Un estudio desarrollado por el Hospital Universitario Dr. Peset de València muestra la eficacia del retrasplante renal en pacientes mayores de 65 años cuyo injerto renal empieza a fallar. Así, concluye que el retrasplante ofrece una mejor calidad de vida y mayor supervivencia en comparación con la diálisis, independientemente de la edad del paciente. Se trata de un estudio presentado en el 8º Congreso de la Sociedad Española de Trasplante (SET) celebrado en Bilbao este mayo.

La investigación ha sido liderada por la jefa de Servicio de Nefrología del hospital, Asunción Sancho Calabuig. En una entrevista para Gaceta Médica ha puesto en valor hacer un segundo trasplante a mayores de 65 años, al igual que se hace con pacientes más jóvenes. “Independientemente de la edad, el trasplante es la opción que favorece una mejor supervivencia y mayor calidad de vida en el paciente con respecto al resto de terapia renal sustitutiva”, ha incidido.

Según los datos que han obtenido, el retrasplante en este grupo de edad muestra resultados comparables a los de los primeros trasplantes en pacientes de características similares. “A pesar de la edad y a pesar de la morbilidad que puedan asociar, sigue teniendo ventajas. La supervivencia es exactamente la misma que cuando trasplantamos pacientes de más de 65 años por primera vez”, ha afirmado Sancho Calabuig. Para obtener estos resultados, en la muestra participaron 259 pacientes mayores de 65 años. Así, evaluaron los resultados evolutivos y de supervivencia del retrasplante renal. 

Este estudio va en la línea del que han realizado en el Hospital Regional de Málaga que destaca que la fragilidad disminuye con el trasplante de riñón en siete de cada diez casos. La fragilidad se acentúa en los pacientes mayores de 65 años, por lo que también incide en los beneficios de los trasplantes en estos enfermos.

Beneficios del retrasplante en mayores

En cuanto a los beneficios del retrasplante en mayores, Sancho Calabuig ha enfatizado en que “el trasplante siempre es la mejor opción para cualquier paciente”. De esta forma se ha mostrado indiferente respecto al “tema de la edad”. Así, “lo importante en este caso es el retrasplante. Muchas veces se les asocian muchísima comorbilidad y el trasplante no se plantea como una alternativa”, ha abundado.

De esta forma, uno de los hallazgos más relevantes del estudio es la comparación entre la supervivencia del injerto y del paciente entre los retrasplantes y los primeros trasplantes. “Nuestros datos muestran que la supervivencia tanto del injerto como del paciente es exactamente la misma que cuando trasplantamos pacientes de más de 65 años por primera vez. Entonces, hay que seguir intentándolo. Es una opción a tener en cuenta, a valorar y a contemplar en los pacientes mayores que ya han sufrido un trasplante mucho tiempo atrás”, tal y como ha insistido Sancho Calabuig.

Reducción de complicaciones y coste sanitario

Asimismo, el estudio también recalca la importancia de evitar el paso por la diálisis. Este proceso conlleva numerosas complicaciones, sobre todo en pacientes que han estado sometidos a inmunosupresión durante largos periodos. “Hay un incremento de la mortalidad en los primeros meses en los que el paciente fracasa el injerto y necesita diálisis. Si nosotros evitamos el paso de los pacientes a la diálisis a través de un trasplante que se hace en un porcentaje importante de casos de forma anticipada, todavía estamos mejorando más el diagnóstico del paciente”, ha sostenido la experta.

Por todo ello, el trasplante anticipado -antes de que el paciente necesite diálisis- redunda en menos complicaciones, lo que reduce los costes sanitarios. “Lo ideal sería poder retrasplantar a los pacientes siempre antes de necesitar diálisis. La idea, es plantearse el retrasplante en la gente más mayor y, si puede ser, de forma anticipada. Con lo cual, el beneficio es incluso mucho mayor”, ha concretado.

Mejora de la supervivencia y la calidad de vida

Los datos del estudio muestran que la supervivencia al año y a los tres años del injerto y del paciente son similares en ambos grupos -retrasplantados y trasplantados por primera vez-. Además, “la función renal fue también similar, excepto en el primer mes en que la creatinina sérica fue menor en los retrasplantados”, según ha detallado la jefa del Servicio de Nefrología de este hospital valenciano.

“Se ha visto que, con respecto a la diálisis, el trasplante mejora la calidad de vida y la cantidad de vida del paciente. O sea, va a vivir más”, ha subrayado. “La expectativa de vida no es la de ser inmortal, sino la que tenga que ser, ya que será mejor que si estuviera en diálisis”, ha aclarado. “La gente no se muere con 80 años, lo hace con 85, con 87 años. Se ha visto que con respecto a la diálisis, el trasplante mejora la calidad de vida y la cantidad de vida del paciente”, según ha concluido Sancho Calabuig.


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