Almudena Fernández Madrid | viernes, 16 de septiembre de 2016 h |

La figura del psicólogo no está todavía implantada en los centros de salud de España, algo que sí ocurre en otros países, como es el caso de Reino Unido. Mientras que entre estos profesionales reina el consenso en la conveniencia de trabajar en los centros de salud, los facultativos del primer nivel asistencial cuentan con defensores y detractores.

Antonio Cano Vindel, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) y miembro del Colegio de Psicólogos de Madrid, explicó a GM que el problema es de base porque en España hay cinco psicólogos cada 100.000 habitantes, mientras que la media europea es de casi 20. Además, se mantiene en un momento en el que las patologías relacionadas con las emociones y el estrés están en aumento.

Todas estas dificultades llegar a la consulta de AP y los problemas emocionales terminan en muchas ocasiones convirtiéndose en trastornos mentales comunes, fundamentalmente de ansiedad, depresivos y somatizaciones, que constituyen el 75 por ciento de este tipo de patologías.

A pesar de que estas enfermedades no se consideran graves, Cano Vindel incidió en que es fundamental atenderlas tanto por su alta prevalencia como porque si no se tratan con técnicas eficaces tienden a la cronicidad y a la comorbilidad, lo que ocasiona costes elevados y una carga social muy alta en forma de discapacidad, por ejemplo.

En concreto, de cada 100 pacientes que acuden a su médico de AP, el 49,2 declara síntomas intensos y frecuentes de ansiedad, depresión y somatizaciones, un 31,2 está diagnosticado de patología mental y primaria atiende a dos de cada tres personas con trastornos de ansiedad o depresión. Frente a esto, el médico dispone de escasos minutos por paciente en los que solo tiene opción de prescribirle medicación para aliviar los síntomas, algo que no resuelve el problema, además, el facultativo no suele tener formación suficiente para abordar estos problemas con técnicas cognitivo-conductuales, que “son las que han demostrado ser eficaces”.

Puso el ejemplo de Reino Unido, que lleva ocho años contando con psicólogos clínicos en los centros de salud y donde recientemente se ha publicado un artículo en el aseguran que si se duplicasen los casos atendidos por psicólogos y se ampliase a los trastornos crónicos de salud como los cardiovasculares, que también están afectados por ansiedad y depresión, el coste sería cero gracias a lo que se ahorraría en gastos directos e indirectos.

José Ángel Arbesú, coordinador del Grupo de Trabajo de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), por su parte, incidió en que la figura del psicólogo clínico solo está implantada en primaria en el caso “muy reciente” de Comunidad Valenciana. En su opinión, sería “muy interesante” poner en marcha una experiencia piloto con psicólogos clínicos que permitiera valorar su idoneidad y la sostenibilidad para el SNS.


Es fundamental atender este tipo de patologías, aunque no sean graves, para evitar que se hagan crónicas



Reino Unido lleva ocho años contando con la presencia de psicólogos clínicos en los centros de salud


Y es que, aunque consideró que el médico de AP posee conocimientos y habilidades clínicas para abordar de forma óptima la mayoría de los pacientes con problemas de salud mental, la posibilidad del apoyo de otros terapeutas sería “muy importante” porque, además, uno de cada cuatro o cinco usuarios que acuden a las consultas de AP lo hacen por síntomas psicológicos o físicos en relación a enfermedades o trastornos mentales.

Sin embargo, la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc) no está a favor de que los psicólogos estén en AP, tal y como señaló su presidente, Salvador Tranche, para quien primaria es “básicamente generalista” y el primer profesional que debe ver a los pacientes para discriminar si su patología es física, psicológica o psiquiátrica tiene que ser el médico de familia y después, decidir si deriva el caso a salud mental y si lo ve el psiquiatra o el psicólogo por lo que, aunque es un problema frecuente en AP, no encuentra “razones suficientes” para que estos profesionales estén en los centros de salud.

Ensayo clínico

El presidente de SEAS lidera además el ensayo clínico Tratamiento de los problemas emocionales en atención primaria, que se está aplicando ya en 22 centros de salud de toda España y ahora están ampliando el número de participantes (los médicos de familia interesados pueden contactar concanovindel@psi.ucm.es).

Los facultativos que participan en el ensayo derivan a sus pacientes al grupo experimental, en el que se les aporta información, se les entrena en relajación y en habilidades para cambiar sus pensamientos y su conducta a través de siete sesiones en grupo, en las que se trabaja conjuntamente con personas que tienen problemas similares, por lo que se consumen “muy pocos recursos”.

Entre los pacientes a los que atienden, se encontraron con una alta prevalencia de trastornos de ansiedad, depresión y somatizaciones, unos problemas que además empiezan muy temprano y cuentan con un alto porcentaje de casos no abordados. Entre los que siguen un tratamiento, la mayoría solo toman psicofármacos pero no reciben sesiones psicológicas.

Los resultados obtenidos hasta el momento son “muy positivos”, ya que los pacientes evolucionan bien, “empiezan a ver la luz del final del túnel” y a trabajar a favor de su bienestar y de la mejora de su calidad de vida.