“No es ‘depre’, es DEPRESIÓN”. Ni más, ni menos. El título de la nueva serie documental que se ha presentado este miércoles en un lugar emblemático, el Café Comercial de Madrid, no es casual. La tendencia a calificar, aunque solo sea de forma coloquial como “depre” los pequeños bajones de ánimo que cualquier persona experimenta en su día a día lastran el diagnóstico en la práctica de una patología, la depresión, que no puede ni debe ser banalizada, sino detectada y tratada.
Es el mensaje común que han trasladado la actriz y cantante Angy Fernández, Guillermo Martínez, director de la serie, y Víctor Pérez, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB), en la puesta de largo de este trabajo impulsado por Janssen y producido por Medicina TV. Una serie que, además, ha contado para su elaboración no solo con profesionales sanitarios, sino también de asociaciones de pacientes como Asapme, en Aragón, ES+Salud Mental y Avifes (País Vasco).
Gran parte del hilo conductor de esta serie, dividida en seis capítulos, es la vivencia personal de la actriz y cantante Angy Fernández, que comparte pantalla con otros personajes conocidos por el público y personas anónimas que tienen en común haberse enfrentado a la depresión.
En la presentación oficial, la actriz asegura que compartió su experiencia “sin pensar” en las redes sociales, haciendo balance de un año nuevo y en un momento en el que se sentía arropada por su familia. Angy Fernández detalla cómo en un momento de plenitud profesional comenzó a sentir una ansiedad que llegaba a paralizarla, hasta que decidió buscar ayuda psicológica y, finalmente, dar el salto al ámbito médico.
Fernández explica en primera persona el sentimiento de culpa que trae consigo la depresión y hace hincapié en la importancia de dar un paso al frente y admitir lo que sucede. “Hace un año grabamos y hoy hay más actores y actrices que lo verbalizan. Seguro que ayuda”, indica.
Una enfermedad como cualquier otra
Para Víctor Pérez Sola, que también es director del Instituto de Psiquiatría del Hospital del Mar, que ha participado en esta serie, es necesario trasladar el mensaje de que la depresión es una enfermedad como cualquier otra, bien diferente de los altibajos en el ánimo. “Estar triste es normal, es un proceso adaptativo a situaciones complicadas. La depresión es otra cosa, es una enfermedad completa que lleva consigo un sentimiento de culpa que hace que el paciente tarde más en acudir a la consulta a pedir ayuda. Hay que saber que es frecuente (una de cada cinco mujeres y uno de cada diez hombres), que se puede tratar y que tiene buen pronóstico”, sentencia.
“En esta serie queda muy claro que no podemos pedir que camine a alguien que se ha roto una pierna”, asegura, algo que a menudo sucede con las personas afectadas por depresión, a los que su entorno les invita a animarse, a no darle importancia… mensajes inadecuados que, con la mejor de las intenciones, hacen crecer el estigma y el aislamiento y llevan a un retraso a la hora de pedir ayuda profesional.
Frente a estas respuestas, ante una confesión de sentimientos depresivos por parte de un amigo o un ser querido, la escucha activa y la comprensión y el consejo de acudir al médico de cabecera para iniciar el tratamiento médico si fuera necesario, son las claves.
Esta serie es un paso más en la lucha contra el estigma de la depresión y la patología mental, un estigma que también llega al terreno de la psiquiatría. “Resulta más fácil decir que vas al psicólogo que al psiquiatra”, admitie Angy Fernández.
La “fama” de los psiquiatras
Víctor Pérez es consciente de que esa sombra se cierne también sobre los profesionales de la salud mental. Sin embargo, reconoce que no le preocupa tanto la fama como el hecho de que quienes lo necesitan no acudan a ellos por prejuicios.
Aún así, también subraya que la imagen de los psiquiatras ha cambiado y que la COVID-19 y la generalización de episodios de ansiedad o síntomas depresivos en el último año ha contribuido a dibujar la psiquiatría como una especialidad más cercana. “Todos hemos puesto la salud mental en el centro”, apunta.
Una vez superada la depresión, es inevitable el temor de que ante situaciones especiales vuelva a suceder. Aunque eso pase, explica Fernández, la realidad es que a día de hoy tiene más recursos mentales y emocionales para hacerle frente. Además, la actriz asegura que, llegado el caso, estaría dispuesta a hacer una pequeña pausa para cuidarse y remontar, algo impensable en su contacto inicial con la depresión.
A raíz de hacer pública su experiencia, la actriz asegura que casi cada día recibe mensajes a través de sus redes sociales de personas que están pasando por ello y se quejan de las dificultades de acceder a terapia psicológica pública o dar con un médico de confianza que vaya más allá del tratamiento farmacológico. En este sentido, Angy Fernández insiste en la necesidad de reforzar estos recursos para conseguir que lleguen a todo aquel que lo necesite.
En esta línea, Víctor Pérez también insiste en la importancia de que la salud mental tenga visibilidad a través de los medios de comunicación para conseguir una mayor inversión en este terreno, que es absolutamente necesaria.
“Ganamos todos cuando la enfermedad mental es visible”, concluye.