En el mundo, el asma grave tiene una variada prevalencia según la zona del mundo de la que se trate. Mientras que en Europa occidental la padece hasta un 18 por ciento de los pacientes con asma, en Estados Unidos puede llegar a un 19 por ciento y en Europa central a más del 30 por ciento. Se calcula que entre un 5 y un 10 por ciento de los españoles sufren asma y de todos estos pacientes hasta un 10 por ciento pueden tener asma grave.

Ante esta realidad, neumólogos especialistas de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) han actualizado un nuevo documento de consenso, en el que ha participado un comité coordinador de 4 especialistas, un grupo elaborador de recomendaciones con 11 expertos, y finalmente, un grupo validador de recomendaciones de 78 especialistas. El objetivo de este documento, publicado en la revista científica de Separ Open Respiratory Archives, es mejorar el tratamiento de estos pacientes y su calidad de vida, disminuir la tasa de mortalidad y reducir los gastos en sanidad que los pacientes con asma grave generan, y que son de 11.703 euros anuales.

Este consenso tiene una serie de novedades en relación con las versiones previas. Dentro de ellas las más destacadas son la propia definición de asma grave no controlada, que incluye además del tratamiento con agonistas adrenérgicos de acción prolongada (LABA) y esteroides inhalados a dosis altas el uso de anticolínérgicos de larga duración (LAMA) o una dosis acumulada de corticoides (prednisona) > 1 g. Además, se incluye una escala multidimensional para valorar la respuesta al tratamiento con fármacos biológicos (escala EXACTO) y una valoración de respuesta en la vía aérea completa (valoración de poliposis nasal mediante test SNOT 22) y de forma novedosa, una escala de satisfacción del paciente con su tratamiento.

Unidades especializadas en asma grave

Asimismo, incluye un capítulo en el que se destaca la importante función de enfermería especializada en asma en la educación de los pacientes para un correcto cumplimiento del tratamiento y el adiestramiento y control para la autoadministración domiciliaria del tratamiento con fármacos biológicos.

Otra de las recomendaciones destacadas de este consenso es la creación de unidades especializadas en el tratamiento de esta patología, ya que como Marina Blanco, Neumóloga y miembro de Separ, comenta que el seguimiento del AG es un “proceso continuo que exige dedicación y preparación que den respuestas coherentes, planificadas y personalizadas a nuestros pacientes”.

“La creación de unidades especializadas de asma dotadas de medios y personal sanitario experto es una opción muy razonable, que mejoraría la salud de nuestros pacientes”, afirma.


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