Comunidad para la Investigación, Desarrollo e Innovación en Biomedicina (CIDI)

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Redacción Madrid | viernes, 13 de diciembre de 2013 h |

Trabaja en el Departamento de Señalización Celular del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa, un centro multidisciplinar que abarca desde la ciencia básica hasta proyectos más aplicados. Hoy hemos hablado con ella del presente y el futuro de la Bioquímica y Biomedicina española.

Pregunta. ¿Cuáles son las líneas de investigación en las que está trabajando actualmente?

Respuesta. En el equipo de investigación estamos interesados en analizar qué papel presenta el eje Núcleo-Centrosoma-Aparato de Golgi en el establecimiento de la polaridad celular. Concretamente, nos interesa saber cómo ciertas proteínas pueden ser las responsables del establecimiento de este eje de polaridad.

P. ¿Por qué ha decidido dedicarse a esta especialidad?

R. A grandes rasgos las proteínas presentan dos funciones principales: proporcionan estructura a la célula y por otra parte tienen un papel “activo” como enzimas, transmisores de señales, reguladores etc. Interesantemente, cada vez se va descubriendo que ciertas proteínas a las que se les había asignado un papel estructural poseen a su vez un papel “activo” y viceversa. Éste es el caso por ejemplo de una proteína que analicé en mi tesis doctoral llamada Zonula Occludens 1 (ZO-1), descrita en las uniones celulares.

Parecía que su función era principalmente estructural, participando en las uniones de una célula con otra, pero se ha ido descubriendo que ejerce una función mucho más compleja ya que por ejemplo también puede encontrarse en el núcleo o participar en la migración celular. En un epitelio que sufre una herida ZO-1 puede relocalizarse en el frente de avance de las células que migran para intentar cerrarla.

Esta complejidad, cómo la célula “juega” con sus proteínas en función de las circunstancias es algo que me resulta fascinante. Es increíble lo que pasa cuando por ejemplo nos cortamos con una hoja de papel. Esta especialidad me permite analizar éste y otros fenómenos que ocurren cotidianamente en nuestro cuerpo. El querer intentar conocerlos un poco más es por lo que elegí trabajar en este campo.

P. ¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta en el futuro dicha especialidad?

R. Pienso que esta especialidad tiene un reto muy importante común a las otras ramas de la ciencia básica. La ciencia básica, a diferencia de la aplicada, no busca a corto plazo una aplicación directa.

Volviendo al ejemplo explicado en la pregunta anterior, el objetivo de analizar la proteína ZO-1 no es generar a corto plazo un tratamiento para curar una úlcera, si no aprender sobre la conformación de un epitelio, el proceso de cicatrización, qué proteínas están implicadas, cómo van sucediendo los acontecimientos en este proceso, qué factores lo aceleran o lo retardan… Estos datos generados serán analizados por otros equipos de investigación más enfocados a la clínica.

En numerosas ocasiones cuando comento cuál es mi trabajo y mi objeto de investigación inmediatamente me preguntan: y eso, ¿para qué sirve?. Nuestra sociedad demanda soluciones inmediatas, queremos resultados, aplicabilidad en tiempos cortos, cada vez más cortos. Esto choca frontalmente con la investigación científica.

Hay que investigar en la dirección adecuada pero no hay que dejar de generar datos y conocimientos nuevos sobre los que construir todo el desarrollo posterior. Creo que es un error financiar sólo la investigación enfocada a generar una pastilla.

P. ¿Y los retos generales que tenemos en el ámbito de la investigación biomédica?

R. En el mundo occidental la esperanza de vida ha aumentado mucho en los últimos tiempos. Mantener las mejores condiciones de vida en las personas mayores es en mi opinión uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos. El envejecimiento lleva parejo un incremento de las enfermedades degenerativas y tumorales en la población. Debemos investigar cómo tratarlas y también cómo prevenirlas.

P. ¿Cuál cree que es la situación actual de la investigación y los investigadores en nuestro país?

R. La situación es francamente mala. Creo que es un grave error no invertir en investigación que es prácticamente lo que está ocurriendo en la actualidad en nuestro país. La investigación y el desarrollo es lo que nos permite a la larga crecer. En el mundo actual no se puede uno bajar del tren porque los demás países no esperan. Estamos por ejemplo muy bien posicionados en el campo de las Energías Renovables es una pena tremenda que decidamos quedarnos atrás.

Además de la escasa financiación, un problema que para mí no tiene justificación es la incertidumbre a la que nos vemos sometidos los investigadores. Las convocatorias institucionales para la incorporación o el mantenimiento del personal de investigación se posponen indefinidamente sin que nadie aclare fechas. Nos movemos por la rumorología, hay grupos de investigación en el que sólo queda el jefe… Puedo entender que no haya dinero pero no admito que no se enfrente la situación con coraje y claridad. ¿Cómo diseñas tus experimentos que duran meses en el mundo de “puede ser que…”, “todavía no se sabe”, “se rumorea que…”? La incertidumbre, que corregirla está plenamente en nuestras manos, está afectando en gran medida a la actividad científica de este país empujando a numerosos investigadores fuera de nuestras fronteras.

P. ¿Qué le gustaría que cambiase?

R. Creo que primeramente debería cambiar el concepto que tenemos en esta sociedad sobre la actividad científica. En este cambio estarían involucrados distintos agentes y entre ellos de forma significativa los investigadores. Pienso que a veces se nos olvida que es la sociedad quien nos paga y que a ella debería retornar en última instancia los beneficios de la investigación.

En la base de nuestra investigación se encuentra nuestra curiosidad, el deseo de saber, pero no investigamos para nosotros mismos sino para la sociedad. La ciencia forma parte de la cultura de un pueblo junto con otras manifestaciones culturales como el arte o la literatura. Debemos por tanto ser más comunicativos haciendo partícipe y cómplice de nuestros hallazgos a toda la sociedad. Intentar que nuestros esfuerzos y logros trasciendan la comunidad científica.

Este debería ser en mi opinión el primer cambio y pienso que cuando como sociedad entendiéramos que la ciencia forma parte de nosotros no acometeríamos tantos atropellos contra ella.