ENTREVISTA/ Investigación, apoyo y formación son los tres pilares básicos del servicio

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José Ramón Azanza, director del Servicio de Farmacología Clínica de la CUN
| 2010-03-12T16:08:00+01:00 h |

E. S. Corada

Madrid

Lleva desde el año 1978 en el Servicio de Farmacología Clínica de la Clínica Universidad de Navarra, lo que significa que fue pionero en esta especialidad que se puede calificar como “moderna”. Desde entonces ha pasado por todos los puestos, desde MIR en la primera promoción a adjunto o jefe clínico. Ahora, 32 años después, lo dirige.

Pregunta. ¿Cuáles son sus objetivos al frente del Servicio?

Respuesta. Es un proceso continuista, uno lo que va haciendo es desarrollar las actividades propias del servicio, sobre todo las que son más requeridas dentro del hospital. Teníamos un primer plan, que ya se está consiguiendo, que era mejorar la estructura del laboratorio porque hemos incorporado un tercer equipo de cromatografía detector de masas. Otro reto era conseguir, de nuevo, la acreditación de cumplimiento de buenas prácticas del laboratorio, y parece que lo vamos a lograr. Una historia en la que estoy especialmente empeñado en trabajar es en la trazabilidad de los datos obtenidos durante la investigación. Es un tema muy complicado en el que estamos colaborando con una compañía de aquí, de Navarra, para conseguir un proceso informático que facilite todo este asunto. Otro reto es ampliar la consulta terapéutica para sacarla de los antibióticos y convertirla en algo más abierto.

P. ¿Qué trabajos de investigación, de los que tienen en marcha, destacaría?

R. Nosotros actuamos en fases muy precoces. Tenemos alguna historia muy bonita en la administración de un fármaco en el ojo con una empresa española que es muy interesante y va a intentar solucionar el aumento de la presión intraocular, es una vía nueva. Hablamos de unos 4-5 años vista. Estamos casi terminando la fase I y la pinta es muy buena. Por otra parte, tenemos que participar en todos los proyectos de investigación del CIMA de la Universidad de Navarra, y allí están trabajando con numerosas moléculas nuevas que están en la fase de desarrollo preclínico, desde una proteína para el tratamiento de la esclerodermia que está muy avanzada y hemos acabado la fase I, hasta otras que actúan sobre el corazón o la pared cardiovascular. También hay toda una línea dentro de la clínica de investigación que está agrupada dentro del Caiber de terapia celular en vitíligo, diabetes, cáncer…

P. ¿Qué servicios solicitan más su colaboración?

R. Una de nuestras funciones es la consulta terapéutica que consiste en ayudar a los médicos del hospital, prácticamente a demanda, en el buen uso de los medicamentos, especialmente en el ámbito de la antibioterapia aunque también hemos hecho cosas en dolor, en psicofarmacología y en pacientes en situaciones especiales y cuidados intermedios. Además, está ahora el tema tan novedoso de optimizar los antibióticos, que abre una línea interesantísima de investigación, porque muchas veces son medicamentos viejos que lo que pretendemos es que den mejor resultado modificando la forma de usarlo. Es una línea muy sugerente donde estamos trabajando con cosas interesantes.

P. ¿Qué proyectos se plantean de cara al futuro?

R. ¡Yo me conformo con sobrevivir a todo lo que le he dicho! Son procesos largos y muchos proyectos de los que le he contado están iniciándose y requieren mucho tiempo. Ilusión no nos falta, estructura tampoco, y lo que hace falta a veces es más bien tener la fe de que uno va a ser capaz de sacar adelante lo que hay. Y yo estoy convencido que será así.