nadie habla del tratamiento de la Hepatitis C, sino de la eliminación de la enfermedad. “España es el segundo país del mundo (por detrás de Islandia), en aproximarse a los objetivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque la amenaza del SARS-CoV-2 ha hecho tambalear los programados de cribado”, ha subrayado.

Asimismo, el especialista ha enfatizado en los importantes avances que se han hecho en los colectivos más vulnerables: los coinfectados con VIH y VHC y los reclusos de los centros penitenciarios “donde hace unos años la prevalencia era 20 veces mayor”.

El papel de enfermería

Por su parte, Rocío Álvarez, profesional de enfermería, ha revindicado el importante papel de enfermería en el diagnóstico del VHC.

“El papel de enfermería pasa desapercibido en el tratamiento de las adicciones y es una figura que puede ir mucho mas allá porque se encarga de la coordinación entre todos los especialistas”, ha destacado la enfermera. “Si trasladamos eso al objetivo de la a eliminación del VHC podemos alcanzar el diagnóstico en mucho menos tiempo, además facilitar la atención especializada y asegurar la buena adherencia al tratamiento”, ha añadido.