estudio/ Las actividades preventivas del médico de AP no presentan la efectividad esperada ni se traducen en el impacto adecuado en la mujer

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El manejo del 80% de los problemas de salud por la AP y políticas adecuadas de prevención y educación abarataría un 60% el gasto sanitario

La falta de tiempo y de organización de las consultas, dada la hipertrofia de la asistencia, dificulta políticas de promoción de la salud

| 2010-04-09T16:43:00+02:00 h |

josé García

Madrid

Ahora que corren tiempos de austeridad y de buscar fórmulas de ahorro en el gasto sanitario, si la atención primaria fuera capaz de manejar el 80 por ciento de los problemas de salud y ejecutar políticas adecuadas de prevención, promoción y educación para la salud, se podrían abaratar los costes de la sanidad casi en un 60 por ciento, tal y como se desprende de varios estudios realizados en Reino Unido, Noruega, Suecia y Canadá. Incluso, en España el impacto podría ser mayor debido a que el Sistema Nacional de Salud está muy consolidado y su estructura, muy socializada. El buen sistema de atención primaria y sus profesionales redundarían en la eficacia de esas políticas.

Estas consideraciones las ha puesto sobre la mesa Julio Zarco, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), a raíz de una de las conclusiones finales del estudio de investigación “Promoción de la salud y prevención de la enfermedad en la mujer española del siglo XXI”, que determina que las actividades preventivas que el médico de familia implementa en su consulta de atención primaria no presentan la efectividad esperada ni se traducen en el impacto adecuado en la población femenina.

Para Zarco, además de esas políticas preventivas fomentando el autocuidado, es importante reseñar, dada la hipertrofia de la asistencia, que muchas de ellas no se pueden realizar tanto por falta de tiempo como de organización de la atención primaria.

Asimismo, a su juicio, se requiere de voluntad política, que a día de hoy no es “primarista” sino ‘hospitalocentrista’. “Los políticos gestionan con medidas a corto plazo para una legislatura. Quieren dotar de alta tecnología los hospitales, ya que en cuatro años no les da tiempo a organizar una atención primaria adecuada. Por tanto, además de más recursos, debe existir esa voluntad política, y el arrojo de realizar estudios que pongan de manifiesto que el sector de la primaria no está haciendo bien las cosas. Con ello, se empezarán a cambiar cosas, como la organización del primer nivel asistencial, que tal y como está hoy concebido no es adecuado para dar debida cuenta a los problemas de salud de los ciudadanos. Además, el profesional debe reflexionar sobre el modelo, que es bueno, pero no adecuado ni satisfactorio para el ciudadano. Se deben ajustar las carteras de servicios a las demandas de la población, que cambian según la zona. Tiene que haber un mínimo básico y luego adaptar los servicios a la población que se atiende. Es lo más normal y eso no se hace”, explica.

Estudio de género

El estudio de género elaborado por Semergen y auspiciado por el Ministerio de Sanidad y Política Social cruza las opiniones de 1.200 mujeres mayores de 16 años y 400 médicos de familia con el objetivo de mostrar la situación real de la salud de la mujer en nuestro país, y de averiguar si las necesidades preventivas en salud percibidas por la mujer se corresponden con la atención recibida por el facultativo de atención primaria.

Según Zarco, el estudio pone de manifiesto que hay discordancia entre la emisión del mensaje por parte del médico y la recepción del mismo por parte de las mujeres. A pesar de que la atención primaria es el sector más propicio para realizar acciones preventivas, los profesionales no tienen tiempo y reducen toda la actividad preventiva a dar un consejo, se lamenta Zarco, que pone el acento en lo complicado que es cambiar hábitos y estilos de vida en un adulto que tiene constituida su estructura física y mental. “Los médicos no tienen ni tiempo ni organización en sus consultas ni información ni formación adecuada de cómo se pueden utilizar pedagógicamente determinadas herramientas para facilitar esos cambios”, señala el presidente de Semergen.

Por su parte, Esther Redondo Margüello, del grupo de Actividades Preventivas de Semergen y una de las autoras del trabajo, incide en que la consulta de primaria está más orientada a lo asistencial y el poco tiempo disponible del médico es un hándicap para hacer promoción y educación para la salud. Además, critica que en las facultades de Medicina se forma al médico para prescribir y curar, pero no tanto para hacer una medicina preventiva. Y aboga por empezar esas políticas de prevención y promoción desde la escuela, aunque ve complicado fomentar la cultura de la salud con la actual organización de las consultas. Término también prioritario para Zarco, que insta a que las acciones del médico y del enfermero de primaria per se como agentes de salud se orienten a fomentar esa cultura de la salud.

Y para tener un mayor impacto en esas políticas, Zarco se muestra partidario de que a los profesionales se les mida en resultados de salud. “El estudio demuestra que el médico no es tan eficaz”, señala y de ahí que otra de las conclusiones finales del trabajo recalque realizar una reflexión y revisión sobre las actividades preventivas que se realizan en la consulta de atención primaria en la población femenina española, con el fin de mejorar la efectividad e impacto de las mismas en la salud de la mujer del siglo XXI.

Además, se necesita hacer llegar a la población mensajes preventivos consensuados entre los médicos de familia, los especialistas y el personal de Enfermería, y así atajar, según Redondo, la actitud poco receptiva para la actividad preventiva con la que la mujer va a la consulta.