Un estudio publicado en The Lancet Infectious Diseases determina que existe un bajo riesgo de transmisión del SARS-CoV-2 por fómites en condiciones de la vida real, siempre que se cumplan los procedimientos de limpieza.

En agosto de este año, el científico Emanuel Goldman publicaba en la misma revista que la posibilidad de transmisión a través de superficies inanimadas es muy pequeña y solo es posible en los casos en que una persona infectada tose o estornuda en la superficie y alguien más toca esa superficie poco después.

Otro estudio realizado por un equipo de investigación en Singapur en un entorno hospitalario mostró que la mayoría de las superficies estaban contaminadas, incluidas las rejillas de ventilación del aire acondicionado, las barandillas de las camas, los casilleros junto a la cama y, en raras ocasiones, los inodoros. La contaminación de la superficie ambiental disminuyó después de la semana 1 de enfermedad y, curiosamente, no se detectó contaminación de la superficie en las habitaciones de la unidad de cuidados intensivos (UCI). 

Sin embargo, la limitación del estudio de Po Ying Chia y su colaboradores, según apuntan en The Lancet, es que no se intentó cultivar el SARS-CoV-2 de los hisopos ambientales, lo que habría ayudado a comprender la importancia de las muestras positivas de ARN del SARS-CoV-2 en términos de potencial infeccioso.

“Nuestros hallazgos sugieren que es poco probable que la contaminación ambiental que conduce a la transmisión del SARS-CoV-2 ocurra en condiciones de la vida real, siempre que se cumplan los procedimientos de limpieza y las precauciones estándar”

Dos nuevos estudios secuenciales

En el nuevo trabajo, los investigadores liderados por Mario U Mondelli, de la Fundación IRCCS Policlinico San Matteo de Pavia (Italia), han realizado dos estudios secuenciales tratando de determinar, por un lado, el grado de contaminación de superficies inanimadas en una sala de enfermedades infecciosas estándar de un hospital de referencia en el norte de Italia. Y por otro lado, si el riesgo de contaminación era mayor en las salas de emergencia y subsalas de cuidados intensivos que en las salas ordinarias. 

Tras un procedimiento de limpieza estándar, solo el casco del dispositivo de presión positiva en las vías respiratorias de un paciente fue positivo para el ARN del SARS-CoV-2. Asimismo, los investigadores explican que los intentos de cultivar los hisopos positivos en células Vero E6 no tuvieron éxito, lo que sugiere que los fómites y superficies de los pacientes no están contaminados con virus viables

“Nuestros hallazgos sugieren que es poco probable que la contaminación ambiental que conduce a la transmisión del SARS-CoV-2 ocurra en condiciones de la vida real, siempre que se cumplan los procedimientos de limpieza y las precauciones estándar. Estos datos apoyarían el punto de Goldman de que la posibilidad de transmisión a través de superficies inanimadas es menos frecuente de lo que se reconocía hasta ahora”.