La pandemia por COVID-19 ha impulsado el estudio y desarrollo de un gran número de opciones terapéuticas (anti-inflamatorios, inmunomoduladores, antipáticos, etc.). “Mientras que en el inicio de la pandemia estas actuaciones centraron en el empleo de tratamientos en el ámbito hospitalario, cuando ya estaba presente la enfermedad, en el momento actual existen opciones terapéuticas para el manejo ambulatorio en aquellas personas con síntomas leves o moderados, pero con un elevado riesgo de empeoramiento de la infección”, según José Ramón Blanco Ramos, director científico del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja.

José Ramón Blanco Ramos.

Blanco, que pertenece al Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital San Pedro, ha hablado en el XXVIII Congreso Nacional de Medicina General y de Familia sobre los nuevos tratamientos de esta nueva enfermedad y hacia dónde deberían apuntar. “Junto con la vacunación, las nuevas terapias debieran estar enfocadas en aquellas dianas del ciclo viral que permitan detener la replicación del virus y que no se vean afectadas por la aparición de nuevas variantes”, indicó.

En este sentido, el experto cree que se deberían personalizar los tratamientos que se suministren en esta nueva fase de la pandemia. “En el momento actual de la medicina personalizada de precisión, se dispone cada vez de más evidencias sobre los grupos de población que más se pueden beneficiar de algunas de las opciones terapéuticas”, en palabras de Blanco.

En estos años se ha llevado a cabo un gran número de ensayos clínicos, lo que ha permitido seleccionar las pautas más seguras y eficaces. Sin embargo, “dado que esta infección está en continuo cambio, debido, por ejemplo, a la aparición de mutaciones, se hace preciso continuar con una vigilancia activa de la eficacia de estas terapias y con la búsqueda de nuevas opciones terapéuticas” aclara el investigador.

En cuanto a las principales opciones de tratamiento que han demostrado su eficacia, el director científico del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja informa de que “se está haciendo un gran esfuerzo por identificar opciones terapéuticas preventivas (antes de la exposición al virus) como es la combinación de tixagevimab junto con cilgavimab; y otras intervenciones post-exposición (tras la exposición al virus) como es, por ejemplo, la de nimatrelvir junto con ritonavir. Estas pautas se emplean “bajo rigurosos criterios y priorizando su indicación en aquellos colectivos de riesgo”, según el experto José Ramón Blanco Ramos.

Futuros escenarios de la pandemia

Por su parte, el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos, Ángel Gil de Miguel, ha analizado durante el congreso nacional de la SEMG el papel que han tenido las vacunas durante esta pandemia en la lucha contra la COVID-19. “Es verdad que ha sido decisivo, una pieza clave, pero hoy en día tenemos muchas preguntas. Es verdad que las coberturas de vacunación en la población adulta han sido tremendamente altas, pero cabe esa duda de qué podemos hacer y qué podemos esperar de cara al futuro”.

Ángel Gil de Miguel.

Para ello, durante su conferencia ha expuesto los posibles escenarios futuros del COVID-19, empezando por si podrá haber una eliminación regional, “lo cual es poco probable a corto plazo”, o si nos quedaremos con esta enfermedad endémica en nuestro entorno, “que posiblemente, sea una de las ideas más relevantes”. Si se queda con una endemicidad relativamente alta, sobre todo en la población más mayor, “eso exigirá incorporar vacunas nuevas al calendario de vacunación de personas mayores de 65 años, 70 y 80 años, y de aquellas personas que son más vulnerables, como los inmunodeprimidos”, según Gil.

Ante esa posibilidad de una situación endémica, hay que pensar si vamos a seguir utilizando las vacunas que hemos empleado hasta ahora, o si tenemos que cambiar e incorporar vacunas nuevas. “El papel clave lo van a jugar aquellas vacunas que sean bivariantes, que incluyan no una única variante, sino que tengan la cepa ancestral (Wuhan) junto con la variante ómicron”, indicó.

Otra de las posibilidades es que nos quedemos en una situación endémica epidémica, que es la que tenemos en estos momentos. “Tenemos una endemicidad alta, con muchos casos, pero afortunadamente las vacunas, independientemente de las que usemos y utilicemos, sí que se ha visto que todas están protegiendo contra las formas graves de la enfermedad, reduciendo los ingresos hospitalarios, los ingresos en UCI o la muerte, y eso sí que se va a mantener. Aunque estemos en una situación epidémica endémica, con un potencial evolutivo alto, las vacunas sí que, de alguna manera, con esos refuerzos vacunales, podemos garantizar la reducción del impacto clínico que tiene la enfermedad”, según el experto en Medicina Preventiva y Salud Pública.


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