Cardiología/ Sólo se había descrito la función cardioprotectora de este receptor

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josé garcía Madrid | viernes, 20 de julio de 2012 h |

Sabido era que activar el receptor APJ, que se encuentra en las células cardíacas, tiene una función beneficiosa para el corazón en respuesta a la hormona apelin, ahora bien un nuevo estudio de investigadores estadounidenses, españoles e italianos, publicado en Nature, determina la bifuncionalidad de APJ. Así, este receptor también tiene efectos muy perjudiciales, que incluso pueden desembocar en fallo cardíaco, cuando es activado por estiramiento mecánico continuado, que es lo que sucede en respuesta a la hipertensión.

El estudio ha sido liderado por Pilar Ruiz-Lozano, investigadora en la Universidad de Stanford, en colaboración con Perla Kaliman, que dirige un equipo de investigación en el Instituto de Investigación Biomédica August Pi i Sunyer (Idibaps). Kaliman ha explicado a GM que el estudio confirma la bifuncionalidad del receptor y las vías de señalización, que son distintas a partir del mismo receptor y divergen, una provocando cardioprotección, y la otra, fallo cardíaco. “Lo que no se sabía hasta ahora era que el receptor APJ, además de poder transmitir la señal de apelin, es sensible a otro tipo de estímulos que promueven la transición hacía fallo cardíaco. Hasta ahora sólo se pensaba en diseñar fármacos para proteger la función cardíaca, y en base a esta información, es importante considerar que también hay que bloquear su capacidad de reacción ante estos estímulos para hacer prevalecer exclusivamente la cascada de señalización cardioprotectora, y no la que provoca fallo cardíaco”, señala Kaliman.

Los resultados plantean una alerta en relación a diseñar fármacos cardioprotectores basados en la activación indiscriminada de APJ, ya que sólo serán efectivos aquellos que tengan una activación dual, es decir, que imiten su acción beneficiosa y bloqueen su actividad perjudicial. Según Kaliman, “se pueden diseñar moléculas dirigidas a bloquear de forma específica la capacidad de reaccionar ante esos estímulos que provocan la respuesta patológica o, incluso moléculas que bloqueen segundos mensajeros intracelulares que se activen a partir de ese estímulo”.